LOS HECHOS
POR José Inés Figueroa Vitela
Decía el creador, fundador, propulsor del Movimiento de Regeneración Nacional,
también conocido como la Cuarta Transformación y quien no es otro que el
expresidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR que “amor, con amor se
paga”.
AMLO ya se fue, pero su escuela, continuada a nivel nacional por la Presidenta
CLAUDIA SHEINBAUM PARDO y en Tamaulipas por el Gobernador AMÉRICO
VILLARREAL ANAYA, tiene fiel reflejo entre los tamaulipecos.
En ella se encuentra la respuesta al hecho de que, desde la llegada del doctor
AMÉRICO al Gobierno estatal, en todas las mediciones, los tamaulipecos han estado
entre quienes mejor han calificado a la doctora SHEINBAUM.
Desde octubre del 2 mil 22, las mediciones en Tamaulipas para la Presidenta de la
República, han estado muy por encima de la media nacional y en la última levantada
por Mitofsky, con el 83.4 por ciento de aprobación, le ubicó en el primer sitio del país.
Ese cariño compartido tiene otras reciprocidades que conforma un círculo virtuoso
de largo aliento.
Todo el poder presidencial ha respondido con obras y acciones sociales, proyectos
impulsados por el Gobernador AMÉRICO VILLARREAL, quien con los
tamaulipecos mucho abonan al desarrollo del país.
El pueblo sabe que AMÉRICO y CLAUDIA son honestos, visionarios y
trabajadores; la confianza que nace de esa identificación, se multiplica en frutos que
desde los distintos ordenes de gobierno se traducen en satisfactores colectivos.
Así, en general, hemos ido mejorando en nuestras condiciones de vida, con la
esperanza fundada de que, yéndonos bien, nos irá mejor, como la propia Presidenta
dijo en su reciente mensaje a la nación.
En el aquí y ahora, aparte, el Mandatario Estatal, con los alcaldes de la zona
conurbada del sur, instaló una mesa de coordinación para dar seguimiento,
permanecer en alerta y desplegar las acciones de auxilio que eventualmente se hagan
necesarias por las avenidas del río.
Ya sabe, los afluentes del río Pánuco que desembocan en el sureste tamaulipeco,
vienen desde tierras muy lejanas, del centro mismo del país, y cruzan las huastecas,
por donde se desató el temporal, provocando desastres en los estados vecinos.
Acá solo se habían registrado encharcamientos callejeros en las zonas bajas
cercanas a la corriente, pero el nivel sigue creciendo y se espera una cresta importante
de aquí al fin de semana.
Por eso el estado de alertamiento interinstitucional, con el concurso de la Comisión
Nacional del Agua cuyos monitoreos, río arriba, resultan fundamentales para
reaccionar con tiempo y abatir los daños posibles.
Todo ello no altera la decisión y acción de ir en auxilio de los vecinos
veracruzanos, por parte de las instituciones estatales encabezadas por el doctor
AMÉRICO y a su convocatoria, de la ciudadanía que se ha volcado en los centros de
acopio acercando apoyos para los damnificados.
Víveres, medicinas, personal médico y de auxilio, equipo, incluido uno de los
helicópteros de Protección Civil, andan al sur del Pánuco, acompañando los esfuerzos
de la Presideenta SHEINBAUM por atender a nuestra gente.
“¡Dios no libre!”, repiten propios y extraños, cuando escuchan las amenazas de los
cabecillas del PAN y el PRI de que “van a rescatar y a reinstalar el Fondo Nacional de
Desastres”.
Siguen pensando que el pueblo es tonto y desmemoriado.
Aún para quienes ya tenemos gastada la memoria, existen las benditas plataformas
de búsqueda en el internet, para recordarnos lo que fue el FONDEN y a quien
beneficio, que tampoco fue al pueblo.
Esos del PRI y del PAN entre ellos se echaban, en su tiempo, acusándose
mutuamente de corrupción y desvío de recursos, porque se robaban el presupuesto
con el pretexto de ayudar a las víctimas de desastres… ayuda que nunca llegó en
tiempo y forma.
El mayor ejemplo de eso lo tuvimos aquí, en Tamaulipas, durante los seis años en
que en mala hora los cabecistas asaltaron el poder público estatal.
Con cualquier temporal, ya estaba el tal CABEZA pidiendo presupuesto al
gobierno federal e invariablemente acusó al FONDEN de ineficiencia, porque los
recursos para las emergencias se liberaban, de manera parcial, años después de la
afectación.
Para entonce, claro, las vístimas ya había rehecho sus vidas, pero los dineros
públicos como quiera se gastaban en producotos que, en el mejor de los casos, estaban
inflados en precios y surtidos por empresas fantasma.
Hoy la respuesta no admite más trámite que el levantamiento del padrón de
damnificados reales, sin más demora que el tiempo de surtimiento y entrega.