-Criterio presidencial divide la opinión pública
-AMLO apoya a Julián y arremete contra Carlos
-Tanto el australiano como el mexicano publicaron hechos documentados
H. Matamoros, Tamaulipas.-La postura del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR
con relación a la liberación del periodista australiano JULIAN ASSANGE, como era de
suponerse, provocó criterios encontrados en distintos sectores de la sociedad y, por
supuesto, en el gremio periodístico.
Por un lado, quienes ven con buenos ojos que el jefe del Ejecutivo federal haya
intercedido ante el gobierno de los Estados Unidos en favor de quien publicó miles de
documentos confidenciales del ejército norteamericano y, por el otro, quienes no están de
acuerdo con los constantes señalamientos en las conferencias mañaneras en contra de
periodistas mexicanos.
En efecto, el huésped de Palacio Nacional vitoreó la liberación de quien permaneció en
calidad de refugiado en la embajada de Ecuador en la Gran Bretaña de 2012 a 2019 y
posteriormente preso en una cárcel inglesa de máxima seguridad durante cinco años, por
publicaciones que bien pudieran asociarse a su derecho de libre expresión.
No obstante, en contraparte y, por ende, el motivo de la polarización de opiniones, el
presidente LÓPEZ OBRADOR no comulga con periodistas críticos a su régimen sexenal
como son los casos concretos de CARLOS LORET DE MOLA, JOAQUÍN LÓPEZ-DÓRIGA y
CARMEN ARISTEGUI, por citar algunos ejemplos, aunque, eso sí, afirma que no se trata de
persecución y que los citados comunicadores ejercen a plenitud su derecho constitucional.
La dualidad de puntos de vista cobra relevancia luego de que LORET DE MOLA denunció
una investigación en contra de él, su esposa y su colega VÍCTOR TRUJILLO por parte de la
Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) como como consecuencia de publicaciones que
exhiben a funcionarios del gobierno de la Cuarta Transformación y a familiares del tlatoani
azteca.
Como es del dominio público, el fundador de WikiLeaks llegó a un acuerdo con el gobierno
norteamericano y se declaró culpable de los cargos asociados a actos de espionaje y a la
obtención y divulgación de información relacionada a operativos del ejército de ese país
en las guerras de Irak y Afganistán.
En cambio, CARLOS LORET DE MOLA enfrenta constantes embestidas desde el salón
Tesorería del Palacio Nacional por señalamientos a los hermanos PÍO y MARTÍN LÓPEZ

OBRADOR por recibir sobres con dinero de procedencia no transparente, el supuesto o
real tráfico de influencias por parte de ANDRÉS y BOBBY, además, el enriquecimiento
inexplicable de JOSÉ RAMÓN, hijos del creador del Movimiento de Regeneración Nacional.
Asimismo, LORET DE MOLA ha denunciado públicamente a los primos PEDRO y OSTERIEN
SALAZAR BELTRÁN como quienes, al amparo de ANDRÉS y BOBBY, aprovechan la relación
presidencial para influir en contratos millonarios mediante el tráfico de influencias. El
periodista ha documentado la información con grabaciones telefónicas y copias de
contratos.
Desde cierta perspectiva todo hace suponer que en ambos casos (las publicaciones de
ASSANGE y de LORET DE MOLA) tienen su origen en hechos reales y no producto de la
imaginación. Si la lupa o el microscopio indican algo diferente eso es simple y
sencillamente otro cantar.
Aunque, eso sí, al director de Latinus le afecta en su credibilidad aquel montaje televisivo
derivado de un operativo policiaco federal para capturar a una banda de secuestradores.
Le realidad es que sí sucedió el arresto de los delincuentes, pero repetir la escena para
fines mediáticos le afectó y le sigue afectando al reconocido comunicador.
Respecto a la supuesta o real acción investigadora de la Unidad de Inteligencia Financiera
en contra de LORET, el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR insiste en negar los
cargos bajo el argumento de que “no somos iguales” y que en su gobierno se respeta la
libertad de expresión.
Lo malo del caso es que continuamente desde el púlpito mañanero, el jefe de las
instituciones federales hace señalamientos negativos a comunicadores críticos a su
régimen con la bandera de su derecho a expresarse libremente, pero pasando por alto
que su defensa la despliega desde la tribuna presidencial durante sus conferencias
mañaneras.
Ni hablar.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Sería conveniente que la Secretaría de Educación Pública (SEP) investigara
detenidamente el notable incremento de instituciones educativas de las llamadas
“patito”.
Un caso concreto que deja pingües ganancias a los mercenarios de la educación es el
Centro de Estudios Avanzados Jean Piaget que opera en la ciudad de Santiago de
Querétaro, Querétaro, domiciliado en Avenida del 57, número 42.
El pomposo “centro de estudios avanzados” ofrece certificados de bachillerato y títulos
universitarios al mejor postor con la aparente complacencia de la SEP.

Su estrategia expansionista la centra en “convenios de colaboración” con organizaciones
gremiales y colegios de periodistas de dudosa reputación en distintas entidades
federativas, como en Tamaulipas, por ejemplo.
Y hasta la próxima.
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