Opinión pública

Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- En esta capital sigue retumbando desde la
Nacozari a la Horacio Terán, el sobrenombre que el candidato de
Movimiento Ciudadano, Luis Torre Aliyán, impuso a su similar del PAN y
asociados, “Oscar Cabeza de Vaca”, al tiempo de lanzarle un reto sencillo
en torno a su riqueza.
“Que le expliques a los victorenses cómo es que tienes el patrimonio que
hoy ostentas, de dónde sacaste el dinero”, algo que dejó mudo al otrora
vendedor de tortas.
Cabeza de Vaca por aquello de representar en Victoria los intereses del
ex Gobernador. Forma parte de su equipo en una relación que linda en el
masoquismo y síntomas de Síndrome de Estocolmo, la víctima que aprende
a querer a su victimario.
“Con singular desfachatez y con la desvergüenza que te caracteriza,
vienes a pedir el voto y decir que representas un cambio”, opinó Torre de su
contrincante que ya fue presidente del pueblo.
Y en efecto, para los guindas el arroz Victoria está cocinado como dicen
las encuestas, la última de Arias Consultores, hecha para Revista 32, en
que concede al moreno Eduardo Gattás una ventaja del 39 por ciento contra
29 de Almaraz Smer. Hay un favorito que es imposible desbancar en los
restantes 30 días de proselitismo.
La sombra del cabecismo es un lastre para la marca PAN. Las
campañas locales llevan quince días y nada hace suponer que ha cambiado
la actitud de los ciudadanos en su intención del voto. Una elección no se
define en cuestión de horas sino en una larga construcción multifactorial,
imagen pública, del “dime con quien te juntas y te diré quien eres”, el
sospechosismo de “robar poquito” o mucho los dineros del erario.
Otras encuestadoras dan ventaja a Morena y su abanderado en la Villa
de Aguayo escandoniana, como Eletroencuestas, Poligrama, Massive
Caller, Numétrica. Para los conocedores del fenómeno, la capital y otros
municipios están “arreglados”.
No queda mucho de lo que fue Almaraz en 2016. Hizo una
administración de dos años y se entregó al panismo en 2018, traicionando
al grupo de su amigo Eugenio Hernández Flores, encarcelado por Cabeza
de Vaca en un perverso ritual de venganza política.
Para Morena la mesa está servida no solo en los “grandes” (ciudades
más pobladas) sino en la mayor parte de los “chicos”, como lo muestran
encuestas. No carro completo, porque ya no los hay, pero sí diputados y
ayuntamientos suficientes para llevar a la praxis el proyecto de la 4T, ahora
incompleto por el cabecismo rapaz que se niega a dejar el poder.

Reveladores sondeos de Percepción Social, que mencionan que los
texanos perderán municipios en que hoy son gobierno como González,
Miguel Alemán, San Fernando y hasta Llera.
No es casualidad. Por ejemplo en González, donde desde hace años
dominan los Verlage, los millonarios de la región que no quieren soltar el
hueso ni por un trienio.
El diagnóstico de PS es que, si hoy fueran las elecciones, ganaría
Miguel Zúñiga con el 50 por ciento de los votos, dejando muy lejos a la
panista alcaldesa Gabriela Verlage, quien alcanza el 31 por ciento de
intención del sufragio, y más lejos su pariente Guillermo Verlage, ex alcalde
azul que hoy juega por partido ajeno en la intención de engañar a los
ciudadanos.
Miguel Alemán, otro bastión azul, sería para Jaime Hinojosa Peña con el
44 por ciento de los votos, contra 38 del panista Ramiro Cortez, aspirante a
la reelección.
Pronostica la encuesta que en San Fernando dejaría la presidencia
Maybella Ramírez, al registrar el 32 por ciento de los posibles votos, contra
44 de Verónica Aguirre de los Santos, ex secretaria de Bienestar Social del
gobierno del Estado, quien trae un “punch” muy alto.
No es la excepción Río Bravo, con Joel Villegas, abanderado de la 4T,
54 por ciento de los votos, contra el ya perdedor en 2021 Miguel Angel
Almaraz que registra el 28.
Ni en Llera quieren a la marca Cabeza y sus acólitos, como dice la
encuesta de PS. El Moreno Carlos Flores Quiroga supera el 40 por ciento,
contra 30 de Moisés Borjón Olvera y 11 del independiente Héctor de la
Torre Valenzuela. Este último ya fue cuatro veces alcalde y dejó un tiradero.
Pasa lo mismo en los municipios “grandes”, como Reynosa, donde
Carlos Peña Ortiz, a nombre de la 4T, anda a años luz de su más cercano
competidor, Luis René “Cachorro” Cantú, 52 a 18 por ciento, lo que habla de
una masacre de casi tres a uno.
Altamira 52 por ciento para Armando Martínez Manríquez y 25 Miguel
Gómez Orta; Madero 43 para Erasmo González Robledo, por un 33 Carlos
de Carlos Fernández Altamirano. En Matamoros lidera Alberto Granados
con 52 por ciento, contra 28 de la panista Leticia Salazar.
Son los favoritos para ganar la elección. Morena lleva la delantera, los
“milagros electorales” no existen, aunque en política todo puede suceder.
La comidilla del día entre los actores políticos: La adhesión del panista
Ciro Hernández Arteaga a la causa morenista en Altamira, al lado de
Armando Martínez Manríquez ¿no será un pollino de troya?.
Cirito fue diputado del PAN, se trepó al tráiler de Morena pero su amigo
“Truko” Verástegui lo amenazó. Lo hizo candidato a alcalde y mordió el
polvo ¿les será útil?.