Cuadrante Político…

Por: Fernando Acuña Piñeiro.-

 Se trata de los dos obradoristas más empoderados y con licencia para moverse por todo Tamaulipas. Ambos tienen aspiraciones por conseguir la anhelada estafeta de la gubernatura. Sagaces, cautelosos, ambos viven enfrascados en una guerra sorda, donde ni siquiera los pujidos se oyen, pues ninguno de ellos es estridente en sus triunfos o sus tropiezos, pero lo que sí es un hecho es que, siempre están muy pendientes el uno del otro. 

 En sus respectivos trayectos desde adentro de la 4T, tanto el senador Américo Villarreal Anaya, como el superdelegado de los programas asistenciales del Presidente AMLO en Tamaulipas, José Ramón Gómez Leal, han saboreado las mieles del triunfo, pero tambien han tenido que pasar tragos amargos  en materia política. Lo que sí es un hecho, es que ni el cardiólogo, ni el yerno del sexenio panista, se han rendido. Y hasta la fecha siguen siendo considerados como dos titanes del morenismo tamaulipeco, perfilados para llegar a la gran final. O al menos estar en el handicap morenista del 2022.

  Una prueba del afecto que el jefe politico del país les profesa, al senador y al super delegado, la pudimos sopesar en su justa dimension, en aquella primera visita que AMLO realizó a ciudad Victoria, ya cuando se le había declarado Presidente electo del país, y solo unos cuantos meses lo separaban de su apoteósico arribo a Palacio Nacional. 

 Ese día, durante su gira por la capital tamaulipeca , López Obrador llegó por la mañana, y encabezó un desayuno en el restaurante las Viandas. Los meseros juntaron tres mesas al hilo para que AMLO pudiese estar con sus más cercanos. 

 Ningun otro periodista estaba ahí en ese momento. Recuerdo que AMLO le dio lugar a Américo y a JR, cada uno a sus flancos. El senador estaba a la derecha del Presidente y el superdelegado a su izquierda. 

 Enfrente del Presidente, justo al otro lado de la mesa se sentó Héctor Garza, el Guasón. Ese fue más o menos el orden de los factores tamaulipecos que obviamente el ya para entonces Presidente electo determinó. 

 Ya iniciado el sexenio obradorista, y para ser más excactos, en el proceso interno para seleccionar candidatos y candidatas para pelearle  el Congreso local al PAN cabecista, en el 2019, el grupo del JR y el de Américo chocaron por primera vez, ya como fuerzas políticas reconocidas del morenismo en nuestro estado. 

 La madrina de Américo , Yeidckol Polevnsky, en su papel de dirigente nacional de MORENA, controló el proceso interno. Y con ello, AVA exhibió músculo político, aunque al final, el morenismo de Yeidckol fue derrotado por el PAN cabecista, arrasándolos en la lucha por el Congreso local. 

Hoy, la fuerza política de la señora Polevsnsky ha declinado, y ha sido desplazada por nuevas fuerzas, en la cúpula de MORENA, pero Américo Villarreal Anaya ha conseguido nuevos aliados, en el equipo del nuevo dirigente morenista Mario Delgado Carrillo. 

 El JR por su parte, se mantiene firme en el poderoso equipo del coordinador nacional de los superdelegados en el país, Gabriel García Hernández. 

 Pese a que recientemente, el JR sufrió un serio revés, después de que no lo subieron al presidium en una gira del Presidente de la república por Tamaulipas, se puede decir que, José  Ramón está vigente. Y que se mantiene en la carrera de la candidatura a gobernador. 

 Duras pruebas les esperan todavía, tanto a AVA como a JRL, especialmente en el 2021, pues en la elección del año venidero, el morenismo tamaulipeco está más que com prometido para defender el proyecto de la 4T en las urnas. 

 En este sentido, tanto Américo como José Ramón están obligados a trabajar duro, para que AMLO pueda salir con banderas desplegadas ante los gobernadores panistas, y especialmente ante uno de los mandatarios más aguerridos de la llamada Alianza federalista en el país, Francisco García Cabeza de Vaca. 

  ¿Podrán Américo y el JR con el paquete que significa, entregarle buenas cuentas a su jefe político, el Presidente AMLO? Eso se verá en su momento. 

 Por lo pronto, tanto AVA como JR deben de dejarse de pugnas cupulares, y ponerse a trabajar en la elección del 2021. 

Porque de esta elección, dependerá en buena medida el 2022.