A MI MANERA
Por Tello Montes
-El Puerto del Norte ya está en el radar presidencial.
-El Puerto también será aula.
-Beto lanza ancla al desarrollo de Matamoros.
Dicen que los proyectos históricos requieren de paciencia, visión… y terquedad. El gobernador Américo Villarreal Anaya lo entendió desde el primer día de su administración, cuando decidió no soltar el timón hasta ver funcionar -por fin- el largamente postergado Puerto de Matamoros.
Después de más de cuatro décadas de olvido, de simulaciones y promesas rotas, el llamado puerto del “Puerto del Norte” hoy es una realidad tangible.
Américo no improvisó. Lo suyo fue perseverancia con dirección. Así como su padre, el ingeniero Américo Villarreal Guerra, colocó hace más de 40 años la primera piedra del puerto Industrial de Altamira – hoy uno de los cuatro pilares del comercio marítimo nacional-, su hijo honra ese legado llevando al término otro motor logístico para Tamaulipas: el puerto de altura en Matamoros.
El pasado sábado, acompañado del alto mando naval y de ejecutivos de la empresa Mota-Engil, Villarreal Anaya dio el banderazo oficial al arranque de operación del nuevo puerto.
No fue un acto simbólico: fue la culminación de dos semanas de intensa actividad logística, respaldada por meses-y años- de gestión política, técnica y financiera.
Porque hay que decirlo claro: si este puerto se echó andar fue por el cabildeo incansable del gobernador, primero con el presidente López Obrador y ahora con la presidenta Claudia Sheinbaum. No se anduvo por las ramas ni delegó el sueño: lo defendió personalmente, lo empujó, con decisión y lo entregó funcionando.
El Puerto de Matamoros arranca con una inversión cercana a los 8 mil millones de pesos y una vocación clara: convertir a Matamoros en un modo clave del desarrollo económico del noreste mexicano.
Con mil 100 hectáreas de espejo de agua y 770 de tierra firme – 340 para recinto portuario y 430 para expansión industrial-, esta infraestructura no es una promesa: es un imán para la inversión nacional e internacional, y una palanca de empleo, crecimiento y bienestar.
Hoy Tamaulipas se sube a una nueva etapa logística y comercial, y lo hace con rumbo. Porque cuando hay voluntad política verdadera- no discursos vacíos-, los proyectos históricos dejan de ser “aspiraciones” para convertirse en realidades.
Américo no quitó el dedo del renglón. Por eso, Matamoros ya tiene puerto.
EL PUERTO DEL NORTE YA ESTÁ EN EL RADAR PRESIDENCIAL.
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum no escatimó elogios: el Puerto del Norte en Matamoros tiene un enorme potencial, y el gobernador Américo Villarreal Anaya ha sido pieza clave para hacerlo realidad.
En su conferencia matutina, Sheinbaum reconoció abiertamente que fue el propio Américo quien gestionó los permisos y empujó el proyecto con
visión de Estado, logrando articular esfuerzos entre gobierno y sector privado.
“Ha hecho un gran trabajo ahí en Tamaulipas”, dijo la presidenta, al presentar imágenes del evento inaugural y del arribo del primer buque al puerto estatal. Y no lo dijo al aire: lo afirmó con respaldo político.
El mensaje fue claro: el Puerto del Norte ya está en el radar presidencial. Y lo está no solo por su ubicación estratégica, sino porque detrás de su concreción hubo gestión, voluntad y liderazgo. Y eso —en estos tiempos— no es poca cosa.
EL PUERTO TAMBIÉN SERÁ AULA.
El recién inaugurado Puerto del Norte en Matamoros no solo representa un parteaguas en la infraestructura logística del país.
También abre una puerta clave para la formación de nuevas generaciones de profesionistas en Tamaulipas. Porque el desarrollo no solo se mide en toneladas movidas, sino en cerebros conectados.
Así lo dejó claro el rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Dámaso Anaya Alvarado, quien celebró que esta obra emblemática traerá consigo oportunidades reales para los estudiantes del estado. No se trata solo de un puerto que mueve carga: también moverá talento
“Se abren oportunidades para que los jóvenes puedan hacer sus prácticas, vincularse con el sector productivo o incluso encontrar un empleo formal”, afirmó el rector, quien no descartó incluso la creación de nuevas carreras vinculadas al comercio exterior y a la operación portuaria en el campus de Matamoros.
Dicho de otro modo: el puerto no sólo conectará a Tamaulipas con el mundo, sino que también puede convertirse en una extensión viva del aula.
La UAT ya analiza cómo aprovechar esta plataforma para adaptar su oferta académica a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades del entorno. Educación y desarrollo económico, caminando juntos.
Por lo pronto, Anaya Alvarado adelantó que los estudiantes de la universidad están listos para sumarse al crecimiento del puerto, ya sea como parte de sus prácticas escolares o colaborando directamente en proyectos que detonen el potencial logístico y comercial de la región.
El mensaje es claro: el Puerto del Norte no es solo acero, concreto y agua… también es conocimiento, oportunidad y futuro.
Porque cuando la educación se alinea con el desarrollo, no hay mejor inversión.
BETO LANZA ANCLA AL DESARROLLO DE MATAMOROS
El inicio de operaciones del Puerto del Norte de Matamoros marca un paso estratégico para consolidarlo como un polo logístico clave en la cuenca comercial del Noreste de México, abarcando desde Monterrey, Saltillo y San Luis Potosí, hasta toda la franja tamaulipeca, destacó el presidente municipal Beto Granados.
El edil informó que se proyecta una inversión superior a los 4 mil millones de pesos para desarrollar la terminal marítima T-MEC, con el objetivo de convertirla en un motor de comercio exterior, desarrollo energético e industrial.
Subrayó que el diseño del recinto portuario y su aduana están pensados para garantizar una operación ágil, eficiente, segura y competitiva.
Beto Granados hizo un llamado a la comunidad empresarial para sumarse a este proyecto y consolidar al Puerto del Norte como la nueva aduana marítima de México.
“Hoy tenemos un gran puerto, y hay que ocuparlo. Necesitamos trabajar juntos y establecer alianzas con el sector empresarial”, expresó.
Finalmente, enfatizó la necesidad de atraer más carga, más barcos y más inversión, y reiteró que este puerto no es solo de Matamoros o de Tamaulipas, sino que pertenece a Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí e incluso Texas.