A MI MANERA

Por Tello Montes

-La transformación no se presume, se trabaja hombro con hombro con el Gobernador.

-Tamaulipas, líder nacional en comercio carretero y ferroviario.

  • Dámaso, el rector que escucha y hace futuro.

Matamoros habló claro y lo hizo en voz de su alcalde, Beto Granados: los resultados del gobierno de Américo Villarreal Anaya se sienten en cada rincón del estado, y el Tercer Informe no es discurso hueco, sino testimonio de una transformación que avanza.

Granados no titubeó en reconocer el respaldo que Tamaulipas —y en particular Matamoros— ha recibido en estos tres años. Salud, educación, seguridad, infraestructura: áreas donde el gobierno estatal no solo ha respondido, sino que ha tendido puentes directos con los municipios. Y eso, en política, se traduce en algo muy sencillo: resultados para la gente.

El alcalde fue claro: la unidad con el gobernador no es una foto ni un gesto protocolario, es la clave para que la transformación se sienta en las colonias, en los ejidos, en las escuelas y hospitales.

De nada sirven las ocurrencias aisladas o los proyectos al aire; lo que cuenta es la coordinación que multiplica el impacto y genera bienestar real.

Hoy Matamoros y Tamaulipas caminan al mismo paso. Beto Granados lo resume sin rodeos: trabajar hombro con hombro con Américo es la ruta para elevar la calidad de vida de las familias y consolidar un estado donde la palabra “transformación” no es eslogan, sino destino.

Tamaulipas, líder nacional en comercio carretero y ferroviario.

El Tercer Informe de Américo Villarreal Anaya dejó claro un dato que no admite discusión: Tamaulipas es hoy el primer lugar nacional en comercio carretero y ferroviario. No se trata de un logro menor, sino de la confirmación de que nuestro estado se ha convertido en el corazón logístico y productivo de México, la puerta de entrada y salida del desarrollo nacional.

Este liderazgo no es casualidad. Es resultado de una política que ha sabido combinar inversión, infraestructura y visión estratégica. Con ello, Tamaulipas no solo mueve mercancías: mueve progreso, empleos y oportunidades para cientos de miles de familias.

Américo lo subrayó en su mensaje: la transformación no es un eslogan, es una realidad que se palpa en cada cifra y en cada historia. La reducción histórica de la pobreza —242 mil tamaulipecos que dejaron atrás esa condición y 50 mil que salieron de la pobreza extrema— confirma que el desarrollo no se queda en las estadísticas, sino que toca vidas y cambia destinos.

Y lo mejor está por venir. La segunda mitad del sexenio avanza con proyectos carreteros, hidráulicos, ferroviarios, portuarios y hospitalarios, además de cruces internacionales modernizados y distritos de riego tecnificados. Con estos cimientos, Tamaulipas no sólo consolida su liderazgo en el comercio, sino que se asegura un futuro de prosperidad compartida.

En otro tema, en la UAT no se gobierna desde el escritorio, y Dámaso Anaya lo dejó claro al convivir un día entero con estudiantes y docentes de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria.

Más que una visita, fue un ejercicio de cercanía y de rendición de cuentas: el rector compartió logros, proyectos y alianzas que colocan a la Universidad en un plano de crecimiento sostenido y con mirada global.

El recorrido mostró una institución que no se conforma: convenios con la UNAM, vínculos con universidades de España y Colombia, y la organización de un congreso internacional en turismo y gastronomía son apenas una muestra de la proyección que se construye. Todo ello mientras se fortalecen carreras, posgrados e investigación que conectan a la UAT con el desarrollo de Tamaulipas.

Pero más allá de los anuncios, lo que marcó la jornada fue la cercanía. Anaya recorrió salones, habló con jóvenes de nuevo ingreso, escuchó inquietudes y constató avances.

Su mensaje fue directo: aprovechar la educación de calidad y los beneficios que brinda la Universidad para formarse integralmente.

El rector no sólo enumeró cifras, mostró compromiso. Y los estudiantes lo entendieron: la transformación de la UAT se construye hombro con hombro, con un liderazgo que escucha, gestiona y abre oportunidades dentro y fuera de nuestras fronteras.