DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
Hay un dicho, la verdad no sé si sea mexicano, pero por su contenido debe ser: Ahora si,
chile verde, es cuando debes darle sabor al caldo. Recordé este dicho ayer que concluyo el
evento de MORENA, que enfila rumbo a la Presidencia a Claudia Sheinbaum y que coloca
a Marcelo Ebrard ante una disyuntiva que, quiérase o no, va a marcar el rumbo de su futuro
político. Claro, ya AMLO lo marco en MORENA, porque bien que lo dijo: que siempre ha
apoyado a Sheinbaum.
A partir del inicio del proceso electoral de las corcholatas Marcelo tuvo, siempre, la
certidumbre de que no era la corcholata preferida, incluso así lo hizo notar. Se manejó que,
con todo y eso, participo en el proceso con la idea de que podía descarrillar a Claudia:
siempre tuvo la certeza del apoyo institucional y demando piso parejo. Pese a las reglas, no
lo hubo, al grado que el desarrollo de la encuesta le mostro, una vez más, que el piso no era
parejo… y es que él, siempre lo dijo: esto es entre Claudia y yo.
SE QUEDA O SE VA.
En realidad, medio mundo tuvo la certeza de que Marcelo no sería el candidato: ya en su
momento Ricardo Monreal vivió esta experiencia. El cálculo de Marcelo no se concretó y
ahora solo tiene dos opciones: Quedarse en MORENA, recibir por lo tanto las migajas que
le quieran conceder; o irse, y en esta coyuntura, a la oposición: la cuestión es que, también
aquí, tiene dos opciones: irse a MC para ser el esquirol de MORENA y dividir más el voto
de la oposición, porque el bien que lo sabe, ahí no ganara; o irse, aunque sea paradójico,
con el Frente Amplio de México.
El sueño de Marcelo es ser Presidente. Y siempre dijo que estará en la boleta del 2024: ya
no puede estar en la boleta de MORENA. Y a como están las cosas, en otro partido, aunque
sea candidato, no se dan las condiciones para que triunfe. Pero, eso sí, si aparece, hará que
la elección sea a tercios, favoreciendo sin querer queriendo a su amigo el Presidente
AMLO, que así lograría la continuidad de la 4T con cambio generacional. El lunes Marcelo
anunciara el rumbo que tomará: su decisión, sea la que sea, solo dará un poco de sabor al
caldo, porque en este momento hay la certidumbre de que MORENA tiene en la bolsa el
triunfo electoral.
DIVIDIR A LA OPOSICIÓN.
Si Marcelo es un convencido de la 4T, de que es necesario un predominio de un solo
partido, al viejo estilo del PRI, convencido de que MORENA debe continuar en el poder, la
opción que tome es válida y beneficiosa para el proyecto tras sexenal de AMLO, de
convertirse en el Plutarco Calles del siglo XXI. Bien lo dijo Luis Donaldo Colosio: no voy
a dividir a la oposición, pero Marcelo bien que sabe que MC está listo para darle la estafeta
y AMLO estaría feliz, tan feliz que ya adelanto un escenario: que gane Claudia, que
Marcelo quede en segundo y Xóchitl en tercer lugar.
Si decide quedarse, sabe que está abriendo su tumba política: ya no puede seguir soñando
con ser el Presidente de México; sabe que no puede esperar otros 6 años, porque el
proyecto de AMLO seguiría adelante, con una nueva generación. Le queda, únicamente,
negociar posiciones para su gente, para su equipo, y pueda sobrevivir el próximo sexenio.
Ya Mario Delgado como Claudia Sheinbaum le dijeron: que las puertas están abiertas; pero
el, como nosotros, sabemos que abiertas significan salir o entrar… Y no puede entrar
porque no se ha ido: ¿lo estarán invitando a que se vaya?
INVITACIONES A GRANEL.
Siempre se ha dado por hecho que, si Marcelo sale de MORENA, ira por Movimiento
Ciudadano. Sin embargo, a la fecha, de manera abierta y publica no se conoce una
invitación en ese sentido. Claro, con él, Dante Delgado tendría la certeza de ganar un poco
más de votos. En este momento, conocido el hecho que significa una ruptura con
MORENA, se han dado diversas invitaciones: Xóchitl Gálvez ya le pidió que se una al
FAM, lo mismo hizo Alejandro Cárdenas, Alito, a nombre del PRI y otro tanto Marko
Cortez del PAN.
En MORENA ya Claudia y Mario le dieron certidumbre de que la puerta está abierta para
que se vaya. Según lo que le ofrezcan, serán la evidencia de las ganas que tienen de que se
quede con ellos. Y claro, le pedirán que trabaje, que rinda cuentas a la 4T. El FAM no le
puede ofrecer la candidatura presidencial, tendrían que ser mejores posiciones para su
equipo… a menos que quiera aguarle la fiesta al Presidente y a Claudia.
EL CHILE PIQUIN.
Para darle buen sabor a caldo el chile tiene que picar. Y en este momento, todos lo
sabemos, al igual que Marcelo: si se queda en MORENA, tendrá que tragar sapos, puesto
que esta convencido de que AMLO, MORENA y Mario Delgado le jugaron rudo. Si se va a
la oposición, si quiere ser estrella requiere ser candidato y, de esa manera, consolidaría las
probabilidades de que, quienes le jugaron rudo, ganen la contienda. Si se va al FAM y
ayuda a que el proyecto opositor se consolide, aunque no triunfe, se mostrara como alguien
no convencido de la 4T. Egoista.
Por eso, no creo que Marcelo le conceda un buen sabor al caldo.