La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

La festejada victoria jurídica del ex gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca -le hicieron inválida la orden de aprehensión- es paradójicamente, la derrota moral del panismo tamaulipeco. No fortalece ni amaciza, a un PAN tocado de muerte en la región; una oposición a la cual le sigue aportando negativos el reynosense. Sólo los muy optimistas, pueden considerar que él, con la medida de un Poder judicial, bajo sospecha, puede renacer en un entramado albiazul viscoso que desde hace años, lo repudia -desde adentro y desde afuera, del sistema partidista- y culpan del colapso de su agrupación.
El ex Ejecutivo estatal, poco tiene que hacer en un partido en plena declinación producto de sus excesos y sus errores. Sólo el panismo de Reynosa -por razones obvias-, le aplaude y los venera; el otro panismo -el que con mayor claridad percibió los efectos de las políticas del cabecismo- no sólo duda de Cabeza de Vaca, está seguro del enorme daño propinado por sus formas de gobierno y sus fallidos métodos de conducir, en su momento, su partido.
Durante los seis años del ex gobernador, sólo él y su familia -contando a su cuñado José Ramón Gómez Leal- ganaron. A decenas de cuadros azules, desterró del partido y del presupuesto. Nunca, en tan poco tiempo, el PAN tamaulipeco había sufrido un desgaste tan acelerado y tan debilitador.
En su administración, se fueron de su partido, Lety Salazar -Matamoros-; en Nuevo Laredo, Carlos y Carmen Lilia Cantú Rosas; en Reynosa, toda la familia makyiavélica -Maky, Makyito y Carlos Peña senior-; en ciudad Victoria, Xico González; en Río Bravo, Carlos Ulivarri; en Altamira, parte de la familia de Juvenal Hernández, sin dejar de mencionar otros municipios de menor importancia que también sufrieron bajas en sus padrones internos.
El descalabro para CdeV, no ha ocurrido en las esferas de lo Judicial; no, en eso tienen razón sus seguidores y amigos. El golpe contra él, ocurrió en el ámbito moral; de ello pueden dar fe, las derrotas electorales sufridas por el PAN y sus candidatos en las dos últimas elecciones: perdió más de 300 mil votos en los comicios extraordinarios, y más de 200 mil en la contienda constitucional por la gubernatura.
La presencia de CdeV, suma tensión en la estructura interior del panismo de la comarca. Cuando se veía una posible reestructuración de sus filas y de sus dirigencias, la posibilidad de su regreso, generó inquietud en un PAN, que ya festejaba la ausencia de su principal aniquilador.
La postura del juzgador que lo protege, impactará negativamente en la vida interna de los azules; cancela, la ruta esperada para extirpar uno de los tumores más perniciosos que ese partido haya tenido en su historia regional al tiempo de cancelar la elección de candidatos de alto perfil para el 2024.
Es de esperarse: si los candidatos para el año venidero salen del establo de CdeV, serán de poca monta toda vez que su cercanía al cabecismo los pondrá en la picota ciudadana.
El manto cabecista, arrastrará sombras para el PAN.
Los 200 mil votos cosechados el pasado 19 de febrero, trae de premio la tendencia electoral a la baja de un partido en picada: en sólo dos años, perdió cientos de miles de votos.
¿Por qué el PAN seguirá protegiendo a CdeV?
No es complicado inferir: por el financiamiento que puede trasvasar, a las campañas panistas el 2024.
Sin duda: pierde el PAN y gana la familia del ex gobernador.
Es un porrazo para el panismo, porque la incorporación -es de esperarse- de CdeV a la política local, cierra el paso a todo proceso para la construcción de una oposición responsable y eficaz -regresarán la rijosidad y la fantochería; es un triunfo para los consanguíneos del ex Ejecutivo estatal, porque seguirán jugando, y cobrando, en dos pistas: en el PAN y en MORENA.
Es el tiempo, de la regeneración de MORENA en Tamaulipas.