CUADRANTE  POLÍTICO—

POR:  FERNANDO  ACUÑA PIÑEIRO.— 

  El trato que el Presidente Andrés  Manuel  López  Obrador, le dio a los dos gobernadores panistas, (el de Querétaro y el de Tamaulipas),  considerados como piezas claves  en los escándalos de presunta corrupción, fue muy diferente. Con el queretano departió por la mañana en la capital de  esa entidad federativa, pues justo desde esa ciudad se trasmitió  la rueda de prensa, conocida como La Mañanera. 

 Se vio, al menos en las formas que, López Obrador le estaba tendiendo una especie de salvavidas político  a Francisco   Domínguez  Servién, cuando le pidió de favor a los reporteros  que cubren la acostumbrada conferencia presidencial, que dejasen los cuestionamientos hacia el gobernador anfitrión, para después. 

  “Ya habrá tiempo”, les dijo AMLO, con un tono amable, que buscaba a todas luces, suavizar el momento, ante  un gobernante queretano que estaba sentado en el banquillo  de los  acusados.  

 Otra  de las señales  o formas que quedaron patentes, en el deseo de AMLO de  correrle la atención al jefe político  queretano, fue cuando  el General Crescencio Sandoval,  Secretario de la Defensa, rindió un informe sobre el tema de la inseguridad en  Querétaro, y mostró que, dicha entidad, trae números negros, o sea que ,  se le considera una de las entidades más sobresalientes, en cuanto a mantener la paz social, se refiere. 

   En cambio, lo que sucedió con el mandatario tamaulipeco, fue muy diferente.  Cabeza  tuvo que asumir  su propia defensa, y lo hizo ante la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez  Cordero, sin que estuviese el Presidente AMLO. 

 Por su lenguaje corporal, abriendo los brazos  en abanico y aplanando con el puño, el escrito que leía, el gobernador se veía alterado. Ya no habló  sobre la renuncia de López Gatell, ni tampoco de las  propuestas, que habían anunciado sobre un nuevo pacto fiscal. O  sea, que de la ofensiva de que había hecho gala, días antes, Cabeza pasó a la defensiva, ante la ola de embates de que ha sido objeto por parte de la 4T. 

 Nos parece que el formato de la cumbre de la CONAGO, estaba diseñado justamente para oponer una barrera  hacia un solo objetivo: el gobernador  tamaulipeco Cabeza  de Vaca. 

 Llamó la atención también que la famosa Alianza de Gobernadores que tanto protagonismo  había mostrado días antes, ahora ya no dijo ni pío. Gobernadores como Aureoles o Alfaro,  se replegaron, y dejaron que Cabeza  se defendiera solo.   

 Cabeza  leyó un escrito que ya llevaba previamente preparado, y  sus primeras palabras fueron para advertir que el gobierno federal esta politizando la seguridad.  

 En lo que constituyó sin duda, el  señalamiento más duro  del gobernador Cabeza, contra el gobierno  de la república, presidido  por Andrés  Manuel  López  Obrador,  CV, dijo lo siguiente: 

   “El gobierno federal, pide el trato que no da. Con una mano pide trato de Estado, pero con la otra da bofetadas de partido”. 

  Cabeza hacía  alusión a  la demanda interpuesta en su contra por el aspirante a la dirigencia nacional de MORENA, Alejandro  Rojas Díaz  Durán, acusándolo   de supuestas complicidades  con la violencia organizada. 

    Palabras más, palabras menos, Cabeza  dijo que no va a permitir que se formulen  denuncias ante la  Fiscalía  General de la República, con fines  meramente electorales. 

 Habló también CV  de que el gobierno federal está tomando a la ligera, el tema de la inseguridad. Y dijo que a él no lo van a usar, para fortalecer las encuestas  de los candidatos de morena, a los cargos de elección popular. 

  Aseguró que cuenta con el respaldo en cifras del Secretariado Nacional de Seguridad, y que el titular  de Seguridad Federal, Alfonso Durazo, reconoce a su sexenio, en el tema de la violencia. 

  Cabeza se declaró perseguido político, por parte del gobierno obradorista, y mencionó de manera específica al Subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta. Acusó Cabeza a este funcionario de filtrar datos  a los medios de comunicación, en relación  las denuncias que existen en su contra.  

 “Asistimos peligrosamente a la judicialización de la política, dijo, y ello conlleva un gran riesgo para la vida democrática del país. 

 Cabeza  pidió también a  la Secretaria de Gobernación,  Sánchez  Cordero, una copia del expediente  de la Fiscalía en la cual se le formulan señalamientos delictivos, “para saber de que se me está acusando”.   

 CV  dijo en el foro de la CONAGO, que espera “la próxima filtración  del día”, refiriéndose a  lo que el da a entender que se trata de una guerra política en su contra.  

 Habrá que esperar, como evolucionan las cosas. Por lo pronto se vió que,  el conflicto entre el cabecismo y el Presidente AMLO, en lugar de atenuarse,  sigue creciendo. No hubo negociación, mucho menos diálogo. 

 De un simple diferendo, las cosas han escalado ya a temas mayores. ¿En que terminará  este cruento e inédito enfrentamiento político, entre la Marca Tam, y  la 4T…?  

  Habrá que verlo.