Por Agustín Peña Cruz
Altamira, Tamps.- Durante una entrevista transmitida en Tarde de Café, el activista social
José Luis Aparicio Juárez rompió el silencio sobre su expulsión del Partido Acción Nacional
(PAN) en 2016 y adelantó su intención de reincorporarse a la vida política activa dentro del
blanquiazul en Altamira. A corazón abierto y con la voz firme, Aparicio habló no solo de su
pasado político, sino de las fracturas internas del partido y de las resistencias que aún hoy
enfrenta en su intento por regresar.
“No estoy exento, yo tengo un pecho. Quiero”, declaró Aparicio en los primeros minutos del
programa. “Para eso hay que buscar la forma de llegar. Como dice la canción: ‘quiero y
necesito’”. El mensaje fue claro: su deseo de retornar al PAN no es solo personal, sino parte
de una visión que busca, según sus palabras, “fortalecer al partido desde adentro”.
Expulsado en 2016 bajo un proceso que, admite, no quiso impugnar, Aparicio asegura que
nunca dejó de creer en los principios de Acción Nacional. “No fue el partido el que me
traicionó, fueron las personas que estaban dentro. Y esas personas, hoy, ya no están”, dijo.
La entrevista abordó sin rodeos las tensiones históricas dentro del partido en Altamira,
marcadas por pugnas internas, señalamientos de “venta de elecciones” y reciclaje de
candidatos. Aparicio fue particularmente crítico con quienes, habiendo perdido contiendas
electorales previas, hoy aspiran nuevamente a liderar el comité municipal del PAN. “¿Con
qué capital político o dignidad se acercan a pedir el voto de los militantes?”, cuestionó.
Aparicio reconoció que, si bien mantiene el respaldo de entre 25 y 30 miembros activos del
partido, legalmente no puede contender para la dirigencia municipal, pues su militancia
sigue suspendida.
No obstante, insistió en que lo mueve una causa: “Tener el respaldo y buscar la empatía de
la gente. Lo importante es que Acción Nacional recupere credibilidad”.
Durante la conversación, se le recordó una escena de 2016 que habría desencadenado el
conflicto que culminó con la salida de Aparicio: una discusión acalorada derivada,
presuntamente, de una imposición en las listas de candidatos, donde se intentó colocar a
una mujer mediante una “biblia electoral”.
Aparicio no negó los hechos. “Pasó lo que pasó”, se limitó a decir. “Ese momento fue
determinante. No por la persona, sino por la forma en que se condujeron las decisiones”.
En un tono más conciliador, Aparicio aseguró que hoy mantiene una relación “muy buena”
con algunos de los actores con quienes en su momento tuvo fricciones, entre ellos el
exdirigente Martín y otros miembros clave del panismo local. “En ese entonces todos
teníamos la sangre caliente, hoy veo las cosas con otros ojos”, reflexionó.
La entrevista fue más que un repaso biográfico: fue una crítica abierta al estado actual de la
militancia panista en Altamira. En palabras de Aparicio, “faltó estructura, faltó capacitación,
pero sobre todo, faltó integridad”. Cuestionó que los mismos actores que llevaron al partido
a derrotas electorales “inconcebibles” ahora pretendan presentarse como la renovación.
A casi una década de su salida del PAN, José Luis Aparicio Juárez no solo busca regresar.
Busca, también, encender el debate sobre la necesidad de una auténtica reconstrucción
interna. Si lo lograrán dejar volver o si su voz quedará otra vez marginada por intereses
cupulares, aún está por verse. Pero como él mismo dijo al final de la entrevista: “Yo sigo
creyendo en Acción Nacional. Y eso, nadie me lo puede quitar”.