Opinión pública
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Una vez más el prietito en el arroz ¿o el arroz
en los prietitos? del Partido Acción Nacional, pero nada que agriete el yugo.
Un simple berrinche que no llegará más lejos.
Arturo Soto Alemán volvió a dar la noticia en el PAN, disgustado por el
reparto del pastel plurinominal, pero sin el coraje suficiente para “twitear
perversas complicidades” como lo publicó.
Es de “mecha corta”, tanto que no sabe perder pese a las tres mordidas
de polvo que lleva en las urnas, dos por la alcaldía capitalina y una por la
diputación local.
Al rebelde “Chico de la Azteca” (así lo bautizaron sus genios de
marketing, por haber vivido en uno de los sectores populares de Victoria) le
gana la víscera. Saca el hacha de guerra pero no es capaz de lastimar a
sus compañeros. No abandonará las filas celestes ¿masoquismo político?.
Sigue pegado al equipo cabecista que lo hizo Subsecretario y le dio un
escaño en el Congreso, aunque dice que él ya estaba en el partido cuando
aquellos llegaron.
A lo mejor tiene razón, o es demasiado sincero como para meterse en el
nauseabundo mundo de la política, o bastante leal a sus principios como
para cambiar de camiseta, o siglas.
Sacó las uñas porque el cabecismo le negó un espacio cómodo en la
lista plurinominal, mas no desertará del partido como también lo publicó en
redes.
Cierto, lo agandallaron los Cabeza de Vaca como a las demás corrientes
hacia el interior. Hicieron del partido un “patrimonio familiar”, un club de
amigos de “cuadro chico” -de Reynosa- cuyo primer objetivo es nunca vivir
en el error, fuera del presupuesto.
Cuando estuvieron en el poder salpicaron. Al perder el gobierno con “El
Truko” Verástegui se dedican a acaparar hasta la última miel que escurre.
Hace tres años el primer berrinche. El inquilino de Palacio le negó la
candidatura a diputado federal. Se la entregaron a un arrimado -venía del
PRI- llamado Oscar Almaraz Smer, con menos merecimientos que el
muchacho.
Tres “paseadas” por el territorio, dos campañas perdidas y una ganada
le daban el suficiente baño de pueblo como para llegar al Congreso de la
Unión. Protestó pero se disciplinó.
Otro desaire: Cuando aspiró a dirigir los destinos del partido en
Tamaulipas y el que manda entregó la gerencia a Don Cachorro Cantú,
identificado por no pocos panistas como un inútil y el enterrador del
panismo. La última palada la echará en Reynosa, a donde su jefe lo mandó
a la siguiente “batalla”.
Y cierto, Arturo merecía mejor trato de los jefes cabezones. Lleva tres
“sacrificios” al hilo tras intensa talacha. Aquellos llegan sobre la mesa
servida.
Sin embargo es buen comienzo. La rebelión interna contra los dueños de
las siglas se ha gestado desde hace varios años. Primero le tenían miedo.
Ahora no puede regresar al país porque tiene orden de aprehensión.
Hablando de diputados que pidieron licencia para ir a pelear
candidaturas a sendos ayuntamientos, uno por Morena y el otro por el PAN,
regresaron. No aguantaron ni una semana fuera de la nómina oficial.
Eliphalet Gómez Lozano, de Valle Hermoso, se animó el jueves pasado
pensando en que el guinda le daría la bandera para echar del ayuntamiento
a Alberto Alanís Villarreal. No le concedieron el proyecto. La batalla será de
Lucero González, la misma de hace tres años.
Gómez es el presidente de la Mesa Directiva -por el periodo-, y se
licenció por un día, del 29 de febrero al uno de marzo. Volvió al encargo.
Quien pensó que era leche es Edmundo José Marón, de Tampico,
mismo que acariciaba la idea de ser alcalde en contra de los designios de
Jesús Antonio Nader. Ya volvió.
Pidieron licencia nueve. Al rato regresan otros. Pueden cobrar hasta la
segunda quincena de septiembre.
Hablando de campañas, Geño y Maki, del Verde para senadores, siguen
en Reynosa después que el domingo la estructura local del partido -liderada
por Carlos Peña- hizo una demostración de músculo al reunir más de 10 mil
personas en un evento. Van en serio por los escaños.
Seguían haciendo amarres con líderes de la ciudad más poblada de
Tamaulipas, donde con toda seguridad Morena seguirá en la alcaldía con
Carlos Peña Ortiz.
Por el distrito VI, El Mante, no hay quien apueste por Marcelina Orta
Coronada como candidata del PAN. Vive en Aldama, donde su marido es
alcalde, mientras la suplente es de Altamira.
Según la encuesta de Massive Caller, publicada este lunes, la alianza de
Morena registra intención de voto del 35.8 por ciento, a 31.8 del PAN y
asociado. Cinco puntos de diferencia.
De los ocho distritos, al PAN solo le da posibilidades de ganar en
Tampico, el octavo. El resto los perdería. Abundaremos.
Y el presidente López Obrador anunció que el jueves estará en ciudad
Victoria presidiendo la “mañanera”, en gira que hará sobre temas de salud.
No vino al informe del Gobernador AVA pero “pagará” con esta visita. Es
parte de una gira por 23 estados.