Adán Echeverría

Dominan el corazón de los lectores. La tragedia que anima esta locura que no pretende detenerse. ¿En nombre de qué religión hacen hoy la guerra en Gaza? A nombre de ninguna. No es un asunto del judaísmo ni del antisemitismo. No. Es un asunto del expansionismo. Acusar del acopio de armas a una población que apenas tienen para sobrevivir, por unos pagan todos los demás.

Decir: “los cárteles mexicanos son terroristas, practican el terrorismo y hay que entrar para acabar con ellos”.  Y tener al norte de México lleno del ejército norteamericano. El pretexto es el mismo de siempre. Es lo que muchos en México, que adoran el “american way of life” quisieran. Y es el mejor pretexto para la conquista. Así comenzó la expansión de Roma. No hay nada nuevo bajo el sol, dejemos ya esa fantasía del “terrorismo”. Acabar con el terrorismo no es lanzar misiles y destruir un hospital para mater a más de 500 personas. Acabar con los terroristas no es impedir la llegada de la ayuda humanitaria. No.

“Por unos pagan muchos”, pagan todos, dicen las frases de mi tía Evelia, siempre tan sabia. Parecen decir: “Eres palestino entonces eres terrorista”. Todos los genocidas practican el mismo discurso: “Son comunistas, acábenlos”. “Son judíos, terminen con ellos”. Y hoy ese es el grito que quieren dar. Se rectifica y se declara: “Israel está actuando de manera equivocada” y enseguida el grito es: “Nazi, eres antisemita. Tu discurso de odio”. En eso han convertido el discurso. O están conmigo o están contra mí. “Dios está con nosotros” grito George W. Bush ante el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, para justificar la Guerra Santa en Irak, en Afganistán. Pero ellos son los fanáticos.

El expansionismo del gobierno de Israel no puede ocultarse con un dedo, no puede ocultarse con el falso grito de “Son terroristas”, dejémonos ya de payasadas. Lo cierto es que el único grito que debe escucharse es: “Paren ya esta guerra. Párenla ya. Paren todas las guerras”. Y ante ese grito de angustia solo queda una acción: Dejen de fabricar armas.

Mientras siga existiendo una industria armamentista, mientras se sigan construyendo armas, armamentos, cada vez más risible será esa idea de una Organización de las Naciones Unidas y de un Consejo de Seguridad. Digamos las cosas claras. Si queremos seguir teniendo a Estados Unidos de árbitro del mundo, de policía, del dueño de la moral, pues las guerras seguirán en cualquier sitio donde esta nación tenga sus intereses.

La detención de la joven Greta Thunberg, una joven blanca, preocupada por el cambio climático, activista, nacida en Suecia y estudiante universitaria, diagnosticada en el espectro autista, por manifestarse en favor de Gaza, evidencia que Occidente no sabe ni cómo reaccionar a lo que la juventud quiere, desea, necesita, y está luchando.

El tema debe ser contundente: Israel tiene que detener el fuego sobre Gaza. Israel tiene que dejar los territorios ocupados. Occidente tiene que darle tierras a Israel en Occidente si tanto quiere darle tierras a ese gobierno sionista. ¡Alto el fuego! Detengan ya el genocidio. El corazón de los lectores tiene que encontrar paz, una paz que le entregue la lectura de noticias de logros de la humanidad. La guerra no es un logro de nada.