Reflector/ Gilda R. Terán.

“Josué 1:9”.
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová
tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”, Josué 1:9, estas palabras pueden aplicarse a
todos nosotros a medida que buscamos vivir una vida buena y superar nuestros propios
desafíos.
Con estas máximas bíblicas, Dios le aseguró a Josué, su fiel siervo, que podía ser “fuerte y
valiente” ante las pruebas y los problemas por muy difíciles o insuperables que parecieran,
y no tendría ninguna razón para tenerle miedo al futuro si obedecía en lo que mandaba.
Y bueno Dios estuvo con Josué en el sentido de que le dio instrucciones claras y lo ayudó a
vencer a sus enemigos, pero ¿De dónde sacaría Josué las fuerzas y la valentía?, tal vez
estas interrogantes vienen a ser para algunos caminos de mucha fe o pudiera ser desanimo
para no luchar en las batallas cotidianas de nuestro diario vivir.
Para ese tiempo, Dios ya había inspirado algunos de los escritos de la Biblia, y seguro que
eso fue de gran ayuda ya que en ellos se plasmaba tantas indicaciones de origen divino, es
decir era la Ley de Moisés quien a través de sus mandamientos nos indicaba las reglas para
una vida plena en fe.
Y es que se exhortaba a Josué, con estas letras “Tienes que leerlo y meditar en él día y
noche” (Josué 1:8), por lo tanto tenía que leer y meditar en la Palabra de Dios, pues eso lo
ayudaría a preparar su mente y su corazón para hacer la voluntad de nuestro Creador.
Por ende, tenía que actuar de acuerdo con lo que había aprendido, y obedecer
“cuidadosamente todo lo que está escrito”, ya que si lo hacía así, tomaría buenas decisiones
y le iría bien.
Eso fue justo lo que pasó, aunque tuvo que enfrentarse a situaciones difíciles, Josué vivió
una vida plena y feliz sirviendo a Jehová Dios , y como él podemos ser valientes y fuertes
si consultamos a Dios en las decisiones que tomemos.
Después de la muerte de Moisés, Josué fue líder de la nación de Israel, en ese tiempo una
de las batallas era que los israelitas estaban a punto de entrar en Canaán, la Tierra
Prometida.
Pero tendrían que luchar contra enemigos muy poderosos: los cananeos, que eran gente
muy mala y cruel (Deuteronomio 9:5; 20:17, 18), además, eran muchos más que los

israelitas y estaban mejor preparados para la guerra, pero Josué fue valiente y siguió las
instrucciones divinas, y Dios estuvo con él, en solo seis años, los israelitas vencieron a la
mayoría de sus enemigos.
Amable lector, a lo largo de nuestra vida, muchas veces tenemos que enfrentarnos a
situaciones difíciles e imposibles de superar humanamente hablando, ellas se levantan
contra nosotros intentando no sólo afectarnos en lo físico- emocional, sino también en lo
espiritual.
Y es que en el diario vivir, con frecuencia, se nos acercan gigantes como el temido Goliat y
a veces se quieren quedarse instalados en nosotros, entre estos pueden ser emociones,
como: el miedo, desánimo, rabia, tristeza, impaciencia, pesimismo, depresión, envidia,
etc.
Debe de saber que estos estados emocionales si se le permite por largo plazo su
permanencia en nuestras vidas, alimentándolos en lugar de combatirlos, derivará en
afectación de nuestra salud física-mental, espiritual, en si enfermedades que pueden
estancarse para aniquilar el alma.
Tome en cuenta que hay muchos Goliats, que representan los obstáculos y riesgos que
encontramos en la vida, ya sean espirituales o físicos, y su presencia deteriora y merma
nuestra existencia.
Pero, la fe es un arma poderosa contra este enemigo, por eso estoy segura que el verdadero
portador de un ideal, no le parece extraña las dificultades, ni se acobarda ante estas, sino
más bien se eleva ante ellas.
Sin embargo pienso también que ante las dificultades que hay, tenemos que pagar un
precio de lucha, junto a esto, nuestra perseverancia, contra todo desafío, tenemos que creer
precisamente en la esperanza.
Nos vemos hasta la próxima
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