Golpe a golpe

Por Juan Sánchez Mendoza

La aprobación ciudadana al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se ubica en el 60 por ciento, según la medición más reciente de ‘El Financiero’ publicada el día 2 del mes que cursamos.

Aceptando sin conceder que así sea –la consulta se levantó sólo entre 800 adultos vía telefónica–, el panorama asoma harto atractivo para el plan ‘c’ presidencial, consistente en adjudicarse ‘el carro completo’ en la jornada comicial.

Es decir, ganar las 300 diputaciones uninominales y los 64 escaños de mayoría relativa, más los 32 de primera minoría para, así, lograr la mayoría calificada en ambas cámaras del Congreso de la Unión.

Ayer comenté que, en Tamaulipas, la elección senatorial luce apretada porque de los seis candidatos que juegan por la alianza ‘Sigamos Haciendo Historia’ sólo dos se han aplicado en campaña: Olga Patricia Sosa Ruiz (de morena) y Eugenio Javier Hernández Flores (del membrete verde) mientras sus parejas ocasionales le han apostado a su propio ‘arrastre’; y a la fuerza de la coalición –aunque ésta, por estrategia, sea parcial–, como también la dupla que va por el PT.

En cuanto a quienes intentan ser diputados federales uninominales, en los ocho distritos electorales –recordemos que hay una nueva composición, determinada por el Instituto Nacional Electoral (INE)–, aparecen candidatos que tampoco son garantía de nada aun cuando están cobijados por los tres partidos aliados en ‘Sigamos haciendo historia’.

Antecedentes

En la elección del 2018, Movimiento Regeneración Nacional (morena) y los partidos del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES) se aliaron, con miras a adjudicarse los (entonces) nueve distritos electorales de Tamaulipas.

Esa empresa les redituó seis diputados: Olga Juliana Elizondo Guerra, Héctor Joel Villegas González, Adriana Lozano Rodríguez, Erasmo González Robledo, Olga Patricia Sosa Ruiz y Armando Javier Zertuche Zuani.

Hubo en aquel proceso electoral, otra coalición partidista: la de Acción Nacional (PAN) con el de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), adjudicándose ésta tres curules de mayoría relativa, que ostentaron José Salvador Rosas Quintanilla, Mario Alberto Ramos Tamez y Vicente Javier Verástegui Ostos.

Hacia 2021 se armó otra coalición para contender por las diputaciones federales

La integrada por morena, el PVEM y el PT logrando repetir la cifra de seis diputados federales: Ana Laura Huerta Valdovinos, Olga Juliana Elizondo Guerra, Tomás Gloria Requena, Adriana Lozano Rodríguez. Erasmo González Robledo y Claudia Alejandra Hernández Sáenz.

El membrete albiceleste ganó tres con: Óscar de Jesús Almaraz Smer, Vicente Javier Verástegui Ostos y Rosa María González Azcárraga.

Escenario 2024

Por la redistritación ordenada por el INE, Tamaulipas de nueva cuenta sólo tiene ocho demarcaciones federales; y un rudo cambio en su conformación, generando así confusión ciudadana. Sobre todo, en los municipios rurales.

En esta ocasión, participan las coaliciones ‘Sigamos haciendo historia’ (morena-PT-PVEM) y ‘Fuerza y corazón por México’ (PAN-PRI-PRD). Y el membrete naranja, por las diputaciones federales de mayoría relativa.

Aparentemente los abanderados de la marca ‘lópezobradorista’ tienen ventaja.

Pero no todos. Y se lo explico:

En el Distrito 1 (con cabecera en Nuevo Laredo), la población rechaza, en su mayoría, a Carlos Enrique Cantúrosas Villarreal, pues harta está (ya) de los cacicazgos políticos y la corrupción que éste y su hermana (Carmen Lilia) han alentado y/o tolerado en el ayuntamiento, por lo que cobra fuerza la candidatura de Manuel Canales Bermea (PAN).

Claudia Alejandra Hernández Sáenz, en el Distrito 2 (con cabecera en Reynosa), está plenamente identificada con el clan ‘Makiavélico’. Y porque en su gestión en la Cámara de Diputados nada hizo por sus representados que están dispuestos a votar en su contra, según dice la población que aún no decide a qué otro candidato favorecer. 

Los excesos cometidos por Casandra Prisilla de los San Flores en Río Bravo (cabecera del Distrito 3), han sido ventilados en la prensa, refiriendo que por su influyentismo suele violar cualquier ley o reglamento para hacer cuanto le venga en gana, como el hecho de abrir un negocio donde venden bebidas alcohólicas sin permiso.

En el Distrito 5 –con cabecera en Ciudad Victoria–, José Braña Mojica no deja de presumir que tiene ‘vara alta’ con su tío López Obrador, hasta el grado de retar a la autoridad municipal, siendo ésta parte del proyecto de la Cuarta Transformación, y en ese su pecado podría llevar la penitencia de la derrota, pese a no brillar ningún opositor.

En el Distrito 6 (cuya cabecera es Ciudad Mante), Blanca Araceli Narro Panameño se enfrenta al grupo ‘cabecista’. En esa región representado por los hermanos Verástegui Ostos quienes, dicen, mantienen aterrorizada a la población y han empezado a ‘operar’ en la zona para retener la posición en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

Olga Juliana Elizondo Guerra, por su parte, ya se olvidó de quienes su apoyo le dieron para ser diputada federal. Ahora juega por el Distrito 7 pero haciendo campaña vía satélite desde su residencia en Monterrey (NL).

Allá en el Distrito 4 (con cabecera en Matamoros), Mario Alberto López Hernández está muy arriba en las encuestas y difícilmente se revertirían.

Igual que en el Distrito 8 (Tampico), donde se prevé el triunfo de Jesús Nader Nasrallah.

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