Reflector/ Gilda R. Terán.

Apenas empezó esta carrera para el escaño de la Senaduría, y en Reynosa la formula Verde
sigue arrasando votos para estas próximas urnas, y claro que tenía que ser así ya que el
candidato Eugenio Hernández Flores, dejo buenas historias de ayuda a los más necesitados
cuando fue Gobernador de esta entidad.
En aquella ciudad fronteriza la gente arropó a Geño y Maky, formula Verde con dirección
al Senado, lo primero que pedían los simpatizantes una “selfie” con el ex gobernador quien
solo se dejaba querer y escuchaba a la gente sus demandas.
Y en este encuentro proselitista el candidato les pidió su voto para la fórmula del PVE en el
que va con Maki Ortiz mujer aguerrida que ha sabido salir adelante en los momentos grises
de la vida.
“Geño de Oro” como así le hacen llamar muchos tamaulipecos, porque en sus tiempos
gobernó con el corazón, y ahora que está de regreso en plenitud de su vida, llego con más
fuerza “porque lo que no mata, fortalece”.
Así es que en Reynosa, El candidato del Verde, les rememoro que en sus tiempos de
gobernante hizo buenas obras en conjunto con Maki Ortiz como lo es la construcción de 20
hospitales en Tamaulipas y por lo tanto en estos tiempo de unión de voluntades hacen más
se hacen más fuertes, para seguir trabajando para la transformación de este gobierno
humanista.
Y Por su parte Olga Sosa y JR Gómez Leal, candidatos de MORENA para el Senado,
andan a todo vapor en estas talachas de convencimiento del voto, en donde a su paso se
encuentran con muchos simpatizantes en su proyecto.
Por lo pronto visitaron Matamoros en donde Olga Sosa convivió con comerciantes y
clientes del Mercado Treviño, así como del tianguis del Niño, en estos recorridos fueron
acompañados por Mario López Hernández, candidato a Diputado Federal por el Distrito
Matamorense.
A su paso con la gente la candidata les hizo saber que quiere llegar al Senado, para seguir
llevando más bienestar con propuestas de beneficio para el pueblo, ya que el eje central de
este gobierno es el humanismo
“No hay mal que dure cien años…….”
En esta estancia terrenal hay un adagio que dice “no hay mal que dure cien años ni cuerpo
que lo resista”, pero para muchos solo son palabras de consuelo y para otros tiempos de
desesperanza, en el que perciben solo un final desalentador.

Pero no se preocupe, todo acabará algún día solo tiene que sobrevivir el tiempo suficiente,
ya que hasta las sendas más vertiginosas, terminan cuando llega el final, tal vez sobrevenga
el abatimiento físico y mental el cual se asemeja a un túnel sin salida.
Y si somos permisivos a estos males, en su estadía serán típicas las situaciones de alto
estrés, en donde el cuerpo reacciona poniéndose en estado de alerta, y la verdad es que no
todos nos tomamos igual las dificultades que se nos ponen enfrente, pero todos tenemos
piedras en el camino y preocupaciones que quisiéramos evitar.
Hay personas que consiguen sobrellevar los obstáculos eficazmente y otras a las que el
cúmulo de problemas les parece como un gigante aterrador, que les roba y aniquila su
fuerza emocional.
Es normal que se sienta fragilizado, ya que en ocasiones los miedos que hemos
experimentado en algún momento de nuestras vidas, se presentan como días nublados a
los cuales no podemos vencer, en vez de percibirlos solo como vendavales sin rumbo.
Hay que tomar en cuenta, que en ocasiones el temor nos paraliza, y podemos hasta generar
situaciones imaginarias, que nos impide ver la realidad y por lo tanto no actuar, ya que este
mecanismo se activa con frecuencia cuando no tenemos control de una situación, o cuando
no sabemos qué puede pasar en el futuro porque algún aspecto que nos daba seguridad se
ha modificado.
Y bueno, hasta cierto punto, es un instinto natural huir de lo que nos da miedo y buscar para
abrazar lo que nos da seguridad, y como queremos sentirnos seguros, la mente quiere
anticipar situaciones trayéndolas al presente en los pensamientos, para intentar controlarlos.
Consideremos que a lo largo de nuestra vida, muchas veces tenemos que enfrentarnos a
situaciones difíciles e imposibles de superar humanamente hablando, ellas se levantan
contra nosotros intentando no sólo afectarnos en lo físico- emocional, sino también en lo
espiritual.
Y es que en el diario vivir, con frecuencia, se nos acercan monumentales chaparrales y a
veces se quieren quedarse instalados en nosotros, entre estos pueden ser emociones, como:
el miedo, desánimo, rabia, tristeza, impaciencia, pesimismo, depresión, envidia,
enfermedades, etc.
Debe de saber que estos estados emocionales si se le permite por largo plazo su
permanencia en nuestras vidas, alimentándolos en lugar de combatirlos, derivará en
afectación de nuestra salud física-mental, espiritual, en si enfermedades que pueden
estancarse para aniquilar el alma.

Pero hay una verdad incuestionable, en la cual no importa cuán profundo parezca que
estamos sumergidos por los problemas y las dificultades; siempre tendremos la esperanza
que con Cristo podemos comenzar de nuevo.
Lo único que necesitamos es creer que para el Salvador de este mundo, no hay nada
imposible, ya que todo lo que para el hombre es imposible para Dios es posible. Mateo 19:
26, no importa cuánto se demore sigua esperando los tiempos perfectos.
Tenga la fe que Dios quiere darnos descanso, y regalarnos su paz en medio de la tormenta,
no se aflija solo confíe en Jesucristo entréguele a él sus cargas, 1a. Pedro 5: 7 “echando
toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” y es que para poder
pensar con claridad en medio de los problemas necesitamos estar en paz con nosotros
mismos.
“Con Jesucristo somos más que vencedores”.
Nos vemos en la próxima.
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