DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.


No puede espantarnos lo que está sucediendo: pasado el informe del gobernador Américo
Villarreal Anaya, la comparecencia de los titulares de las dependencias publican, han
ahondado en los datos, a detalle, de fue la administración anterior: saqueo indiscriminado
del erario público, vehículos extraviados, pagos indebidos a contratistas, obras sin concluir
o solo en obra negra… tres secretarios del gabinete ya lo hicieron: ¿Qué más falta?
En lo personal no creo en los informes gubernamentales: la Constitución Federal, para el
Presidente; y la estatal para el gobernador, disponen la obligación que tiene el titular del
ejecutivo de dar cuenta del estado que guarda la Administración Pública, a su cargo. Y en la
práctica, no lo hacen, nos dan cuenta de un rosario o inventario de lo que hicieron en cada
renglón, se echan porras, cuando deben darnos el diagnóstico y las medidas que tomaran
para salir adelante.
DEMOCRACIA Y PROTAGONISTAS.
Cuando el PAN gano la segunda presidencia de la Republica con Felipe Calderón, la
expresión más usada, fue que la democracia había llegado para quedarse. Y es que, antes de
eso, hagan de cuenta que el PRI hacía y deshacía; no había contrapesos, porque la
oposición no contaba. En la medida que se van dando los contrapesos es como, también,
van apareciendo los contrapesos para el arte de gobernar.
Como la corrupción e impunidad estaba tan arraigada que nació la Contraloría, hoy la
Auditoria de la Nación; como todos los gobiernos eran opacos, nació la cuestión del Acceso
y Transparencia de la Información; como el Estado, sus entidades y dependencias violaban
los Derechos Humanos, nació la Comisión Nacional de los Derechos Humanos… órganos
que tienen como naturaleza su autonomía técnica y financiera; y que, parece mentira,
AMLO que se proclama demócrata, está encaminado a destruirlos o bloquearlos… no
quiere que le estorben.
ORGANOS ANTIFUNCIONALES.
A nivel nacional los órganos autónomos han funcionado, o medio funcionado, por una sola
razón: son autónomos. Y en el caso de las entidades federativas, caso Tamaulipas, no han
funcionado porque no han sido autónomas. Por eso, el caso del ITAIT, que es considerado
como un elefante blanco. No así, la Auditoria Superior y la Fiscalía General. La razón,
simple y llana, sus titulares siempre han respondido a los intereses del gobernante en turno:
que al tener el control legislativo pone a sus cuates.
Si la Auditoria Superior del Estado funcionara, si hubiera actuado según sus funciones,
habría impedido que los servidores públicos anteriores se despacharan con la cuchara
grande. Hoy Tania Contreras, la responsable jurídica del actual gobierno, se queja: que la
Fiscalía Estatal no actúa, que ya van más de 4 meses y las denuncias interpuestas por las
anomalías encontradas en el gobierno. Por eso, aunque parezca increíble, la 4T en

Tamaulipas se queja de que no les hacen caso y andan promoviendo que la FGN atraiga las
mismas. La cuestión, es que dinero se saqueó: estatal o federal.
CIRCULO VICIOSO.
La historia de la administración federal, estatal o municipal es de un saqueo indiscriminado.
Y es que, pese a que los tiempos cambian, tal parece que aún persiste aquello de que: tu
solo ponme donde hay, yo me encargo del resto. En pocas palabras, para quienes han
llegado a ocupar un cargo en la administración pública, el puesto es solo una vía para que el
erario público sea un botín. Por eso, bien que decían en otros tiempos, que llegan con las
manos en la bolsa y, de pronto, las bolsas están en las manos.
Durante la época priista fue tanta la corrupción, la impunidad, que Jesús Silva-Hersong
identifico el fenómeno como: los nuevos ricos de la revolución. Y es que, era tanta la
voracidad, que una vez terminada la tarea publica, siempre era evidente que había
cambiado la posición económica del servidor público. Por eso, también se recuerda, como
Carlos A. Madrazo cuando fue gobernador prohibió a sus colaboradores sacarse la lotería o
recibir herencias de sus abuelitos.
TRANSPARENCIA DE LA RIQUEZA.
Quienes han ocupado cargos en la administración pública viven una paradoja: como
servidores públicos hacen y buscar ser opacos, ocultar la información, de tal suerte que no
se vea la naturaleza de sus decisiones y actos. Sobre todo, si son corruptos, dominados por
la avaricia, que siempre quieren más y más. Solo que, como parte de una comunidad, de
una familia, están siempre bajo el escrutinio de la sociedad: no pueden ocultar su riqueza,
sus casas, sus coches, sus viajes, sus joyas. Vean solo el caso de Emilio Lozoya: ¿de dónde
salió toda su riqueza?
Opacos y transparentes: opacos como servidores públicos; transparentes como entes
privados.