CUADRANTE    POLÍTICO———POR  FERNANDO    ACUÑA  PIÑEIRO— 

—————— 

      Metódico y acucioso en una gobernanza cuya característica principal, es no dejar cabos sueltos, el doctor Américo Villarreal Anaya, acaba de impartir  la primera lección de diálogo,  armonía política y laboral en el ámbito educativo de Tamaulipas. 

    Después de iniciales desencuentros, acabamos de ver una fotografía en la cual la titular de la SET,  Lucía Aimé y el dirigente sindical Arnulfo Rodríguez aparecen sonrientes. Esas son las formas. Y el fondo no tiene porque ser diferente.   

Colocados en el justo contexto del escenario educativo tamaulipeco, vemos que ambos, Aimé y Arnulfo no son improvisados en el tema, considerado por el propio gobernador, como una piedra angular de su sexenio.  

   Especialmente porque, más que de grillas sotaneras, de lo que se trata es de formar  las nuevas generaciones que habrán de presidir la vida pública y social de nuestro estado, durante las próximas décadas. Hablamos de un Tamaulipas con vocación humanista y donde la violencia y la degradación, sea parte del pasado.  

  El doctor que nos gobierna, lo ha dicho en todos los foros: la medicina para resolver de raíz muchos de nuestros problemas, es educación, educación y más educación. En la familia, en el aula, en el corazón de la sociedad misma, la clave es unir esas voluntades colaborativas, para trabajar juntos con seriedad y visión de equipo.  

  En ese sentido me parece que, el mensaje que se está enviando desde el bunker pedagógico  de la calzada de Tamatán y de su vecino, el edificio que alberga el poder sindical de la sección XXX, está destinado a permear toda la actividad del gabinete americanista. 

 ¿Cuál es este mensaje? Superemos las posibles diferencias y enfoquémonos en las coincidencias en torno al gobernador, y a las necesidades del pueblo tamaulipeco. 

  Una lectura más, es el tema incluyente y la vocación democrática manifiesta, en la actitud de un mandatario estatal que respetó las decisiones de las bases magisteriales.  

  Pero ahora esa etapa se ha superado y es tiempo de trabajar en áreas que habían sido descuidadas, como por ejemplo, la construcción de infraestructura educativa, la rehabilitación de escuelas, y la protección permanente hacia las necesidades  de los docentes.   

  El Tamaulipas que dejó el cabecismo, está saturado de irresponsabilidad y de carencias. Esperemos que en el caso específico de la SET, tanto Lucía Aimé como Arnulfo Rodríguez, hagan honor  en los hechos a esa fotografía que publicaron. Y que los grandes ganadores  del tema educativo, no sean las carreras políticas, o los anhelos de poder, sino nuestra población escolar, y quienes día a día, cumplen con el apostolado de enseñar, desde las aulas. 

 Tanto Aimé como Arnulfo son personalidades difíciles, complejas, pero ambos comparten una gran ventaja: no son unos legos en la materia que les ocupa.  Esperemos que su experiencia y conocimientos sean aplicados en la tarea de sacar  adelante el proyecto educativo de la 4T  en nuestro estado.  

 A partir de esta reconciliación, donde la madurez y las ganas de servir a Tamaulipas, pareciera que se han impuesto por encima de temas personales, tanto Aimé como Arnulfo merecen un voto de confianza por parte de los ciudadanos. 

 Habrá que estar muy pendientes de lo que suceda en el futuro inmediato.  

——–HOY AMERICO EN LA ZONA  CAÑERA—– 

   Importantísima  la visita que realiza este domingo el gobernador a ciudad Mante, la  hermana mayor dela región cañera. Hablamos aquí de factores económicos y políticos que han dado un vuelco total, y en el que resalta la revisión exhaustiva de todo el cochinero que dejaron los azules, en lo que fue sin duda, una base de clientelismo político-electoral que en el pasado controló la familia de los Trucos al servicio de Cabeza. En este contexto suena de lo más relevante el mensaje que habrá de emitir el gobernador  Américo Villarreal Anaya. 

  Lo que  ahora sigue en esta hermosa región de Tamaulipas, es una reconstrucción  total del tejido social. Recuperar los valores de una sociedad huasteca sometida durante los años recientes a un clima de amenazas y de chantajes.