EN CONCRETO
Por: Blanca Leticia Guerra

De las elecciones más significativas para México, podría contar la del 2000, cuando
luego de 71 años de gobierno, el PRI pierde el poder ante la clara victoria del PAN, con
Vicente Fox, poniendo fin al régimen más longevo de un partido hegemónico en el
mundo.

La del 2018, cuando luego de 12 años de lucha por llegar a la presidencia de la
República, Andrés Manuel López Obrador gana las elecciones. Nada pudo contra el
deseo del pueblo mexicano de un cambio verdadero.

Después de casi seis años en el poder, los avances han sido más que evidentes para
los que hemos querido ver, sin embargo, con el precepto “Por el bien de todos, primero
los pobres” AMLO se echó encima a todos aquellos que se beneficiaban de la
corrupción de los gobiernos anteriores y esto ha tenido repercusiones. Las viejas
oligarquías están molestas.

En este 2024 nos encontramos otra vez ante una nueva posibilidad y es que este giro
en el imaginario social de los mexicanos que nos permite la posibilidad de que dos
mujeres estén al frente de la contienda, implica ya un cambio de paradigma.

Hasta hace muy poco tiempo, y a pesar de que en México la población somos en su
mayoría mujeres, esto no se traducía en una política acorde.

Para llegar al día de hoy, históricamente miles y miles de mexicanas hemos luchado
por nuestros derechos, no solo los políticos, aunque hoy son estos los que se
visibilizan.

Aún hay mucho por avanzar, pues no hay que olvidar que México es uno de los países
con más alto índice en feminicidios, quizá por eso este momento se sienta como una
irrupción en el sistema político, pero estamos en el camino.

Ahora bien, el tener a una mujer al frente no nos asegura nada. Hay casos en la
historia de mujeres al frente de gobiernos que niegan totalmente la existencia de una
brecha de igualdad entre hombres y mujeres, o la existencia de la violencia de género.

En cuando a México, aunque ninguna de las dos candidatas destacan por un perfil
feminista, ambas han desarrollado propuestas sobre temas enfocados específicamente
hacia las mujeres; Sheinbaum se ha comprometido a reformar la ley para que los casos
de de muertes violentas de mujeres, sean investigados como tentativa de feminicidio,
además de crear entidades especializadas en la lucha contra la violencia de género y
también empezar con el apoyo a adultas mayores a partir de los 60 años.

Gálvez por su parte prometió cero tolerancia para los violentares y la creación de un
fondo nacional de atención a víctimas.

Algunas personas consideran que no es por su trabajo que han llegado a estar en este
lugar, sino por el momento que vive el mundo actualmente y por mera estrategia de las
coaliciones que representan. A mi me parece que esto significaría negar la inteligencia
y el esfuerzo dentro de la política que, por lo menos en el caso de la Dra. Claudia, se
ha realizado, pero considerando este punto, vámonos a los hechos:

Sehinbaum tiene el respaldo del trabajo que realizó como Jefa de Gobierno en la
CDMX y el apoyo total del presidente Andrés Manuel López Obrador; Gálvez a su vez
es apoyada por Cabeza de Vaca y precedida por Vicente Fox, Felipe Calderón y
Enrique Peña Nieto…

¿Usted qué opina?