El Presidente Andrés Manuel López Obrador ya está visualizando la posibilidad de que MORENA y sus aliados, pierdan la mayoría que actualmente tienen en la Cámara de Diputados. Por esa razón, el patriarca de la 4T acaba de enviar una iniciativa de reforma al Congreso, misma que le otorga mega facultades a la Secretaría de Hacienda en el manejo y control del gasto público.
De esta manera, pese a un eventual retorno de la oposición, en el poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y su titular seguirán decidiendo en la materia. Ya todos conocemos la preocupación de AMLO por garantizar que sus programas de carácter asistencial, (puntas de lanza) en su estrategia electoral para conservar el respaldo de millones de pobres en el país, permanezcan a cualquier precio.
Si estas plataformas del presupuesto social, llegan a caerse, adiós al poder de López Obrador. La segunda ala del presupuesto obradorista, es la que se aplica a las obras insignias del sexenio, como son: el Tren Maya, Dos Bocas y Santa Lucía. En estas obras, el Presidente cuenta con dos poderosos y estratégicos aliados. Por un lado, están las familias multimillonarias en dólares, cuyo barón más emblemático es Carlos Slim. Pero también, en cuestión de contratos, el Presidente les ha cedido buena parte de estos proyectos a las fuerzas armadas.
Como bien se puede ver, AMLO no tiene un pelo de tonto. Su alianza de poder está perfectamente definida: los más pobres, los más ricos y los dueños de las armas en el país. De esta manera, busca anular a los que quedan en medio. Por eso no es fortuito que, los que más le tiran al Presidente, sean las cámaras de comercio que aglutinan a los empresarios medianos y pequeños. Ahí es donde se ubica la resistencia, y el principal bastión de sus opositores.
Es en este anchuroso mar de mexicanos, integrado por profesionistas, empresarios y académicos, mujeres y jóvenes milenial, donde más mal le va al Presidente en las encuestas. Y ello no es producto del azar, sino más bien es perfectamente explicable a partir de que AMLO no ha planteado hasta ahora una oferta política y social suficientemente atractiva, para estos sectores, donde se localiza el bastión de la gente pensante y crítica del país.
La principal, característica de este universo que se mueve entre los estratos medios de la población, es la información. Es aquí donde se ubica el mayor número de lectores de internet y de libros, con todo y el bajísimo porcentaje de lectores que tiene México en el mundo.
No es ocioso decir que, en estos dos polos del México obradorista, la pandemia del COVID-19 genera percepciones distantes, una de la otra.
Mientras que en el hemisferio de los mega pobres, se encuentran protegidos por una burbuja de subsidios y sus tazas de natalidad siguen creciendo, aumentando la familia emblemática del asistencialismo, entre los sectores de la clase media mexicana, la realidad es opuesta: existe una parálisis general. Los matrimonios son muy escasos, existe miedo a invertir por la inseguridad, y la percepción que se tiene es de decepción hacia la 4T.
De igual manera, en el tema económico, los pequeños y medianos empresarios, los profesionistas y prestadores de servicios, carecen del colchón super millonario que sí tienen las familias mexicanas de FORBES, esas que en campaña eran criticadas por el candidato AMLO, pero hoy son sus amigos. Y se les ve en reuniones en Palacio Nacional.
¿Qué es lo que va a pasar? Si MORENA y sus aliados no paran oreja sobre lo que está por venir, posterior a la pandemia, entonces esos grandes sectores ciudadanos del pensamiento crítico e independiente, se irán con el partido que les presente una mejor oferta social.
Esto traerá como consecuencia, una lucha electoral entre el voto razonado y el voto del hambre.
En el sector económico, también habrá una enorme división, una fractura que será muy notoria, entre los oligarcas multimillonarios en dólares, que después de hacer negocios con el PAN y con el PRI peñista, ahora hacen valer sus privilegios y su potencial económico, como aliados del Presidente.
En suma, es mentira lo que todos los días nos dice la publicidad, a través de los medios: México no va a salir unido de esta crisis. México va a salir atrincherado en los varios Méxicos en que se subsivide la república.
Y se podrá ver, ya con mayor claridad, a quienes les ha ido bien en el baile de la transformación, y a quienes no. La pregunta es: ¿los grandes ricos y los mega pobres, serán capaces, cada quien por su lado de llevar al obradorismo a un segundo sexenio federal?
¿O bien, aquí se comprobará una de las tantas aseveraciones del Príncipe de Maquiavelo, cuando dice que: el hombre es por naturaleza, perverso y egoísta? Los hombres actúan siempre por necesidad, dice el escritor florentino: Necesidad de seguir haciendo grandes negocios, para la gran burguesía aliada de AMLO; necesidad de sobrevivir e irla pasando, por parte de los mega pobres.
Y en medio de estos dos, un México a la deriva, que sigue esperando su momento.