La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Mucho tiene que festejar Tamaulipas, este mes de marzo. El movimiento obrero del sur del estado, aportó -mucho- con su organización y su combatividad, generando las condiciones para que el presidente Lázaro Cárdenas del Río, decretara en 1938, la expropiación petrolera.
Sin la larga marcha de los obreros petroleros tamaulipecos, las circunstancias que enfrentó el presidente Cárdenas a finales de los años 30, hubieran sido más cuesta arriba.
Uno de los principales actores de esa épica proletaria, fue el Sindicato de Obreros de la Compañía Petrolera Mexicana El Águila, cuya sede fue Villa Cecilia –hoy Madero, Tamaulipas– teniendo su centro de operación en el puerto, nació el 13 de diciembre de 1923. Agrupó a mil 200 trabajadores que operaban la refinería, constituída en la pieza más importante de toda la infraestructura de El Águila, que tenía filiales en los estados de San Luis Potosí y Veracruz.
Estalló en 1924, una de las huelgas más relevantes en la historia de los trabajadores del continente; El Águila, se llamaba la compañía inglesa.
El paro, fue la síntesis de casi una veintena de esas expresiones, que prohijaron los desequilibrios entre el capital y el trabajo, derivados del boom petrolero vivido en el norte y sur del río Pánuco a inicios del siglo XX en la comarca.
No fue la única manifestación huelguística; sí, la más relevante por sus logros:
*La huelga de El Águila, fue la continuación de la larga lucha de los trabajadores en la región sur de Tamaulipas, México, iniciada en la primera década del siglo XX; principalmente, del triunfante paro de los trabajadores electricistas y su sindicato, iniciado en septiembre de 1923 y finalizado en diciembre de 1924.
*Se levantó como uno de los movimientos huelguísticos de mayor empaque triunfalista –por sus efectos y sus logros– en Latinoamérica en el siglo XX.
*El Contrato Colectivo firmado por empresa y sindicato, inauguró una nueva etapa –favorable a los trabajadores– en la relación fuerza de trabajo-capital en el escenario laboral del país.
*El éxito de los paristas y su resultado, se constituyeron en el primer impulso social organizado en Tamaulipas, para el ejercicio de los avances sociales en la región de la revolución mexicana, redactados en la Carta Magna de 1917.
*El Contrato Colectivo obtenido por el sindicato de El Águila, obtuvo una conquista pionera en las luchas obreras: el reparto de utilidades de la empresa.
*Prácticamente, las transnacionales del hidrocarburo, actuaron en rebeldía desde 1917 que se promulgó la Constitución, hasta 1924, año en que el sindicato de la Compañía El Águila, –por la presión y movilización de los obreros– obligó a los inversionistas de esa empresa, a cumplir con el artículo 123 Constitucional.
*Los paristas de El Águila, aceleraron la reglamentación del artículo 123 de la Constitución, en Tamaulipas. Facilitaron al gobernador Emilio Portes Gil –su viejo aliado–, aterrizar los beneficios jurídicos para los trabajadores tamaulipecos plasmados en la Constitución federal.
*El reconocimiento del sindicato como interlocutor legal de los trabajadores ante la compañía petrolera, fue en la realidad el aval y legitimación de los derechos de los trabajadores a organizarse y a utilizar la huelga como instrumento legal en defensa de sus prerrogativas constitucionales.
*Los obreros de El Águila, obligaron con sus dinámicas, al sector patronal, a reconocer las instituciones –aún en estado larvario– encargadas de impartir justicia laboral, como las Juntas de Conciliacion y a sus auxiliares: los Inspectores de Trabajo.
*En Tamaulipas, los huelguistas de El Águila, fueron la primera y triunfal expresión para reglamentar el artículo 123 de la Constitución mexicana y establecer sus mandatos en la región.
*La movilización de los trabajadores de El Águila, permitieron consolidar el sindicalismo de empresa, y facilitar el cualitativo cambio, a sindicato de industria. Ese legado, sería reconocido por los obreros petroleros del país, en 1935: la Sección Uno sería establecida en Tampico, Tamaulipas.
*Los sindicalistas de El Águila, y su huelga, hicieron retraerse a los directivos de la empresa, del apoyo material a los generales rebeldes, encabezados por Adolfo de la Huerta. Las denuncias públicas de ese hecho –que abonarían a los señalamientos del presidente Obregón en el mismo sentido– achicaron y a media huelga, inhibieron el apoyo a los sublevados.
Por todo eso, marzo debería ser considerado el mes de los trabajadores petroleros de Tamaulipas.