Dr Adán Echeverría-García

Este fin de semana se ha desatado una nueva polémica por una camiseta que dice: “Un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador”; tal vez se trate del último reducto de neandertales (con todo respeto para estos homínidos) de los machitos del partido Movimiento para la Regeneración Nacional (Morena), que en su página oficial en X (antes Twitter), que se niegan a aceptar que México, el país que le brindó al mundo el concepto Macho, Machismo, a las actitudes del varón en el que asegura que el poder se da en la fuerza bruta, en los gritos, en el ningunear al más débil, y por extensión, en su retrógrado concepto, al pensar que las mujeres son mal llamadas el “sexo débil”, para poder imponer sus actitudes por sobre “lo femenino”, y controlar desde el patriarcado qué pueden decir, hacer, pensar, vestir las mujeres.

Este reducto de machitos de ordenador deciden sacar este concepto en una playera para hacerla viral, desde el partido político que tiene como candidata a la doctora Claudia Sheinbaum, la primera mujer de su partido que puede llegar a la presidencia de México, en contra de otra mujer, a quien los partidos de oposición Pri, Pan y Prde, Xóchitl Gálvez, lanzan con el ideal de alcanzar el mismo objetivo.

Por primera vez nuestro país tiene la oportunidad de lograr que una mujer pueda ser presidenta de México: Xóchitl o Claudia, y a los encargados de las redes sociales del partido Morena, se les hace lindo decir: “Un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador”; sin importar el tema de seguir abonando a López Obrador, cuando la candidata es Claudia.

Desde luego que se seguirá respetando el legado de López Obrador, pero es día ya de comenzar a darle voz a otro tipo de pensamiento, al pensamiento de las mujeres; lograr lo que por doscientos años de país independiente se ha evitado: escuchar, validar, debatir, las ideas, pensamientos, acciones de las mujeres, en este caso el pensamiento y la voz de Claudia Sheinbaum o de Xóchitl Gálvez.

Es tiempo de mujeres, se dice y se acepta.

Es tiempo ya de abrir oídos, ojos y guardar su machismo en el bolsillo de atrás. La frase aludida no solo tiene todo de machista, sino de regresarnos a la edad media, al idealismo del Caballero, pasar hacia el siglo XVIII y XIX, con la idea donjuanesca de: “Los caballeros no tienen memoria”, “Un verdadero hombre nunca habla mal de…”

No existe tal cosa como “un verdadero hombre” o “una verdadera mujer”; existen personas con pene, y personas con vulva, vagina y ovarios; y el tema de género déjenlo ya para lo que cada quien decida el qué y cómo expresarlo al mundo, y eso dependerá de crear los espacios necesarios de tolerancia para aceptar a los otros, recordando siempre que nosotros seremos los otros para los demás.

Lo cierto es que, cuando le entregas tus cuentas oficiales a chamacos y chamacas cuyo máximo logro a presumir es hablar de cuántas horas pasan frente a los videojuegos, cuántos videojuegos has comprado, jugado, terminado, pues jamás vas a poder entender la realidad.

El machismo está ahí, impregnado en la cultura, la tradición, la educación familiar y la educación de todas las religiones, por falta de tolerancia, falta de comprensión lectora, o peor, por un odio real a las minorías, a las personas que son más débiles que uno. Esperemos que Claudia o Xóchitl logren erradicarlo, al menos de sus personas más cercanas, y de sus propias actitudes.

Xóchitl no parece erradicar su machismo.

Lo vimos en el anterior debate presidencial cuando llamó a Claudia: “La mujer sin corazón”, “La mujer de hielo”; y esto porque en su pensamiento mágico sigue pensando que una Mujer tiene que ser maternal, tiene que ser ejemplo de Madre, amorosa y que jamás puede ser seria, profesional, decidida, ya que estas últimas son características, para Xóchitl, que solo deben tener los hombres, a los que jamás se les dice: eres un hombre sin corazón.