ORBE…

 

Por: Ma. Teresa Medina Marroquín.-

La súbita despedida hacia la otra dimensión del astro del futbol argentino, Diego Armando Maradona, nos recuerda que el fin de la vida sobre esta tierra es lo único que a la raza humana le sucederá con certeza.

Joan Manuel Serrat dice que “todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar”. El libro de los Hebreos, en la Biblia, sentencia: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”.

Considerado un dios en la Argentina y varios países del mundo, Maradona, “El 10”, llegó a su fin este miércoles después de llevar una vida que cualquiera podría juzgar estuvo plagada de excesos.

A otros “dioses” de esa nación conosureña como Carlos Gardel y Jorge Luis Borges también les tocó despedirse, aunque sin muchos juicios sobre el cómo vivieron, porque después de todo, pase lo que pase y venga lo que venga, nos tendremos que marchar el día menos pensado.

Y aunque nadie quiera pensar en ella, la muerte es inevitable; y sin precisar que por tal motivo debemos vivir una vida llena de disipación, nada nos garantiza que a pesar de refugiarnos en un búnker nuclear podamos salvarnos y prolongar nuestra existencia al menos unos 300 años.

El actor norteamericano Keanu Reeves también le entra al tema, y lapidario recalca que “ninguno de nosotros saldrá de aquí con vida, así que por favor deja de tratarte mal hasta con los pensamientos”.

2021: POLÍTICOS SIN LÓGICA NI LEGADO

Ahora que el covid-19 se convirtió en una pandemia cobrando la vida de 104 mil personas en México y a nivel mundial un millón 400 mil, con más de 60 millones de contagios, no parece que trascienda entre la humanidad la reflexión en torno a la desaparición física que puede sucederle a cualquiera, poderoso o débil, rico o pobre, letrado o ignorante.

Quizá la psicología de masas nos advierta que frente a tanto sufrimiento lo menos en lo que piensa la humanidad es en la lógica de la muerte, como tampoco en el legado que dejará.

Pero lo más grave, en medio de esa decepción que alcanza a todos los 8 mil  millones de seres humanos que habitan el orbe, es la amenaza en la que se han convertido muchísimos políticos que en vez de alentar la vida y su prolongación, convierten a la corrupción y al saqueo desmedido en un instrumento de destrucción, olvidando que los pueblos buscan en sus líderes una herencia de vida cada vez más prolongada y de calidad.

Las elecciones de 2021 están por intensificarse, y con ello se incrementará la violencia y no precisamente una pasarela de propuestas y competencias sanas que fortalezca el sistema de la vida y la expansión de la civilidad.

Muchos de estos políticos que organizarán campañas, promoverán candidatos o saldrán a buscar el voto, ya han dicho que sus recursos económicos de que disponen son bastante limitados, lo cual no sólo es una mentira por la magnitud del negocio en el que están involucrados sino porque creen, en su calidad de “dioses”, que podrán llevar hasta donde sea a los votantes.

CANDIDATOS SOBERBIOS Y DESTRUCTIVOS

Indica lo anterior que la llamada “clase política” ha caído en un proceso destructivo que ya, desde hace varias décadas, viene literalmente diezmando a la población con medidas donde se promete tanto que al final poco o nada se cumple, y muchos menos se fortalecen los fundamentos que alientan a la vida.

Quizá Maradona acabó con su vida en la forma en la que él quiso, o muy a su manera. Pero en su calidad de “dios” nunca le quitó nada a nadie.

En cambio, un enorme sector de la clase política no viene sólo a que los adoren como dioses, sino que además se hacen presentes para arrebatarles a los pueblos sus riquezas y esperanzas.

Y principalmente a los que menos tienen, como el caso de la “Estafa Maestra” donde los recursos multimillonarios que iban destinados a los pobres, fueron a parar a los paraísos fiscales o a las grandes lavanderías de dinero sucio.

Siempre olvidan estos “dioses” que ellos también morirán un día y que en el momento de su partida un ser superior se hará presente y les dirá el error gravísimo que cometieron: que los demonios, el Satán y el Anticristo eran ellos mismos, empezando a pagar ahí lo que le quitaron a sus pueblos.

¡Feliz fin de semana!

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