La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

La pareja jurídica no puede.
No es lo que presumieron, para conseguir la chamba. La más reciente pifia, pone en riesgo la figura del gobernador Américo Villarreal Anaya, el Congreso de Tamaulipas, y a MORENA como ente hegemónico en el parlamento local.
El garrafal error de Atanasia Contreras y Jorge Luis Beas, la primera responsable del área legal del Ejecutivo estatal; el segundo, titular de la Dirección jurídica de la Secretaria General de Gobierno, es a todas luces -desde los profanos del derecho, hasta los académicos de la disciplina- improcedente: la Reforma al Poder Judicial, es desde la lógica de cualquier principiante leguleyo, anticonstitucional.
En efecto: el feliz matrimonio, vendió la idea a la administración estatal de la IV T, una receta de tres pesos, para achicar la autoridad de los magistrados. A juicio de Atanasia y Beas, la fórmula para restar presencia en la vida interna del entramado de la administración de la justicia, era ¡separar la Judicatura, del Poder judicial!
Con esa medida -la presentaron ambos, como genial y funcional- acotaban a los Magistrados toda vez, que hoy la Judicatura sólo propone a los jueces ante el pleno del Tribunal de Justicia; la reforma sugiere, que la Judicatura tenga la tutela de ¡nombrar los jueces en Tamaulipas!
¿Qué significa, ese galimatías jurídico?
Ni más ni menos: quitar la atribución a los Magistrados de nombrar y remover a sus subordinados.
De otra forma: el planteamiento central de Atanasia y el melifluo Beas, es de crear ¡dos Poderes Judiciales!
Más claro: el Tribunal de Justicia de Tamaulipas, verá cancelada su atribución de administrar a plenitud la aplicación de la ley para impartir Justicia. Estamos ante la posibilidad, de que un ente menor -aquí les valió gorro, lo que dicen los sabios: “el que puede lo más, puede lo menos”, para crear el grotesco “quien puede lo menos, puede lo más”-, mandate en las esferas de otorgar a cada quien lo que le pertenece, a una institución superior.
¿Es esa la reforma Atanasia-Beas?
Sí, es ese el proyecto de Reforma que está en manos de los legisladores tamaulipecos
El sólo subirla para su discusión al pleno de la Legislatura, será una vergüenza. No se ruborizará la dupla de referencia; quienes sufrirán la pena serán los diputados de MORENA que tendrán que defender una iniciativa carente de pies y de cabeza. Y lo peor: sin sustento legal.
De igual forma: será una derrota político-jurídica para el Ejecutivo estatal, toda vez que la idea proviene del gobernador.
Hay dos escenarios: que se apruebe, y el PAN impugne y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la mande a dormir por contravenir la Constitución -a juicio de abogados ilustrados, ese fenómeno se ha repetido en varias entidades del país-; que se retire en silencio y con discreción, y así evitar desgaste institucional de la IV T y los principales actores que la impulsan en la entidad.
Tanto Atanasia como su consorte, se han convertido en un peligro para Américo.
Lo están llevando a un callejón en el cual, lleva las de perder.
Álguien en el Valle de Texas, está carcajeándose.
Nomás no puede el equipo legal del Ejecutivo estatal, desmontar el entramado que el cabecismo construyó para complotar contra el gobierno estatal de MORENA.
Cuando se pensaba en una Reforma al Poder Judicial de Tamaulipas de largo y profundos alcances, los abogados de la IV T, salieron con su batea de babas -como dicen, un tanto escatológicamente, en el Ejido Río Bravo-.
Ahora, toda reforma constitucional futura, debe iniciar -casi necesariamente- por el desplazamiento de las responsabilidades que la ingenuidad y la inexperiencia, pusieron en manos de los multicitados como ineficaces, Atanasia y el refinado Beas.