A MI MANERA

Por Tello Montes

-Matamoros va en serio.

  • Tamaulipas: liderazgo que anticipa y protege

Los bloqueos carreteros que mantienen los productores de sorgo en el norte de Tamaulipas están a punto de cruzar una línea peligrosa.

Si bien su causa es legítima- la supervivencia misma del campo ante el abandono institucional-, la forma de manifestarse puede volverse contraproducente y hasta trágica si no se mide el pulso social.

La carretera Victoria-Matamoros lleva hasta ayer por la tarde más de 24 horas colapsada. Ahí se quedaron atrapadas familias, enfermos, trabajadores, autobuses, y traileros. Personas ajenas al conflicto, pero víctimas de la desesperación de otros.

Cuando una protesta se convierte en castigo a terceros, deja de ser causa justa y empieza a parecer chantaje. Y eso, hay que decirlo con todas sus letras, puede encender la mecha de la rabia ciudadana.

Si, el precio del sorgo está por los suelos. Los costos del campo se disparan. Y el gobierno federal ha dado la espalda a los productores medianos, que ni entran en “sembrando vidas” ni reciben subsidios. El clamor de quienes trabajan la tierra es comprensible.

Pero también lo es el reclamo de quienes, sin deberla ni temerla, pasan horas atrapados sin poder llegar a casa o a su destino.

El riesgo está en que, ante la omisión prolongada de las autoridades, la gente decida “abrirse paso” por su cuenta. Y entonces sí, lo que era una protesta podría derivar en tragedia.

No se necesita mucho para que un bloqueo se vuelva un enfrentamiento, un accidente o una crisis de salud.

Por eso urge, que la secretaría de Gobernación y la secretaria general de Gobierno salgan de sus escritorios y entren como mediadores.

Que no se esperen a que estalle la chispa para mandar a los bomberos.

Es ahora cuando hay que sentar a las partes, abrir mesas de diálogo y buscar soluciones de fondo.

Lo han dicho los mismos sorgueros: no quieren limosnas, quieren poder seguir sembrando.

Y tienen razón. El campo no aguanta otro año igual. Pero tampoco el pueblo aguanta otro día de parálisis. Porque cuando se pierde la paciencia, no hay tractor que detenga el coraje.

Como dicen en el rancho: “una mula patea cuando se le aprieta de más”. Hoy más que nunca, urge aflojar el nudo… antes que reviente.

TAMAULIPAS: LIDERAZGO QUE ANTICIPA Y PROTEGE

La reciente emergencia por lluvias en el sur de Tamaulipas reveló más que mil discursos: un gobierno que ya no improvisa, sino que prevé, coordina y protege.

Gracias a la alerta temprana y al trabajo conjunto entre Federación, Estado y municipios, se evitaron tragedias mayores. No hubo espectáculo, pero sí resultados.

Claudia Sheinbaum lo reconoció: algo está cambiando en Tamaulipas… y para bien. Porque aquí, en lugar de grilla y desorden, se actuó con responsabilidad, tecnología e instituciones fortalecidas. Américo Villarreal no presume, pero cumple.

Y los hechos lo dicen todo: evacuaciones ordenadas, daños controlados y una reconstrucción en marcha.

Hoy, la transformación no es sólo promesa; es forma de gobernar.

MATAMOROS VA EN SERIO.

Gracias a la confianza que ha sembrado con hechos, el gobierno de Beto Granados sigue consolidando a Matamoros como una tierra fértil para la inversión.

Esta semana, la empresa automotriz INTEVA anunció una expansión de 150 millones de pesos en su planta local, lo que se traduce en 500 empleos nuevos y en un poderoso impulso para la economía regional. No es poca cosa, y mucho menos casualidad.

El anuncio no fue menor ni improvisado. Lo hicieron en conjunto actores clave del desarrollo económico del estado y del país: Ninfa Cantú Deándar, secretaría de Economía de Tamaulipas; Alberto Granados, presidente municipal de Matamoros; Francisco González Díaz, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA); Armando Botti, director de Operaciones de INTEVA, y César Treviño, presidente ejecutivo del Consejo Estatal para el Desarrollo Económico.

Todos ellos, reunidos en una misma mesa, confirmaron lo que hoy es evidente: Matamoros va en serio.

Durante su intervención, la secretaria Cantú Deándar no escatimó palabras. Reconoció a INTEVA por seguir apostando por Tamaulipas y señaló que este proyecto es un voto de confianza en Matamoros, una ciudad que —dijo— representa el futuro industrial del estado gracias a su talento humano, su ubicación estratégica y el nuevo clima de desarrollo que hoy se respira.

Pero también dejó claro que este impulso no es obra de la casualidad, sino de un nuevo modelo de coordinación que encabezan el gobernador Américo Villarreal y alcaldes comprometidos como Beto Granados. Aquí ya no hay promesas huecas ni simulaciones. Hay planeación, infraestructura y resultados.

El propio Granados lo subrayó al señalar que esta inversión es fruto de la coordinación entre su gobierno, el estado y el sector privado, y de una visión compartida que prioriza la atracción de capital, la generación de empleo y el bienestar de las familias matamorenses.

Por su parte, el director de INTEVA, Armando Botti, dejó claro que la empresa no solo crece, sino que se consolida como proveedor global desde Matamoros, una plaza que les ha dado estabilidad y competitividad. A esto se sumó Francisco González Díaz, líder de la INA, quien aseguró que esta región tiene todo para consolidarse como un destino estratégico para la industria automotriz en México.

Y no es para menos: la formación del Clúster Automotriz de Tamaulipas, promovida desde el gobierno estatal, refuerza las cadenas de valor y abre nuevas rutas para competir en grande.

En resumen, mientras otros gobiernos siguen navegando entre ocurrencias y discursos vacíos, en Matamoros la inversión se gana con confianza, se construye con servicios, y se sostiene con liderazgo. Y Beto Granados lo está demostrando, con hechos… y sin tanto ruido.