La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Consideraciones sobre la elección de junio del 2024 y sus efectos en Tamaulipas:
1.- MORENA se consolida como la nueva hegemonía. Con 21 distritos ganados –de los 22 en disputa de mayoría– y 27 alcaldías –de las 43 en juego–, la IV T obtiene la mayoría calificada en el Congreso local –requiere 24 legisladores, las dos terceras partes del parlamento, para lograr los tan deseados cambios constitucionales– con la cual acaba con una Legislatura dividida y fragmentada que operó como un lastre para el despegue del gobierno estatal lopezobradorista.
De un gobierno de Américo Villarreal Anaya, maniatado, con claros elementos heredados por el poder cabecista, pasó a convertirse en una administración con total capacidad de maniobra.
De hecho, se puede decir, que ayer domingo –2 de junio– fue el verdadero triunfo de la IV T tamaulipeca –de AVA, para ser precisos–: con los Poderes Ejecutivo y Legislativo bajo su control pleno, es el fin de la alternancia para dar paso –si se tiene la capacidad para ello– a la transición democrática en la entidad.
Más claro: si hace dos años, el gobernador arribó a sus responsabilidades cercado por un Congreso en contra y un Poder judicial local adverso, ahora emerge como el nuevo factor de gobierno con el poderío que le otorga la legitimidad completa del soporte de sus diputados y sus presidentes municipales.
2.- La autoridad de Villarreal Anaya, no sólo se amaciza por los enormes logros en el rubro electoral; también se galvaniza, por la liquidación de dos elementos del pasado cuya actividad le resultaba incómoda: los ex gobernadores, Francisco García Cabeza de Vaca y Eugenio Hernández Flores. Uno y otro, se fueron al suelo. El reynosense, fue borrado del escenario: perdieron sus más potentes candidatos: Yalheel Abdala en Nuevo Laredo y se hundió su más preciado sitio: Reynosa.
Geño, mostró que es un guiñapo político. No es ni la sombra de lo que fue; sólo a un alucinado, se le puede ocurrir lo que intentó: un regreso triunfal, con el tufo de la corrupción sobre sus espaldas.
3.- El PAN y sus aliados, fueron achicados. Dos elementos que contribuyeron para la debacle azul, fueron la candidata residencial, Xóchitl Gálvez y el ex gobernador, Cabeza de Vaca. La senadora-candidata, vino a Tamaulipas, a regar el tepache: anunció que clausuraría la refinería de ciudad Madero y liquidaría la industria maquiladora en nuestro estado; el ex gobernador, pagó sus equivocaciones al inhibir liderazgos albiazules en las diferentes regiones de la entidad, para dar relevancia e importancia a la promoción de su cerrado grupo.
Esas –entre otras– circunstancias, hundieron a los candidatos albiazules al tiempo de abrir la puerta para el crecimiento exponencial de MORENA en la región.
4.- La fortaleza de AVA, –como es evidente– se reflejará en el manejo de la red partidista guinda. Si en el pasado, factores micro-regionales como la Borrega López desde Matamoros y Makyito Peña Ortiz desde Reynosa, intentaron rebelarse en función de un malentendido poderío local, ahora tendrán que aprender y comprender la nueva institucionalidad.
5.- Se ven venir, cambios en la estructura gubernamental. Principalmente, en los quistes que heredó el cabecismo, que han tenido su más pública representatividad en las cabezas de los Organismos Autónomos del gobierno estatal. Apremian, cambios de hombres y mujeres que funcionaron mediocremente y más, en las políticas de gobierno.
6.- Las derrotas en Victoria y Río Bravo, requieren un objetivo y desapasionado escrutinio. Más el descalabro de la capital.
Excelente saldo para el gobierno de Villarreal Anaya.
Esperemos, que oriente correctamente las tareas que demanda el saludable y necesario, vuelco de la alternancia electoral a la transición democrática de régimen y de gobierno.