Reflector/Gilda R. Terán.

Sin duda alguna, que el Hospital Civil, Dr. José Macías Hernández,, representa para la
historia de nuestra Capital, el monumento asistencial más importante, árbol frondoso con
profundas raíces y fuerte ramaje, que ha permitido preservar la salud de toda la región
central tamaulipeca, que gracias a los apoyos institucionales, ha crecido y robustecido física
y científicamente, trascendiendo el reto de la modernidad.
Todos estos esfuerzos por atender el bienestar de la ciudadanía, no han pasado
desapercibido por el Gobierno Estatal, que a través de la Secretaría de Salud, siempre han
reconocido el trabajo humanitario que ha realizado el personal de esta unidad hospitalaria,
a favor de muchas generaciones de tamaulipecos.
Que por cierto el mural “Ángel de la salud” icono de esta unidad médica, fue restaurado por
su autor el Maestro Alejandro Rosales Lugo, quien se dio a la tarea de darle más vida a esta
emblemática obra plástica que mora en este hospital.
Y justamente ahí donde esta este maravilloso mural, cada jueves de cada semana el
Voluntariado de la Secretaria de Salud, se apersonan en las instalaciones del Hospital Civil
Victoria, “Dr. José Macías Hernández”, para ofrecer alimentos a los familiares de personas
que se encuentran internadas.
En esta tareas menesterosas en donde brindan comida a personas que se encuentran afuera
del esta institución médica, esperando noticias de sus familiares que se encuentran
hospitalizados, también reciben mensajes de aliento y fortaleza para que tengan fe en la
sanidad de los pacientes.
Así también se actualizan para impartir pláticas y conferencias con personal especializado
de enfermedades de alto impacto, además de que están en la vanguardia para fomentar la
medicina preventiva.
Y según los historiadores, nos cuentan que corría el mes de mayo justo en el año de 1889,
siendo en ese tiempo el gobernador de Tamaulipas Alejandro Prieto Quintero, quien
preocupado porque existiera un lugar de atención médica, tuvo a bien donar los terrenos de
su Quinta “Prieto” para iniciar la construcción del Hospital Civil.
Ubicado este bien inmueble en la manzana que actualmente conocemos como 21 y 22
Méndez y Doblado, se cuenta que no fue una tarea fácil levantar este proyecto de vida, para
salvaguardar la salud de los victorenses.

Es por eso, que se recurrió a buscar patrocinadores, quienes hicieron importantes
donaciones económicas, entre ellos fueron reconocidos pudientes de aquellas épocas como
el señor Pablo Lavín Canales, Juan de Dios Garza Benítez, Manuel González Hijo, el
Obispo Eduardo Sánchez Camacho, entre otras aportaciones menores.
Y bueno fue el 16 de septiembre de 1894, cuando el gobernador Alejandro. Prieto tiene a
bien inaugurar oficialmente esta institución médica, designando al Dr. Lino Villarreal
Martínez, como primer Director, asumiendo su responsabilidad hasta 1897.
Externando el mandatario estatal en aquel tiempo su preocupación con estas palabras. “Se
inicia una lucha frontal, cruel, sin cuartel, contra el dolor, la enfermedad y la muerte”, “Hoy
que la paz impera en todos los ámbitos de la República, procuremos la cultura de nuestra
sociedad y realicemos las obras materiales como éstas que faltan a nuestro bienestar
social”.
Deba usted saber de acuerdo a la historia, que en esta tarea de la construcción se unieron
esfuerzos y solidaridad para terminar esta unidad hospitalaria, se cuenta que el coronel
Manuel González Hijo colaboró en forma intensa.
Pues el donó y transporto la piedra de su “Pedrera” que tenía en Tamatán, transportándola
en su ferrocarril urbano de tracción animal, haciéndola llegar hasta el terreno del 21 y 22
Méndez, cobrando tan solo $0.25 centavos por cada plataforma puesta en la obra.
Ya finalizando 1944, los socios del Club de Leones de Victoria, aportaron buena suma
económica para la remodelación y ampliación del nosocomio local, apoyando la
construcción del pabellón de maternidad, donando material de curación, cubrecamas,
sábanas, fundas, medicinas, etc.
En el contexto del 134 aniversario de su fundación, lo convierte en uno de los cinco
hospitales de mayor antigüedad en México, y es que desde su fundación en 1894, la unidad
hospitalaria se ha caracterizado por su trabajo contra el dolor, la enfermedad y la muerte,
atendiendo principalmente a las clases más desprotegidas.
Y todo el personal que continúan trabajando, llevan en alto los ideales, visión y valores con
los que fue creado, exhortando a los directivos cuerpo médico, de enfermería y personal
administrativo que sigan entregando su esfuerzo y dedicación por la salud de los
tamaulipecos.
Cuenta con clínicas de obesidad, displasias, úlceras crónicas y diabetes, además de un
reconocido plan de capacitación en internado de pregrado-residentes, vacunas, ulceras
crónicas, entre otros.
Nos vemos en la próxima.