La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

El delegado del CEN de MORENA, Mario Llergo Letourneire, incendió Tamaulipas. No pudo con la encomienda. Primero le tronó Matamoros; luego, puso en llamas Reynosa y se espera que, en la capital, ciudad Victoria, –si sigue empecinado en la imposición de Gerardo Illoldi– provoque un incendio de impensables proporciones políticas.
El desastre del representante de Mario Delgado Carrillo en la entidad, arrastrará consecuencias de largo aliento. Lo malo de ello, es que esas pifias estallarán y podrían dinamitar la presencia y la potencia de MORENA y sus candidatos en la región.
En Matamoros, Llergo, fulminó la carrera política de Alberto Granados. Lo impuso sin las reservas del caso: no concilió con los rasposos intereses que caracterizan la estructura sociopolítica de ese puerto, y echó encima del joven aspirante a muchos alacranes que en tiempo de paz son muy mansos, pero en coyunturas electorales se vuelven unos feroces tigres.
Lo que pasó, se veía venir.
El tabasqueño delegado llegó ingenuo, desarmado y desinformado para desplegar un trabajo que, ahora se ve, no podría realizarlo en buenos términos.
Granados, ni tiene la estatura suficiente como para sobrevivir en ese foso de cocodrilos que es Matamoros, ni el delegado Llergo Letourneire, tiene la estatura necesaria para negociar o conciliar con los actores sociopolíticos de la tres veces Heroica.
En el ambiente de ruptura que flota en la tierra de Rigo, el candidato Beto Granados, está con la soga al cuello. Los exabruptos del alcalde, la Borrega López, impactan directamente a las aspiraciones del diputado local. De hecho, las duras declaraciones del jefe edilicio, es un llamado a la rebelión ciudadana para rechazar la candidatura, de un sujeto que no tiene honorabilidad –acusa el edil–, porque si falsificó su título de licenciado, no puede ser considerado de fiar. Es decir: entre líneas, está llamando a no votar por una candidatura fabricada con métodos antidemocráticos.
¿Así o más demoledores los argumentos de Mario López?
En Reynosa, la flama amaga con extenderse. Aquí actuó de peor manera el tabasqueño Mario: hizo la promesa ante cuatro precandidatos, que Makyito estaba fuera de la contienda por sus antecedentes judiciales; acordó con ellos, que esa cuarteta sería evaluada mediante encuestas. No fue así: su dedo impuso al Makyiavelito.
El resultado: la primera rebelión interna de importancia –en la ciudad de mayor calado, demográfico y político– que vive MORENA en la entidad.
En ciudad Victoria, Llergo Letourneirs, intenta echar más gasolina a la lumbre: insiste a todo trance, sacar de candidato a Gerardo Illoldi.
Error: el candidato a diputado federal, Pepe Braña, se pronunció por la no imposición de un extraño que ni siquiera estaba registrado como precandidato. (Se refiere a Illoldi). Mencionó al delegado como la persona que pretende ejecutar esa arbitraria medida.
En un similar escenario -al de Matamoros-, Braña está solicitando -indirectamente, si se quiere- a militancia que rechace la candidatura del es sub delegado de Ingresos de la IV T.
Explicó que Illoldi, está ubicado en el tercer lugar de las encuestas de MORENA en la capital.
Los próximos días, serán muy largos para MORENA, para los precandidatos de Matamoros, Reynosa, Victoria y para la gobernabilidad del estado. Sobre todo, porque el representante del CEN, abre la posibilidad de judicializar los procesos internos de su partido. Y lo peor: esa ruta, podría –con la mano en la cintura– tumbar a esos candidatos ilegítimos.
Enredado paisaje: procesos de selección, desaseados; un delegado inhabilitado para ejercer de interlocutor del CEN de su partido; una inocultable monetización de las candidaturas; un evidente debilitamiento de los candidatos producto del dedazo y la gobernanza de la comarca, a un tris de romperse por los impactos del caos en las filas del morenismo.
Sin duda: le hubiera ido espléndidamente a MORENA sin delegado…
…que con su nefasta presencia.