Dr Adán Echeverría-García.

Lo de la tesis doctoral de la magistrada Yazmín Esquivel Mossa en la Universidad Anáhuac evidencia que, en el tema de las Tesis, es evidente que Sinodales, Tutores de posgrado, asesores de tesis, nadie hizo su trabajo. Esto habla de que solo cobran por ser Profesores pero jamás leen lo que sus Estudiantes Tutoreados les entregan.

Los que hemos hecho tesis y posgrados (yo hice tesis de  licenciatura, maestría, doctorado, y luego realicé dos posdoctorados), lo sabemos. Hay muchos graduados que durante todo su proyecto de Tesis se quejaron de que sus tutores eran incapaces de señalarles absolutamente nada, ningún error, ninguna corrección; les devolvían las tesis sin un solo rayón, evidenciando que no las leían.

La persecución de los apoyos del SNI les hacen corretear las tutorías, las publicaciones de «papers» para sostener esas becas, que en su nivel más bajo les paga 12 mil pesos (mínimo) y de ahí en cada categoría (SNI I; II, III, emérito) el aumento presupuestal es verdaderamente oneroso.

Esos tutores, esos profesores investigadores, profesores de tiempo completo, evidencian que son incapaces de revisar lo que un alumno o alumna les entrega para revisión; pero los aceptan como estudiantes porque con ellos pueden seguir cobrando, y más por estar en el SNI (Sistema Nacional de Investigadores) que como Profesor en la universidad donde laboran, esto les impulsa a la corrupción: a revisar las tesis en fast track, a titular alumnos fast track, que venga el siguiente, y que abulte sus propios indicadores que reportarán a tiempo al Conacyt.

Hoy dos universidades entran en la crítica ciudadana por sus procedimientos, y esto porque titulan a una mujer, hoy magistrada de la Suprema Corte de Justicia; una mujer que como alumna de dichas universidades entregó sus documentos, sus textos, su tesis a revisión, ante los ojos y experiencia de sus asesores. Y esto, ¡en dos Universidades! Una pública: la UNAM, y otra, de las más caras, una universidad privada: la Anáhuac. Y las dos Universidades hoy dicen que ¿NO ES SU CULPA? ¿En serio?

Qué vergüenza de Universidades, qué vergüenza de Tutores, de Profesores de Tiempo Completo; pues todos los que participaron tienen parte de culpa de que hoy se acuse de plagio a la magistrada. Pues los asesores de tesis, el sínodo debió leer dicha tesis presentada por la alumna, que venía ya avalada por el asesor de tesis.

Y esto porque el procedimiento es así (con sus cambios, ajustes, modificaciones, por universidad, desde luego):

A un estudiante se le asigna un asesor de tesis. A este asesor es a quien le entregas tus avances de tesis cada mes, cada dos meses, cada tres, periódicamente, y este personaje va revisando lo que le entregas. Cuando el asesor queda convencido junto contigo (el autor de la tesis) te firma un documento que se lleva a la Secretaría Académica, en el que el asesor de tesis pide que se te de una fecha de Examen de Grado y firma estar de acuerdo sobre el contenido de la Tesis que se presenta.

Se entregan al menos 3 juegos de la Tesis. Esos juegos se envían a un grupo de Profesores que fungirán como sinodales en el Examen de Grado del alumno. En ocasiones de los tres sinodales, uno debe ser de otra Institución Educativa (pensando en evitar la endogamia). Y a estos sinodales se les da tiempo (semanas, incluso hasta dos o tres meses) para revisar la Tesis antes del Examen de Grado.

Si Yazmín, la magistrada, logró graduarse presentando Tesis en ambas Universidades, usted, querido lector, pregúntese: ¿qué responsabilidad tienen los asesores de tesis y los sinodales del Examen de Grado para que esta Tesis se haya aprobado?

Culpar solamente a Yazmín, la magistrada, es exclusivamente un acto político si las opiniones o las publicaciones en prensa no exigen explicación a las universidades, a los asesores de tesis y a los sinodales del Examen de Grado que la magistrada sustentó; nombres que se encontrarán con firma autógrafa en el Acta de Examen de Grado; porque se debe ir a la raíz de los hechos que se acusan, lo cual, de ninguna manera exime a la magistrada; pues queda claro es incapaz para hacer una Tesis.

Pero queda claro también que el peor acto de corrupción se dio en las universidades, en los personajes que fungieron como asesores de tesis, como sinodales para escuchar la presentación de estas dos tesis, quienes no revisaron, no corrigieron, no quisieron ver los errores que -en cambio- personajes de la prensa sí quisieron encontrar muchos años después.

Las cosas como son: necesario es exigir a las y los profesores, revisores de tesis, que se concentren en revisar exhaustivamente los trabajos de tesis que siguen presentando los alumnos. Y no buscar asesorar 10, 20 tesistas al año con tal de aspirar o mantener los presupuestos del SNI, porque es sabido de lo imposible que resultaría ser asesor de 12 tesistas en ese tiempo.

¿Quién tiene el tiempo para revisar una tesis de 150 páginas mensual, a profundidad, si es sabido que deberá cotejar que las referencias y las citas concuerden, que se hayan puesto todas las citas, los entrecomillados, que se tenga claridad en el discurso?

Pero pregunte usted a los SNIs, a los profesores universitarios, exija que publiquen el número de tesis que asesoran al año y los artículos que publican al año (al menos lo que informan al CONACYT que dicen realizar) y dude de quien tenga más de cinco tesistas asesorados al año.

Profesores universitarios dejen de perseguir presupuestos en mala lid, y persigan la calidad en su trabajo, el alumnado siempre lo agradecerá.