La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Los resultados de la votación de la elección del pasado domingo 2 de junio, en ciudad Victoria, es muy probable que favorezca al candidato de MORENA, Lalo Gattás. Al final del trabajo del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) –aparato organizado por el Instituto Nacional electoral (INE)–, se dictaminó que el triunfador de la contienda por la alcaldía, era el aspirante del PAN, Oscar Almaraz, con una diferencia de doscientos votos.
Desde ese día, el equipo del alcalde que pretende reelegirse en la capital, argumentó que esos números iban incompletos.
¿Qué argumentaron los morenistas sobre el proceso en Victoria?
Uno contundente: exhibieron actas del escrutinio en las casillas, cuyos resultados no aparecían en lo anunciado por el PREP.
No una sábana; fueron varias.
¿Qué pasó?
Sencillo: la inexperiencia de los funcionarios de casilla; no supieron qué hacer con los resultados –pegarlos para manejo público en el sitio de las casillas– complicando el trabajo de los comisionados por el PREP para dar a conocer el desarrollo de los comicios, desde una versión oficial: la del INE y la del Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM).
Las fallas, se generaron –en parte– por la ausencia de funcionarios de casilla. Obligó esa circunstancia, a habilitar a ciudadanos de la fila; esto a la vez, acarreó una regular tardanza para organizar la votación en buena parte del número global de mesas receptoras de voto de ciudad Victoria.
La improvisación de directivos en las casillas, derivó en un manejo un tanto errático e ineficaz. Eso impactó en un deficiente proceso de recepción y conteo de votos. En efecto: se llenaron actas de escrutinio con serias deficiencias; mal empaquetamiento de la papelería oficial, que incluyó encerrar en la paquetería las actas que signaban los resultados del proceso; y un amplio, etcétera.
Muy probablemente, ese fenómeno ocurrió en muchas partes de la entidad.
Sólo que aquí el umbral del triunfo –o la derrota– fue muy pequeño: doscientos cinco votos.
La denuncia del candidato Lalo Gattás, está de sobra sustentada.
Sus papeles, no cuadran con los números que presenta el PRIAN.
Resultado: es muy, pero muy viable, que la elección victorense, de un vuelco a favor del candidato de MORENA.
Sólo en un acta, no contabilizada por el PREP, Gattás supera a Almaraz por más de doscientos votos. Los guindos, presumen varios documentos en donde salen arriba sin que esas cuantificaciones hayan sido sumadas a las cifras finales.
¿Quién es el responsable de ese margayate?
No hay otros chivos expiatorios: el INE y el IETAM.
Esas instituciones, debieron subsanar esa atmósfera de tanto desacierto y tanta deficiencia, en varias casillas.
¿Quién es la autoridad mediadora de la autoridad electoral y los funcionarios de las mesas receptoras?
No hay otros: los supervisores.
Estos colaboradores del Poder electoral, orientan y tutelan la instalación y el desarrollo de los trabajos para una elección pulcra, confiable y legal.
¿Por qué no hubo una coordinación funcional entre supervisores, INE, IFE y funcionarios de casilla?
Unos días antes de los comicios, la autoridad electoral había anunciado que más de 800 funcionarios de casilla, habían renunciado a su responsabilidad.
Es decir: se conocía, que habría problemas en algunas mesas de votación.
¿Por qué no se previó y se subsanó esa anormalidad?
El INE y el IETAM, tienen mucho qué explicar a los ciudadanos, a los partidos y a los candidatos, de tanto desbarajuste.
Esperemos que el Plan C, venga a erradicar esos lastres –el INE y el IETAM, sí se tocan–para la transición democrática del país, de la entidad y de los municipios.