Ayer fue Día del Niño, de esas personitas que llenan de alegría este mundo con su risa cristalina, de esos pequeños seres a los que se debe proteger su inocencia y con amor enseñarles amar y respetar, pero sobretodo, educar con valores para que mañana, cuando sean adultos, sean gente de bien, responsables, y no anden con niñerías evadiendo sus responsabilidades.  

Ándele, Para que no sean como muchos políticos que no maduran, que a pesar de ser sesentones siguen con niñerías y creen su comportamiento infantil pueden seguir convenciendo a la gente de que son buenas personas, que el pueblo les perdonara sus malos actos, incapacidad y torpezas porque fueron por inocencia, de esos que se comportan como niños, pero su perversidad es muy mayor. 

La verdad es que ningún político pasado del medio siglo puede hacerse el inocente, ya están bastante creciditos para responsabilizarse de sus actos, así es que no les queda andar con niñerías, sin asumir sus responsabilidades, pero tal parece que hacerse los inocentes para no cumplir con su compromiso y luego responsabilizar a otros de sus malas acciones e ineficiencia ahora es el pasatiempo favorito de casi todos los que se encumbran gracias a la confianza que el pueblo les confirió.  

¿Cómo quiénes? No terminaríamos de enumerarlos pues hay desde Diputados, Senadores, Alcaldes y varios personajes del Gobierno Federal que un día sí y otro también, a pesar de su avanzada edad andan como niños chiflados culpando a otros de sus errores en lugar de asumir su responsabilidad.  

Dicen que todos llevamos un niño dentro, es decir, que en ocasiones hacemos cosas de niños o evocamos momentos de nuestra infancia, pero buena de los políticos sólo usan este dicho de pretexto con argumentos infantiles en intento de que el respetable les crean sus excusas y perdone sus torpezas, pero bueno, como dijera la nana GOYA, “esa es otra historia”  

Por esta ocasión dejemos las torpezas y niñerías de los políticos y vayamos a cosas realmente importantes como el Día del Niño y la Niña que en México se celebró ayer.  

Es bueno que se tenga un día para festejar a los niños y se les concierta, pero cada día se les celebrar su existencia amándolos, educándolos, protegiéndolos y guiándolos por el camino del bien, claro, y reprenderles si es necesario antes de que sea demasiado tarde.   

 En fin, la situación es que, en el Día del Niño y la Niña, para muchos pequeños, día de celebración, para otros un día más con otra ilusión perdida por el obsequio que no llegó, la comida que no se degustó, la caricia que no se recibió, la palabra amable que no se escuchó.  

Como en la tierra se les ha fallado a muchos pequeños, no queda más que pedir que DIOS día a día bendiga a todos los niños del mundo, a los de nuestro México les proteja y les brinde el mejor de los regalos, ese que no se compra en ninguna parte y que hoy día cuesta mucho conservar, mantener el alma pura, paz espiritual, bondad, que tengan la oportunidad de tener una familia, ser educados con amor, ser felices, que no pierdan la inocencia, para que el día de mañana sean hombres y mujeres de bien, igual que sepan de compromisos, responsabilidades  y lealtades, para que de viejos no sean como la mayoría de los políticos que andan con niñerías evadiendo sus responsabilidades.