Hipódromo Político

por Carlos G. Cortés García

·       No conforme con el escándalo mediático, político y social, ahora se descubrió que la tesis de doctorado de la Ministra Yasmín Esquivel Mossa también fue, presuntamente, plagiada con un nivel brutal de descaro, lo que debería orillar, no a ella, sino a las instituciones del país, a darle las gracias, porque la ministra, por su propio pie, nomás no se irá.

La mañana de este viernes, nuevamente, la ministra Yasmín Esquivel Mossa, “la favorita de su profesor“, sorprendió a todo México, al publicar en su principal, el Periódico Global El País, de España, un trabajo, firmado por Zedryk Raziel y Beatriz Guillén, en donde, en el centro de la discusión, se ubica nuevamente a la Abogada -esposa del poderoso José María Riobó, amigo, constructor y consejero del presidente Andrés Manuel López Obrador- quien no sale de un problemón y ya se encuentra metida en otro. Ahora, Esquivel Mossa, ratifica su naturaleza plagiadora, en la tesis que presentó, en la Universidad Anahuac, para obtener el grado de Doctor en Derecho, con una tesis plagiada.

Ya pasó el tiempo de Guillermo Sheridan, con la tesis de licenciatura de la Ministra. Ahora, es el tiempo de El País al analizar con lupa el documento con el cual Yasmín obtuvo el doctorado en Derecho, documento que, de las 456 páginas que lo componen, 209 son presuntamente plagiadas, descaradamente pirateadas, del trabajo intelectual de expertos en derecho.

Así lo exponen los comunicadores del Periódico El País: “Los derechos fundamentales en el sistema jurídico mexicano y su defensa -título del trabajo presentado por la ministra, entonces estudiante de Doctorado- se corresponden con trabajos publicados antes por otros 12 autores, entre los que hay un ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); un exministro español de Cultura y un expresidente del Tribunal Supremo de España; un expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), así como juristas mexicanos, italianos, españoles y alemanes. Dos de esos autores han confirmado el plagio a este periódico. Dos académicos mexicanos, que revisaron las pruebas a ciegas, sin saber que se correspondían con un trabajo de la ministra, también han considerado que se trata de un plagio”.

Pero las comunicadoras, periodistas e investigadoras, van más allá, al señalar que “los autores cuyo trabajo fue tomado por Esquivel sin citar sí lo consideran plagio. “En el caso de mi capítulo, lo he reconocido inmediatamente, es una reproducción textual, literal, de páginas y páginas. Ella no pone comillas, por lo tanto es un plagio de libro, lo que ha hecho es un corta y pega. Es evidente que lo que ha hecho es copiar directamente. Lo he visto enseguida. No es una cuestión sutil. Lo ha hecho de una manera muy burda”, afirma a EL PAÍS por teléfono José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Cultura y Deporte del Gobierno de España de 2020 a 2021 y hoy embajador ante la UNESCO, de quien Esquivel tomó, sin citar, su texto “Rousseau y los derechos humanos”, publicado en Historia de los derechos fundamentales (Dykinson, 1998), una monumental obra de siete tomos escrita en conjunto con otros autores que también fueron plagiados”.

Y se menciona también que Esquivel Mossa también plagió documentos escritos por el desaparecido Jorge Carpizo McGregor y por el famoso jurista mexicano, Miguel Carbonell, quien, este último, confirmó también que la ministra copió varias páginas de su texto “Los derechos fundamentales en México” (UNAM, 2004).

Tristemente, la ministra quien, nuevamente, fue defendida en La Mañanera de este viernes, por el presidente Andrés Manuel López Obrador, al responder a pregunta sobre esta publicación de El País, que este tema “ya no es nota”.

Pero, ¿qué es el plagio? Para la Universidad Autónoma de Madrid, plagiar es la acción de copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias. Desde el punto de vista legal es una infracción del derecho del creador de una obra artística o intelectual de cualquier tipo. Se incurre en ella cuando se presenta una obra ajena como propia u original. Esto constituye una violación a la paternidad de la obra.

Plagiar es copiar una obra o parte de ella (texto, datos o imágenes) sin mencionar al autor de la obra o la idea, haciéndola pasar como propia. Cortar y pegar una información encontrada en un libro, en internet o cualquier otra fuente de información sin especificar la fuente de obtención es plagiar.

Y queda claro que, aunque algunos, o algunas, no lo quieran ver ni entender, que EL PLAGIO NO SE CONSIENTE EN EL ÁMBITO ACADÉMICO Y LAS UNIVERSIDADES SE PROTEGEN CONTRA ÉL MEDIANTE LA UTILIZACIÓN DE PROGRAMAS INFORMÁTICOS QUE LO DETECTAN Y PREVIENEN.

Y sí, la ministra lo hizo una vez y no pasó nada. Y lo hizo otra vez y tampoco pasó nada, hasta que, 35 años después cuando se le descubrió el pastel, siendo protegida por el “amigo“ de su esposo, el hombre más poderoso de México, el que la llevó a ser Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no la pudo defender del rechazo popular, del escarnio mediático, y del desprecio social, por el descaro con el que se habría plagiado la tesis de licenciatura, la otra tesis anterior de Esquivel Mossa, la de licenciatura del año 1987, ese documento que está siendo analizado por el Comité Universitario de Etica de la Universidad Nacional Autónoma de México, que en un primer dictamen acreditó que se trataba de una “copia sustancial” del trabajo de titulación de otro estudiante presentado un año antes de que ella -Esquivel Mossa- se titulara.

Y aunque a veces siento que, aunque el presidente López Obrador se ponga en su traje de “Jefe de Redacción”, a él y a nosotros nos queda claro que él debe hacer su trabajo de presidente y nosotros –los medios- debemos hacer el nuestro. Ni él es periodista ni nosotros somos presidentes, pero de que López Obrador no quiere contrapesos ni dentro de las mañaneras ni fuera de ellas, la realidad le gana y nosotros, como “contadores de la realidad que nos envuelve” tenemos la obligación de decirle a la sociedad lo que pasa, dentro y fuera del ámbito del poder.

Por ello, esta historia de la Ministra Yasmín Esquivel Mossa, aún no termina, aún tiene muchos capítulos por descubrir y contar. Y lo más sensato por parte de la Doctora en Derecho, Esquivel Mossa, sería irse de la Corte lo antes posible y tratar de darle a esta historia el mejor final posible. Decir en este momento que va a salir impoluta y virginal no se puede ya, pero salir en los términos más cordiales con la realidad y con el pueblo de México, ofreciendo una sentida disculpa es lo mejor que podría hacer.

En este momento, ningún mexicano ve a la ministra con ojos de honesta, de profesional ni de buena persona ni de valía para la nación. Pero, insisto, todavía podría salir de la corte por la puerta de adelante, porque mañana ya será muy tarde, con todo y el manto protector presidencial que trata de cubrirla.

Es un hecho que, en este momento, ni a MORENA, ni a la 4T, ni a López Obrador, Esquivel Mossa les sirve ya, con todo y que esté al interior de la Corte. Y es un despropósito que se quede sostenida con alfileres, cuando ya no la quieren los otros ministros y dudan siempre de las decisiones jurídicas que de ella emanan. No le tienen confianza. ¿Será por dinero que aún está ahí? No, claro que no. Su esposo, José María Riobó tiene suficiente dinero. Y cuando digo suficiente es harto suficiente.

¿Qué otro secreto nos estará escondiendo la Ministra? Y cuidado porque en una de esas, podrían salirle más cadáveres de debajo de la alfombra.

PD. 1. Ya corre como reguero de pólvora que, con la entrada en vigor del Plan B, sólo en Tamaulipas, se quedarán sin sustento más de 180 familias. ¿Y ya habrá sopesado la autoridad federal cuántas familias se quedarán sin ingresos tras la aplicación de la reforma de la Ley de Comunicación Social? La respuesta a esta interrogante podría ser dramática.

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