Opinión pública

Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Vimos un “tigrillo” viejo y escopeteado, casi
octagenario, menos soberbio, humildito y con los pies en la tierra. Ya no
“vuela” ilusiones faraónicas de poder.
Dicen que por puro orgullo no renuncia al espacio minado en que lo
tiene el “fuego amigo”.
Los gobernantes le dijeron que era el más bonito y se creyó. El orgullo
del ejido El Charco, municipio de Villagrán, no entendió que en política los
amigos son de a mentiritas y los enemigos reales.
Esto nos coloca en 2009 cuando propios y extraños vieron con asombro
que los terrenos feriales se inundaban con al menos 25 mil almas venidas
de todos los rincones de Tamaulipas, autobuses fletados y propiedad de las
escuelas, con un solo objetivo: Festejar a lo bestia a su líder magisterial.
Al decir de los organizadores rentaron 20 mil sillas, más las que trajeron
grupos seccionales con sus propias con carpas.
Una demostración de poder fáctico que le garantizaba el asalto a la
secretaría de Educación. Vivía tórrido romance con el gobierno en turno
Los organizadores dijeron haber sacrificado 15 vacas y otro tanto de
borregos y marranos. Comida y bebidas espirituosas para todos.
Quienes conocen de eventos sociales recuerdan, que después de la
boda de Leopoldo Bello López y Amalia Cano –feria y lienzo charro de
Tamatán-, a donde asistió virtualmente todo Victoria, la del profe es la
segunda por su número de comensales en la historia de la Villa de Aguayo.
Amenizaron Los Nacionales de Linares, Sonora Dinamita y los Cadetes
de Linares, más los fara fara que se pegaron.
Hicieron viaje especial los alcaldes fronterizos Ramón Garza Barrios, de
Nuevo Laredo; Erick Silva Santos, Matamoros y Oscar Luebbert Gutiérrez
(pensando en que el festejado tenía futuro).
Soportando el fuerte calor de la época se presentó el Gobernador
Eugenio Hernández, quien dijo a la prensa: “A Arnulfo no se le puede negar
nada porque sabe pedir las cosas”.
Estaban los acuerdos con el Panal para entregarle posiciones y
chambas directivas en la secretaría de Educación, a cambio de votos para
el PRI. En ese sexenio se fueron hinchados.
Geño le regaló una chamarra cuera, “hecha especialmente para Arnulfo,
que solo se le da a los mejores hombres de Tamaulipas”.
Muy cerquita, acomedidos y listos para atender cualquier detalle, el
secretario de Educación, José Manuel Assad Montelongo y el alcalde Arturo
Díez Gutiérrez (pensaron ingenuamente que podrían suceder a Geño).

Pasó el sexenio del “güerito” y los tiempos cambiaron. Egidio no
respondió como su fallecido hermano Rodolfo, con quien hizo alianzas.
En 2011 el orgullo tamatanero quiso repetir hazaña pero fracasó.
Asistieron alrededor de ocho mil almas -cuota respectiva-, no se presentó el
Gobernador Torre Cantú y solo Diódoro Guerra, el jefe de Educación.
Y vinieron las cacayacas del omnipotente líder, al acusar a funcionarios
del estado “de querer boicotear mi festejo y utilizar el rubro de la educación
a su antojo”.
La luna de miel había terminado, y fue para siempre.
Regresó por sus fueros a finales del 2022. Venía hecho una fiera, un
energúmeno, dispuesto a exigir la mitad de las chambas de la secretaría.
Hasta quiso imponer al titular de la misma.
Se contrapunteó con Lucía Castillo Pastor y la quiso correr, organizó un
paro loco de clases en que la primera de 22 peticiones era esa: Despedir a
la secretaria en menos de lo que canta un gallo.
Se topó con fierro. En la 4T el método del descontón quedó atrás.
El propio Gobernador lo fue a ver al plantón –platicar- que tenía sobre la
Calzada de Tamatán. El diálogo fue en el CEN donde le ordenaron levantar
el paro que duraba varias semanas.
Le falló el tiro al “tigrillo”. No espantó con sus gritos, y la gente no lo
siguió en posteriores paros a los que convocó.
Ya sin presiones fue recibido en Palacio. Le concedieron lo que las
bases tenían derecho, sin amenazas ni chantajes.
Dos años y siete meses después –en abril- Pastor dejó la secretaría,
mas no por exigencias del embaselinado.
Ni en los mejores tiempos del cacicazgo de Jesús Cervantes Sánchez,
en la sección 30, los patos le tiraron a las escopetas. El poder no puede
compartirse por exigencias y caprichos.
Ayer lo vimos chiquito, muy pequeño, publicitando que recibió en su
cueva de la sección 30 a la presidenta de Tampico, Mónica Villarreal. Se le
bajaron los humos, es un gatito que no espanta a nadie.
Tema aparte, el DIF Tamaulipas que dirige la doctora María de Villarreal
aventó la casa por la ventana al arrancar en el ejido San Antonio, de
Jaumave, el programa “Ruta del Apapacho” con motivo del Día de las
Madres, jornadas de servicios y regalos, acompañada del Gobernador
Américo Villarreal.
El día 13 toca turno a Palmillas; Bustamante el 20 y Miquihuana el 22,
exclusivo para el altiplano donde el frío y la pobreza calan más.
Mientras tanto en la UAT, el Rector Dámaso Anaya Alvarado y el
secretario de Salud, Vicente Joel Hernández, acompañados de la
Presidenta Honoraria de Familia UAT, Isolda Rendón de Anaya, pusieron en
marcha el programa “Estilos de Vida que Inspiran y Transforman” enfocado
a motivar al estudiantado a adoptar hábitos saludables.