La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

No hay narrativas electorales más patéticas, que las de los candidatos a senadores por Tamaulipas, del Partido del Trabajo y el Partido Verde. Siendo aliados de MORENA, con sus discursos se ponen en contra del Segundo Piso de la IV T: no saben sobre qué proyecto navegan –#esClaudia–, desconocen qué promueve la candidata presidencial guinda, y andan por la entidad como si fueran adversarios del gobierno del estado y de su partido.
La postura más absurda es la de la candidata Cendy Robles. Postulada por el PT al senado, –se desconoce por qué atributos– la comunicadora, anda como chiva en cristalería, haciendo estropicios políticos y llevando a la confrontación al partido que la promueve con la administración de Américo Villarreal Anaya.
¡Actúa como si fuera de oposición!
Se le fue a la yugular a Villarreal Anaya, como si encarnara a su más irreconciliable enemigo.
Explicó la dama, que era candidata para resolver los grandes problemas de los tamaulipecos, y afirmó que la violencia y demás problemática era responsabilidad de los gobiernos corruptos e ineficientes.
¿Qué le costaba al PT haberla mandado al kínder?
¿Acaso no había mujeres de mejor perfil?
¿Por qué evidenciar al género con esos personajes?
(Apunte al margen: me parece que los líderes del PT, ejerce violencia de género contra esta damita).
¿El PT, en su proyecto tiene la frivolización la política?
¿Aporta algo a la democracia, este tipo de actores cuya mayor virtud parece ser la osadía y la ausencia de miedo al ridículo?
La postulación de la comunicadora Robles, no sólo pinta de cuerpo entero la pragmática y oportunista actitud de los líderes del partido que la eligió como candidata; al mismo tiempo, el PT, se evidencia como una organización política sin cuadros y sin principios.
Lejos de aportar a la propuesta de nación de Claudia Sheinbaum y de dar impulso al Plan C, incorpora tensión a la coalición toda vez que intenta vulnerar las acciones de gobierno de Villarreal Anaya, para llevar agua a su endeble molino.
(Es probable que el PT no haya medido esos impactos; lo que sí se vislumbra, es la falta de orientación de su candidata, que pretende moverse en la política, con la misma gracia con que se presenta en la aplicación de Only fans).
El otro absurdo, surrealista caso, es el candidato del Verde, Eugenio Hernández Flores. Anda por esas calles de Tamaulipas, defendiendo su inocencia y culpando al ex gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, por esos cinco años que pasó en chirona.
¿Eso es un error?
No.
Tiene todo el derecho de decir, lo que desee.
Lo que le falta, es sustancia a su discurso. (A su asesor Ricardo Gamundi, nunca le ha girado la canica como presume).
Se está lanzando contra un sistema corrupto de impartir Justicia. Y para ello, expone su caso, que más bien es una estrategia de victimización y no un plan para fortalecer la narrativa de la IV T: limpiar el Poder Judicial de la Federación de raíz, con una reforma constitucional que acabe con los privilegios de los Magistrados, llevándolos a la prueba de la legitimación de las urnas.
Para Geño y asesores, la reforma Judicial debe parecerles muy complejo.
El candidato ha focalizado en sus peroratas proselitistas, su proceso penal que por razones políticas -asegura él- terminó llevándolo desde la cárcel. (Lo que no ha clarificado, son las causas de la petición de Extradición del gobierno de Estados Unidos, que existe en el escritorio del Secretario de Relaciones Exteriores del gobierno federal mexicano).
¿Para qué quiere MORENA ese tipo de aliados?
Está a la vista: dos candidatos, dos aliados, que sirven para tres cosas…