Por Edelmira Cerecedo Garcìa .

Ciudad Mante, Tamaulipas. — La crisis ambiental en Ciudad Mante estalla ante la indolencia y silencio cómplice de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (SEDUMA). Mientras los canales de la ciudad muestran escenas dantescas con peces muertos flotando y aguas teñidas de tonos rojizos y blanquecinos, la dependencia encabezada por Karina Lizeth Saldívar Lartigue permanece ausente, sin emitir una sola acción ni pronunciamiento.


Vecinos indignados denuncian que desde hace varios días el canal del Boulevard Pablo L. Sidar presenta signos evidentes de contaminación, sin que ninguna autoridad ambiental se haya presentado a inspeccionar la zona. En redes sociales circulan videos y fotografías donde se observa el deterioro del agua y fauna acuática, lo que ha desatado una ola de reclamos por lo que muchos ya califican como un ecocidio en curso.


“Primero el agua se puso roja, luego blanca, y ahora los peces están muertos. Nadie ha venido, nadie dice nada”, denuncian vecinos de Mante.
La SEDUMA y la Procuraduría Ambiental (PAUT), dirigida por Ramiro Lozano González, han brillado por su ausencia, ignorando las advertencias de los ciudadanos y dejando que el desastre avance sin control.
La ciudadanía exige una investigación inmediata y sanciones ejemplares a los responsables de los vertidos contaminantes que están devastando el ecosistema local y poniendo en riesgo la salud pública. La omisión institucional es tan grave que ya se habla de negligencia ambiental de alto nivel.
El clamor popular es unánime:
¿Dónde está la SEDUMA?
¿Por qué no hay inspecciones ni resultados de laboratorio?
¿Cuántos peces más deben morir para que actúen?
Mientras la burocracia se esconde tras el silencio, Ciudad Mante enfrenta una emergencia ambiental sin precedentes, que exhibe la falta de vigilancia, control y compromiso de quienes deberían proteger los recursos naturales de Tamaulipas.
La indignación crece. La confianza en las autoridades ambientales, se desploma.
El río ya habló. El agua también. Solo falta que el gobierno escuche.