CUADRANTE   POLITICO——–POR  FERNANDO  ACUÑA  PIÑEIRO——

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 Entre los nombres más connotados que se perfilan como probables integrantes del próximo gabinete federal, destaca  el médico, funcionario público, escritor y diplomático  Juan Ramón de la Fuente Ramírez.  

Recientemente la doctora CS lo acaba de nombrar como el encargado de coordinar el equipo de transición con el gobierno del Presidente AMLO. Y aunque el perfil del psiquiatra e investigador mexicano, es la diplomacia internacional, tampoco se le puede descartar para la Secretaría de Gobernación.

La lógica nos indica que JR iría a la cancillería.  Pero, dado el mensaje conciliador e incluyente emitido recientemente por la Presidenta electa de este país, el carácter afable pero firme en sus principios del prestigiado unamita, podría ser una agradable sorpresa en Bucareli.

    Sabemos que Juan Ramón se desempeñó en el gobierno de AMLO como representante ante la ONU. Sin embargo su rol en las relaciones exteriores  podría cambiar, y ser enviado al tema de la política interior.

  Me dirán ustedes que donde queda Adán Augusto López Hernández. Sin embargo, su nombramiento en gobernación, podría dar un toque de continuismo y subordinación.  Y no de continuidad, pero  con un sello propio, como así será.

   Otro de los que repite, aunque en su mismo cargo, es el actual Secretario de Hacienda Rogelio Eduardo Ramírez de la O. Al igual que De la Fuente, el reafirmado como titular de los dineros públicos, es egresado de la UNAM, específicamente de la facultad de economía.

 Otro personaje que puede definirse como la crónica de un nombramiento muy anunciado es  Omar Hamid García Harfuch en la Secretaría de Seguridad Pública.

El  ex secretario de Seguridad ciudadana en el gobierno de la CDMX, es el cachorro de un clan de elite militar en México. Hijo de Javier García Paniagua, ex titular de la Dirección Federal de Seguridad y de María Harfuch Hidalgo,  nombre verdadero de la actriz  María Sorté.

 El  abuelo de Omar fue  Marcelino García Barragán, ex secretario de la Defensa Nacional.

 Podrá decirse de García Harfuch lo que usted quiera, incluyendo la famosa verdad histórica,  pero el hombre ha dado resultados en seguridad pública, durante el gobierno de la doctora Sheinbaum en la capital del país. Actualmente se le considera la carta fuerte para instrumentar la estrategia de paz social para México, ofertada por la hoy Presidenta electa. Tiene a su favor su código genético con las elites militares. 

 ¿Que lugar en el gabinete le va a dar la primera presidenta de México al colimense Mario Martín  Delgado Carrillo? Con  Marcelo Ebrard se desempeñó como Secretario de Educación Pública. Pero no es egresado de la UNAM, sino del ITAM. Enviarlo a Gobernación sería una mala idea, por la herida abierta de la debacle opositora.

 Un político  muy cercano a Claudia Sheinbaum  es Gerardo Fernández Noroña, al cual probablemente lo destinen para seguir torpedeando a la oposición en la cámara alta. Va como senador de la república por la vía plurinominal. Gerardo es un todo terreno. Y un mastín de inteligencia y poder verbal. Donde lo pongan funciona. 

 Tatiana Clouthier Carrillo en Comunicación Social de la Presidencial sería una vocera de lujo. Durante la campaña fungió como coordinadora de voceros.  Pero la hija de Maquío podría participar en el tema de Bienestar Social. Eso lo decidirá la jefa Claudia.

Suena el nombre de Regina Orozco en el tema cultural.

  A continuación algunos nombres que muy posiblemente veremos  en puestos clave del próximo sexenio federal:

 Esthela Damián, Renata Turrent, Javier Corral, Gerardo Esquivel,  Altagracia Gómez Sierra,  Susana Harp, Jorge Marcial Islas Samperio.

 David Kershenobich, Lorenzo Meyer,  Irma Pineda Santiago, Rosaura Rioz Gutiérrez, Olga Sánchez Cordero, Violeta Vázquez Maldonado y Arturo Saldivar, entre otros.

 Dejamos para el final el nombre  de Marcelo Ebrard, el cual es una especie de comodín. Es muy probable que le den lo que se denomina Pago de Marcha, por sus servicios prestados a la patria morena.

Pero ya no figurará en cargos claves.

¿O sí?