ANECDOTARIO.
PORF JAVIER ROSALES ORTIZ.
RELATO 1.-Si lo miro desde este lado se me enchina la piel porque
despierta en mi recuerdos ya enterrados de una escuela que se ubica
lejos y a la cual pocos son los provincianos que tienen acceso, porque
siempre ha sido la más peleada, reñida y complicada para todos
aquellos que deseamos acomodarnos en un pupitre.
Es la institución educativa superior que ocupa ya por dos años
consecutivos el primer lugar de calificación a nivel nacional, mientras
que en lo internacional forma parte de las mejores cien de un grupo
selecto, con el número 94.
Es más, está por encima de las universidades prestigiadas de Canadá,
Berlín, Dinamarca y Estados Unidos, lo que dice mucho de la
Universidad Nacional Autónoma de México, mi adorada e imponente
institución que me abrigo durante la generación de 1977 – 1981, como
uno más de sus hijos.
Me relajo y recuerdo que goce de catedráticos universitarios
mexicanos y extranjeros, entre estos últimos la argentina Alicia
Poloniato, el panameño Roberto Iglesias y la descendiente de israelíes,

  • me parece-Lilian Liberman, experta en televisión y fotografía que era
    muy afecta a enviar a los estudiantes de periodismo a la calle, porque
    es allí donde se debe formar un comunicador.
    Liberman, de bellos ojos azules, en una ocasión nos dio la orden en una
    noche muy lluviosa y un lugar sumamente peligroso como lo es
    Nezahualcoyotl , en el D.F, de elaborar un reportaje en una pulquería
    de sexto nivel, a donde llegamos llenos de lodo y donde fue necesario
    convivir con los maltrechos parroquianos.
    Ellos nos miraban con respeto, nos pidieron probar el pulque y
    accedieron a las entrevistas y todo salió bien, pero siempre hay un
    prietito en el arroz, que apareció varios días después de que Lilian
    calificara bien el reportaje televisivo.
    El pago que recibimos el grupo de estudiantes de periodismo que
    participamos es que nos infectamos con piojos y no de los más
    comunes, que corrían el peligro de pasar de cuerpo a cuerpo en el aula
    escolar universitaria.
    A unos les dio risa y a otros coraje, pero los riesgos son así y se toma
    como una primera experiencia aunque sea baja, sucia y vulgar, que fue
    combatida con los medicamentos de aquel entonces.
    Y fue buena la calificación que vino de Lilian, una guapa mujer que
    tenía en su haber una maestría en Francia y que formo parte de los

movimientos feministas en los años 70 que lograron despenalizar el
aborto.
Y este breve recuerdo estudiantil lo abordo porque la Universidad
Autónoma de Tamaulipas casi le pisa los pies a la UNAM con lo del
cuarto mejor rector a nivel México, muy cerca una de la otra según la
calificadora MEXTUDIA.
Eso es un orgullo para Tamaulipas y todo un acierto del rector
Dámaso Anaya Alvarado, quién no pierde el paso y sigue adelante.
Las dos se cotizan bien y eso ni quien lo niegue.
RELATO 2.-A Ciudad Victoria la naturaleza la premia, pero también
se le baña, porque las lluvias siguen provocando destrozos, baches que
hacen sudar mucho a las autoridades municipales.
Aparecen por aquí y por allá y algunos allí siguen y el alcalde Eduardo
Gattas Báez busca y encuentra recursos para corregir los baches que
deja el cielo cuando llora, algo que no se puede evitar, porque con las
lagrimas no se juega.
Se nota, se ve y se siente la relación entre Lalo y las autoridades
estatales, porque a Ciudad Victoria y a sus habitantes nos los deja
solos.
Lalo, siempre sonriente, recorre las calles sin perder la paciencia y
sabe, bien que sabe, que ninguna población amanece sin baches,
porque eso es imposible.
Y también por las lluvias, acompañado por el Secretario de Salud de
Tamaulipas, Vicente Joel Hernández Navarro, vestido de campirano,
Lalo se sumo a la lucha que se libra para el combate a la aparición del
dengue, enfermedad molesta y en ocasiones mortal por la proliferación
de zancudos.
Los dos luchan y protegen a la ciudadanía, por eso piden que los
victorenses colaboren con los trabajos de fumigación y que no pongan
resistencia.
Usted sabe del riesgo y no le queda otra.
Más que abrir, los brazos.
Correo electrónico: [email protected]