DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.


En lo personal, casi todos, en ocasiones decimos mentiras piadosas. Nos encontramos con
un amigo, que teníamos buen tiempo sin ver, sin saludarlo. Y por rutina, se dicen frases de
cortesía, como que: te ves muy bien, como le haces para conservarse así… e incluso, a
veces nos cuenta que padeció una enfermedad. Sin embargo, para nuestros adentros, a
veces pensamos: ya dio el viejazo, así me verán. Claro, hay otras que no son por rutina: los
servidores públicos y los políticos por lo regular niegan una realidad o se niegan a
aceptarla.
El Dr. Jorge Cuellar Montoya, no se midió como vocero de seguridad pública de la
entidad. Hagan de cuenta que nos pintó una entidad que no es Tamaulipas; que no existe la
inseguridad y que en medios y redes sociales han difundido hechos de violencia, pero que
no son de Tamaulipas, que sucedieron en Nuevo León, tal y como lo hizo hace varias
semanas la Presidenta Municipal de Nuevo Laredo.
VIOLENCIA.
Lo que se puede afirmar es que no es generalizada la violencia en la entidad. Pero no se
puede negar cuando el Secretario General de Gobierno, Héctor Villegas González, fue
objeto de una emboscada o de un ataque cuando viajaba en camioneta hacia la capital del
Estado. Ni tampoco cuando se informa que, tras un enfrentamiento, hubo guardias, sean
estatales o nacionales, que fallecieron.
Familiares de la frontera, sobre todo de Matamoros como de Reynosa, dan cuenta o
reportan cuando hay hechos de violencia; calles bloqueadas, camiones quemados,
balaceras, localización de cuerpos que, se asume, fueron ejecutados. Reportes que también
se registran en las redes sociales. Y de Nuevo Laredo no se diga, es la campeona de la
violencia al grado que sus hechos de violencia dan vuelta al mundo. Claro, no se descarta
que haya, en ocasiones, noticias falsas.
LA REALIDAD SE IMPONE.
Creo que cada uno, en su contexto, nos damos cuenta como los servidores públicos,
incluido el Presidente de la Republica, nos mienten. Por ejemplo, escuchamos de manera
reiterada que ya se resolvió el problema del desabasto de medicinas; pero yo, que cada mes
voy al IMSS, me doy cuenta perfectamente que no es cierto, precisamente porque no hay,
no me las entregan. Y en más de una ocasión leemos reportajes o notas de como los
derechohabientes del ISSSTE se quejan de lo mismo.
En el caso de la capital tamaulipeca sucede lo mismo. Hemos padecido, de tiempo atrás,
diversos problemas: el del agua, claro su escasez no es culpa del gobierno, si su
administración; el de la basura que, nos dijeron, se regularizaría con los 12 nuevos
camiones aportados por el gobierno del Estado. Se afirma que se cubre el 96% y cuando
notamos que falta un día o que nos damos cuenta que hay sectores de la ciudad que

lamentan, se quejan, de más de una semana sin que pase el camión recolector, se tiene que
pensar que se es parte del 4% que no recibe tal servicio…Y, sin embargo, el actual
Presidente Municipal, puede presumir encuestas de aprobación que lo llenan de orgullo.
TAPAR EL SOL.
Hay una frase muy socorrida: que no se puede tapar el sol con un dedo. Es para explicar,
recordar o decir, como alguien nos miente o que busca contarnos las muelas. Tan simple
como que la verdad, los hechos, más de las veces no se pueden negar, porque ahí están a la
vista de todos. Por ejemplo, a nivel de ejercicio del poder, ni como negar que el
exgobernador esta fuera del poder: nadie discute que tiene el control de Poder Judicial, de
la Auditoria Superior del Estado, de las fiscalías y de buena parte del Congreso Local: en
otras palabras, la 4T no ha logrado aterrizar en Tamaulipas.
El político y el gobernante tienen un problema: hacer coincidir sus dichos con la realidad.
No puede informar que ya se pavimento una calle, porque los vecinos una y otra vez
pueden desmentirlo. Por eso, tampoco, se debe aventurar a ofrecer obras que, a la postre,
bien que sabe no podrá ejecutarlas… Los diputados, por ejemplo, no pueden ni deben
ofrecer obras; si pueden, en todo caso, ofrecer que las van a gestionar.
MALA IMAGEN.
El problema de buena parte de los políticos y se los servidores públicos es la imagen. Y es
consecuencia, invariablemente, de actos de corrupción, de nepotismo, de impunidad, de
malas decisiones, de mentir y no cumplir a la población. Como la expresión que se lee en
un espectacular en la calle Hombres Ilustres: “Hagamos que Victoria sea un ejemplo
nacional” … no dice que, si, ejemplo de que.