La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Al parecer, el áspero escenario sociopolítico de Nuevo Laredo, Tamaulipas, resultó adverso y venenoso para la candidata Yahleel Abdala Carmona y los partidos que la postulan para la alcaldía de ese puerto fronterizo. La marcha convocada por la candidata, de MORENA, Carmen Lilia Cantú Rosas –conservadoramente se calcula en 15 mil asistentes–, así lo muestra.
Esa movilización, resultó un sofocón para la aspirante del PRIAN.
En los recientes días, la ex priista y ahora panista, había repuntado significativa y favorablemente en los sondeos realizados por casas encuestadoras.
Sacar a la calle organizadamente esa cantidad de ciudadanos, es una proeza en la región. Escasamente se puede ver ese tipo de contingentes, en otras localidades; incluso en ciudades como Reynosa y Matamoros, que sus poblaciones son más grandes, es difícil agrupar esa multitud. (Sólo en ciudad Madero, se ha visto esa potencia de convocatoria popular, en coyunturas electorales).
Ese fue el éxito del canturrosismo: llevar a la calle la contienda.
No la tiene simple, Abdala Carmona.
La arrinconó, el jaque de Carmen Lilia.
Es preciso, puntualizar varios giros en el escenario nuevolaredense, provocados por la mega marcha de los Cantú Rosas:
1.- La ciudadanía, rechazó la campaña del miedo, instrumentada por manos desconocidas –hasta el momento–. Eso es importante y a destacar. Cuando se suponía que los factores externos a proceso, iban a desestabilizar las campañas la gente salió a fijar su posición pacifista y ordenada. A ese esfuerzo popular, bien vendría el apoyo de las autoridades electorales para involucrarse en unos comicios que todavía no toman un curso natural y equilibrado. De igual manera: no sobraría el llamado de la IV T de Tamaulipas, a retomar la ruta de la ecuanimidad en Nuevo Laredo y en todo el estado, para tener elecciones ejemplares.
2.- La candidata del PRIAN, tiene la responsabilidad de ajustar sus métodos de campaña; de adecuar su retórica. La estridencia en su narrativa, no embona en un paisaje social con altos índices de octanaje. Contrarrestar el funcional discurso de CLCR, quien acertadamente incorporó el concepto de PAZ, le ganó el parpadeón –se dice en la frontera, de quien responde con más rapidez–, y puso a la defensiva a Yahleel. Queda menos de un mes para la elección; aún hay tiempo para rearticular las tácticas en corto; para retomar, el ritmo ascendente que caracterizó su campaña hace dos semanas.
3.- Los acontecimientos turbulentos en la ciudad, convirtieron en estatuas de sal a los demás candidatos. Ni del PRIAN ni de MORENA, han salido llamados a la civilidad y a la sensatez en Nuevo Laredo. La lucha, se ha centrado en dos de los factores que en la ciudad tienen más presencia: Cantú Rosas y Yahleel.
Criaturas como Geño, José Ramón Gómez Leal, Olga Sosa, y otros, no han dicho ni pío.
No se explica esa actitud de los morenistas. Todos, apuestan al liderazgo de los Cantú Rosas –incluyendo los verdes– para cachar votos en forma gratuita.
Los del PAN, ni se diga: metieron sus cabezas en la arena, y van a la iglesia a pedir que diosito les saque la elección.
4.- La distensión de los escenarios de Nuevo Laredo, convierte la región en una zona más amable para partidos –todos–, candidatos –de todo color– y ciudadanos –de todas las militancias–.
Y eso, es relevante.
Sería saludable, que la sociedad nuevolaredense, convoque a debatir; a la exposición de proyectos de gobierno, para retomar definitivamente el curso del respeto y la tolerancia para el contrario.
Para nadie es rentable ni saludable, un entorno político-electoral, dominado por la violencia y por el miedo.
Dejemos que, libremente, los votos hablen en Nuevo Laredo.