DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
Una guerra mediática involucra información que puede provenir de hechos (falsos o
verdaderos), dichos o palabras, que pueden referirse a hechos o dichos (igual, falsos o
verdaderos), que se pueden referir al presente, al pasado o al futuro. En todo caso, el
mensajero, tiene un propósito: dañar una imagen, destruir una carrera política o provocar
cierto caos, entretener pues, a líderes y candidatos. En la coyuntura electoral la cuestión es
que, por lo regular, los mensajeros son anónimos, no dan la cara.
En un contexto político, y además electoral, todas las publicaciones tienen un propósito. De
ahí que, la reciente información sobre supuesto financiamiento de grupos delincuenciales a
la campaña presidencial de AMLO en 2006, tiene ese fin: socavar la imagen de honesto,
incorruptible, que el Presidente nos presenta al diario, al sentenciar que “no somos iguales”
… claro, otros le dicen, le responden que no, que no son iguales, que son peores.
INTERVENCION EXTRANJERA.
En más de una ocasión se han difundido reportajes de como países, o grupos de otros
países, intervienen en una elección de un país. Se recuerda, por ejemplo, en la presidencial
de los Estados Unidos, que se acusó a Rusia de intervenir mediante la difusión de
información relativa a los demócratas. Hace poco se difundió, así mismo, como los rusos
cuentan con una estructura comunicacional en México y que, su tarea, es precisamente
repartir información que compromete a unos y los daña políticamente.
Así, en este contexto, es como se puede observar lo que está sucediendo en la elección
presidencial. A nadie escapa que es AMLO el soporte de la campaña de MORENA; así
que, luego entonces, pues es a él a quien atacan. Cierta o no la información se observa un
proceso orquestador cuando más de uno, digamos comunicador, toca el mismo tema; con
datos más o menos similares, o investigaciones parecidas. A partir de ahí, el tema, además,
da oportunidad para reflexionar sobre el proceso argumentativo: es decir, los dichos, las
pruebas y los testigos.
MAÑANERA DE XOCHITL.
Estamos en el intermedio de las campañas presidenciales, en la etapa de hipercampañas,
que significa que no puede haber actos proselitistas abiertas, publicas, aunque si reuniones
interpartidistas. Hagan de cuenta, como bien decía un viejo político, es una etapa para darle
filo a las flechas, prepararse para la guerra, para combatir. Y un ejemplo de como la guerra
mediática se va a intensificar es que ya Xóchitl Gálvez también tiene su mañanera. Todo
indica, si continua con ella en campaña, que será la operación de respuesta inmediata a los
ataques que se sucedan día con día. Sera una lucha entre uno y otro cuarto de guerra.
La cuestión, sin embargo, dadas las condiciones del contexto político, es que la lucha es
desigual. Siempre ha sido desigual, porque el candidato oficial, en este caso Claudia,
siempre cuenta con el apoyo gubernamental. Y tan es así que, una y otra vez, cuando puede
AMLO arremete contra la oposición: y tiene una ventaja enorme puesto que sus palabras se
difunden en las plataformas públicas, tanto en radio y Tv, amén de que, en los medios
tradicionales, por decir Milenio, Televisa y TV Azteca, cada hora repiten sus palabras… y
la oposición cuenta con las redes sociales. Hay que contar, además, que el candidato de MC
como sabe que no puede alcanzar a MORENA, está decidido a desbancar a Xóchitl, así que
la toma como su enemigo natural.
INFORMACION Y DESINFORMACION.
Los expertos en comunicación política al aparecer las redes sociales hicieron notar que una
imagen política tarda años en construirse; pero que con un twitter (hoy una espantosa X) se
puede destruir. Y es que, ese es el propósito de una guerra sucia, que informa, pero
negativamente. Vale, entonces, preguntarnos: ¿Qué más va a aparecer sobre AMLO? Ya la
lista es larga: la corrupción de sus hijos, la casa gris, el tráfico de influencias en los
contratos de las obras insignias de la 4T, el financiamiento del narco a su campaña en el
2006, los reportajes del sobrecosto de sus obras, como el tren, la refinería, entre otras cosas.
En todo caso, AMLO ha respondido con que el tiene otros datos, que “no somos iguales”.
En fin, pronto, muy pronto, van a empezar las campañas y será el momento de que las
flechas hagan su trabajo destructivo y, entiéndase, será hacia ambos lados. Sera esa lucha la
que consolide o cambie la percepción: en este momento Claudia Sheimbaum, según sus
encuestas tiene 20 puntos de ventaja, la oposición dice que son solo 10 puntos, recordando
lo que sucedió en el Estado de México… de ahí el papel que juega, vaya pues, la guerra
sucia, la información y la desinformación.