Por José Gregorio Aguilar

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            La Iglesia Católica en todo el país, a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM)  rechazó la idea de destruir o tirar a la basura los libros de texto gratuitos “de ninguna manera podemos compartir los criterios de destrucción de los materiales educativos, sino de corrección y mejoramiento. Como señala el Papa Francisco en el Pacto Educativo Global, no debemos pensar en términos fatalistas y deterministas;  no podemos coincidir con posturas que absolutizan el error y que desconfían de la libertad y criterio del ser humano”.

            En dicha publicación, y con la frase “educar es tarea de todos y es un acto de amor, verdad y esperanza”, la CEM convocó al pueblo de México a mantener la calma en torno a esos ejemplares aún y cuando reconoce que  algunos sectores de la población no están de acuerdo con su contenido.

Explica que los libros son materiales auxiliares en el proceso educativo y que la educación se lleva a cabo siempre en el encuentro entre personas; sólo una persona educa a otra persona.

            “No minimizamos la importancia de dichos materiales, sin embargo, para implementarlos y cumplir su finalidad se requiere la participación activa de los padres de familia, de los directivos y, por supuesto, de los maestros”.

            En el documento la Iglesia pide confiar en que las limitaciones jurídicas no sean un obstáculo  insalvable para continuar fortaleciendo los procesos educativos de cada comunidad escolar, desde dentro.

 “Confiamos en que estas limitaciones jurídicos no sean un obstáculo insalvable para continuar fortaleciendo los procesos educativos de cada comunidad escolar, desde dentro.

            “Confiamos en la labor que desempeñan en el aula los maestros, quienes con su formación, experiencia y comunicación con los padres de familia podrán rescatar los elementos valiosos para sus alumnos”.

            Finalmente la CEM pide a la sociedad en general “demos ejemplo a todos los niños, adolescentes y jóvenes, de que somos capaces de construir un diálogo fecundo, sereno y solidario, por el bien de nuestro país. Implementemos la cultura de la fraternidad, del diálogo y el encuentro con la verdad, el bien y la bondad. Animamos a todas las comunidades educativas a iniciar este curso escolar con este espíritu”.

Al respecto, el Obispo de la Diócesis de Victoria, Oscar Efraín Tamez Villarreal, consultado al respecto, dijo que su postura personal en torno a la polémica por la entrega de los libros es la misma que la publicada por la CEM y que también se encuentra en las redes sociales de la Diócesis.