-Violencia en elección 2024 enciende focos de alarma para 2030
-El crimen organizado avanza peligrosamente en la vida democrática
-Fallaron la guerra al narco de Calderón y “abrazos, no balazos” de AMLO
H. Matamoros, Tamaulipas.-Al margen de vencedores, vencidos y ganadores en el proceso
electoral concurrente 2023-2024, lo cierto es que urge que el Estado mexicano despliegue
la estrategia necesaria para evitar el alto saldo mortal que registró la competencia
eleccionaria que convocó a las urnas el pasado domingo.
Si bien es una realidad que la violencia electoral se ha manifestado en anteriores eventos
cívicos para elegir a los representantes populares es innegable que, durante la jornada
proselitista para elegir al presidente de la república, jefe de gobierno de la Ciudad de
México, diputados federales, senadores, gobernadores y alcaldes se incremento
alarmantemente el asesinato de aspirantes a un cargo de elección popular.
Entre diciembre del año pasado al 31 de mayo del presente la lúgubre relación de
abanderados de distintos partidos políticos registra un total de 29 víctimas de la violencia
electoral.
Concluido el proceso electoral concurrente en lo que se refiere a proselitismo, jornada
electoral y cómputo distrital, el nuevo gobierno de la Presidencia de la República que
entrará en funciones a partir del primero de octubre habrá de encontrar la fórmula
adecuada para proteger a los candidatos y garantizar una verdadera democracia en la
elección federal de 2030.
Obviamente, nada sencillo ante el alarmante avance del crimen organizado en distintas
regiones del país y el control político y económico que ejerce en esa nueva rama de la
diversificación de sus fuentes de financiamiento.
Se estima que los distintos cárteles de la droga mantienen el dominio total en gobiernos
estatales y locales en al menos un tercio del territorio nacional, lo que, por supuesto, es
una situación que permite suponer que el gobierno federal está siendo rebasado por esos
grupos fácticos.
Al menos hasta el momento, ni la guerra al narco declarada por el entonces presidente de
la república FELIPE CALDERÓN HINOJOSA ni el programa del gobierno de la Cuarta
Transformación, “abrazos, no balazos”, del mandatario nacional ANDRÉS MANUEL LÓPEZ
OBRADOR han logrado tan siquiera inhibir la actividad del crimen organizado.

Los numerosos casos documentados de agresiones e intervención directa en el pasado
proceso electoral por individuos fuera de la ley, es un claro indicativo que pone en riesgo
la democracia mexicana y sus respectivos procesos electorales que avala y sanciona el
Instituto Nacional Electoral (INE).
En consecuencia, ante la alarmante violencia que se presentó durante la elección
concurrente 2024 debiera ser un acicate para el nuevo gobierno azteca que permita
establecer estrategias que garanticen el derecho a votar y ser votado en la vida
democrática del país.
Mientras tanto las víctimas mortales habrán de ser recordadas por sus familiares,
amistades e institutos políticos al pagar con su vida por el simple hecho de aspirar a un
cargo de representación popular.
En diciembre 2023 fueron asesinados JAIME DÁMASO SOLIS, MIGUEL ÁNGEL CRUZ
ROBLES, WILMAN MONJE MORALES, ALEJANDRO LANUZA HERNÁNDEZ, JAVIER TORRES
BARRERA, DAGOBERTO GARCÍA y RICARDO TAJA RAMÍREZ.
En enero del presenta año se sumaron al mortal listado GIOVANNI LEZAMA BARRERA,
DAVID REY GONZÁLEZ MORENO, SERGIO HUESO, MIRIAN NOHEMÍ RÍOS RÍOS, MARCELINO
RUIZ ESTEBAN y su esposa GUADALUPE GUZMÁN CANO, y JOSÉ ALEJANDRO NAREDO
GARCÍA.
Las víctimas en el mes de febrero son: JAIME VERA, JUAN PÉREZ GUARDADO, YAIR
MARTÍN ROMERO SEGURA, MIGUEL ÁNGEL ZAVALA REYES y ARMANDO PÉREZ LUNA.
Marzo 2024 también registró saldo mortal con los asesinatos de ALFREDO GONZÁLEZ
DÍAZ, TOMÁS MORALES PATRÓN, DIEGO PÉREZ MÉNDEZ y JAIME GONZÁLEZ PÉREZ.
En abril perdieron la vida como consecuencia de su participación en el recién proceso
electoral GISELA GAYTÁN, NOÉ RAMOS FERRETIZ, ALBERTO ANTONIO GARCÍA y
FRANCISCO SÁNCHEZ GAETA.
El saldo mortal del pasado mes de mayo registra los asesinatos de LUCERO LÓPEZ MAZA,
JOSÉ ALFREDO CABRERA TORRES y JORGE HUERTA, quien perdiera la vida a manos
criminales, el viernes 31 de mayo.
Sobra decir que la estadística total de agresiones en todas sus expresiones, suman casi
800 casos que se presentaron en distintas entidades federativas.
Ni hablar.
DESDE EL BALCÓN:

I.-Será por demás interesante conocer cómo le hará el nuevo gobierno federal para frenar
el avance de la delincuencia organizada no tan solo en las actividades que ya se han hecho
tradicionales, sino en lo que se refiere a su participación directa en los procesos
electorales.
Y hasta la próxima.
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