En el panismo tamaulipeco están armando, desde ahora, la que será su bancada en la 66 legislatura que iniciará su ejercicio el uno de octubre próximo.

Desde su exilio en Estados Unidos, el exgobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, ha dispuesto mandar a los mejores perfiles, (o por lo menos los más experimentados y entrones) a darle la batalla a Morena.

En ese propósito, los primeros lugares de la lista de candidatos a diputados por la vía plurinominal estarán asignados a, Ismael García Cabeza de Vaca, Gerardo Peña Flores y Vicente Verástegui Ostos.

Lo anterior es un secreto a voces hacia dentro del PAN tamaulipeco, sobre todo porque ha sido imposible callar a quienes se sienten con méritos para ocupar una curul y han sido descartados ya por el dedo ungidor del cabecismo.

Pero el proyecto cabecista va más allá. Ismael, Gerardo y Vicente no van al Congreso solamente a darle la batalla al morenismo, sino que son punta de lanza para un objetivo mucho más grande, que es el ir preparando el camino para recuperar la gubernatura en el 2028.

Habrá entonces que ver si Morena es capaz de prevenir ese escenario y también se aplica en la consolidación de un grupo parlamentario integrado con diputados que sean, además de entrones, buenos oradores y conocedores del derecho parlamentario.

DISPUTA SINDICAL EN PUERTA.- Todavía faltan algunos meses para la renovación del comité sindical de la sección X del sindicato del IMSS en Tamaulipas, pero desde ahora hay indicios de que la lucha por el poder en esa organización estará mucho más intensa que nunca.

No es para menos el asunto por el botín millonario que representa la secretaria general del sindicato, pero también por el poder político que permite al dirigente negociar espacios en la administración pública y en el Congreso del Estado, ofreciendo como moneda de cambio el voto de los trabajadores del IMSS.

Por algo el actual dirigente sindical, Pedro Luis Ramírez Perales, ha construido un cacicazgo que le ha permitido monopolizar la secretaría general.

El mantense ejerce actualmente su segundo periodo al frente del sindicato del IMSS, pero entre ambos periodos logró encumbrar a su esposa, Beda Leticia Gerardo Hernández, y desde esa posición de poder ambos pudieron convertirse, al mismo tiempo, en diputados locales bajo el cobijo del PAN.

Todo indica, sin embargo, que esta vez Ramírez Perales tendrá muy complicada su intención de heredarle la silla a uno de sus incondicionales, porque quienes fueron sus adversarios en las anteriores ocasiones, y a quienes perjudicó y humilló, hoy son poderosos funcionarios en la administración morenista.

El punto es que, se presagia una elección sindical muy polarizada. Si Ramírez Perales fuera inteligente optaría por hacerse a un lado, pero ya se sabe que el poder nubla la razón a las personas.

TRAFIQUES.- Por cierto, desde siempre se ha sabido que en algunas organizaciones sindicales es practica común el trafique con las plazas. Se cobran cantidades que van desde los 100 mil hasta los 300 mil pesos por un nuevo espacio laboral o por un simple cambio de adscripción.

De hecho, en algunas organizaciones, como el SNTE, se le cerró, medianamente el paso a esa vieja costumbre, a través de una reforma de ley que ahora exige un concurso de oposición a quienes buscan una plaza laboral en el sistema educativo.

Desde luego que los espacios se siguen negociando pero ya no con la impunidad con que se hacía hasta hace pocos años.

Sin embargo, en otros sindicatos, como el del IMSS, la venta de plazas cada vez es más descarada. Al amparo de esa practica los lideres sindicales han construido enormes fortunas.

Con un poco de voluntad, el gobierno podría poner al descubierto cómo los dirigentes sindicales se hicieron de la riqueza insultante que hoy poseen. Hay algunos que incluso son dueños de grandes hospitales en entidades vecinas como Nuevo León y San Luis Potosí.

Si la autoridad quisiera dar un verdadero mensaje de combate a la corrupción, podría comenzar por el sindicato del IMSS.

ASI ANDAN LAS COSAS.

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