Reflector/Gilda R. Terán.

Es todo un desafío enfrentar la vulnerabilidad a enfermedades y trastornos que se pueden
presentar en las personas de la tercera edad, y más aún cuando en ocasiones este sector de
la población está en desamparo o en el olvido familiar.
Sin duda alguna, que los abuelitos realizan aportaciones valiosas a la sociedad como
miembros activos de la familia, voluntarios y participantes activos en la fuerza de trabajo, y
aunque la mayoría de ellos puedan tener una buena salud, muchos corren el riesgo de
presentar trastornos mentales, enfermedades neurológicas o problemas de consumo de
sustancias, además de otras afecciones, como la diabetes, la hipoacusia o la artrosis.
Sin pasar por alto, que a lo largo de la vida son muchos los factores sociales, psíquicos y
biológicos que determinan la salud mental de las personas, y aunado a las causas generales
de tensión con que se enfrenta todo el mundo, muchos se ven privados de la capacidad de
vivir independientemente por dificultades de movilidad, dolor crónico, fragilidad u otros
problemas emocionales o físicos, de modo que en algunas ocasiones puedan necesitar
asistencia a largo plazo.
Además, entre los ancianos son más frecuentes experiencias como el dolor por la muerte de
un ser querido, un descenso del nivel socioeconómico como consecuencia de la jubilación,
o la discapacidad, todas estas condiciones pueden ocasionarles aislamiento, pérdida de la
independencia, soledad y angustia.
Se debe tener en cuenta que a veces son vulnerables al maltrato, sea físico, psicológico,
emocional, económico o material; al abandono; a la falta de atención y a graves pérdidas de
dignidad y respeto.
Y de acuerdo a datos actuales indican que una de cada 10 personas mayores sufre maltrato,
y este no se limita a causar lesiones físicas sino también graves problemas psíquicos de
carácter crónico, como la depresión y la ansiedad, Alzheimer y demencia senil entre otros.
Se sabe que el trastorno de la senilidad, se presenta como un síndrome que se caracteriza
por la mengua de la memoria y la capacidad de pensar, alteraciones del comportamiento e
incapacidad para realizar las actividades de la vida cotidiana, afecta principalmente a los
ancianos, pero no es una parte normal de la vejez.
Se calcula que en el mundo hay unos 47,5 millones de personas aquejadas de demencia, y
se prevé que el número de estas personas aumentará a 75,6 millones en 2030 y a 135,5
millones en 2050; además, la mayoría de esos pacientes vivirán en países de ingresos bajos
y medianos.

Y en este entendido, del tema de estas afecciones y el desamparo en que se puedan ver
involucrados este sector de la población el Gobierno del Estado, no ha quitado el dedo del
renglón para darles el total apoyo a las personas de la tercera edad.
Es por esta razón, que el Sistema DIF, Tamaulipas, sigue impulsando a los adultos mayores
para que con sus habilidades y talentos puedan seguir llevando una vida digna, para
subsistir en su acontecer diario, ya que por su edad o por otras circunstancias, algunos no
tienen los medios para salir adelante.
Es así; que los abuelitos de la “Casa Club” fueron arropados con las Brigadas
Multidisciplinarias, las cuales llevan una gama de servicios integrales, los cuales les ayudan
a llevan una vida digna.
En estas tareas se beneficiaron a 350 personas que integran los clubs, así que se atendieron
con servicios dentales, cortes de pelo, atención jurídica, entrega de lentes, paquees de
semillas para hortalizas.
Nos vemos hasta la próxima.
[email protected]