ORBE

Ma. Teresa Medina Marroquín.-

La reciente visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Tamaulipas, especialmente a Ciudad Victoria, Capital del Estado, ha suscitado diversas opiniones que, a su vez, generan un sinfín de enfoques.

Enfoques (o maneras de considerar un tema) entre los cuales sobresale un aspecto crítico que, en pocas palabras y en forma directa, acusa al Presidente de la República de no haber arribado a Tamaulipas cargando muchos costales repletos de dinero.

Los cuales debieron, en principio, me refiero a los costales inexistentes de dinero, resolver el déficit financiero que heredó el gobernador Américo Villarreal Anaya, al encontrar en la caja general y en las cuentas bancarias del gobierno apenas 7 millones de pesos.

Pero no fue así. Y no fue así en apariencia porque el “broncón” con el que se encontró el médico Villareal, al asumir el Poder Ejecutivo de la entidad, fue mucho más grave que el entonces visualizado por sus colaboradores en la entrega/recepción encabezada por el ahora secretario de Administración, Jesús Lavín Verástegui.

Siendo entonces que este grave problema de liquidez y deuda pudiese requerir de estrategias y decisiones mucho más complejas e inteligentes, pues los presupuestos de esa magnitud no son como los domésticos que suelen tener sólo simples sumas y restas, y uno que otro planteamiento que a veces implica jugar un poco más con los números. Pero de ahí no pasan.

Trato de entender, aunque no es un tema que yo domine, que los problemas financieros hallados por la nueva administración estatal morenista no se resuelven acarreando montones de dinero de un lugar a otro.

Y a pesar de que esto sería lo “práctico” (podría decir cualquiera) pues si faltan recursos, entonces tales faltantes de dinero sólo se resuelven echándole “lana” al problema. ¿Será así?

SOLUCIONES DE FONDO, SÍ… BAJO FUEGO, NO

Pero, insisto, las cosas pudiesen requerir de otras estrategias, sin que por supuesto se niegue la necesidad de que los recursos fluyan, con la intervención de congruencias que convengan y se adapten a los intereses y negocios de los diferentes actores que participan en el manejo de los recursos públicos, como es la propia banca comercial, no sé si sea Banorte, Santander, Citibanamex, BBVA o la institución crediticia que fuese, y a quien se le debe tanto dinero como es el que el gobernador Américo Villarreal ha dado a conocer puntualmente.

Pese a ese fenómeno tan intrincado, que si no se le encuentra la solución en tiempo y forma podría causar serios problemas (obviamente), todo indica que en el gabinete de Américo Villarreal colabora gente muy capaz para descifrar los rompecabezas y superar los obstáculos que les dejó el pasado gobierno.

Tanto que como lo dijo AMLO y lo confirmó Américo, “los sueldos y las prestaciones de todos los trabajadores del estado de Tamaulipas están asegurados hasta fin de año”.

Asimismo, en ese rubro tan delicado de sueldos y prestaciones, el respaldo hacia el Gobierno del Estado por parte del gabinete federal se hará presente  “un adelanto de recursos, frente a las deudas en que quedó Tamaulipas –dijo el presidente López Obrador– tras culminar la pasada administración”.

AMLO agregó que “nosotros vamos a ayudar al doctor (Américo Villarreal), para que este fin de año a pesar de las deudas, no deje de pagar a los trabajadores al servicio del estado. Le vamos, si es necesario, a adelantar participaciones, para que tengan para sueldos de los trabajadores, los aguinaldos y que pueda cerrar bien el año, que no tenga ninguna preocupación”.

Finalmente, el “Plan de Apoyo para Tamaulipas” evidencia y aporta un conjunto de soluciones de fondo que responden a los sentimientos sociales y a las necesidades de bienestar del pueblo, no sólo de los trabajadores del Gobierno estatal.

Tamaulipas no está “bajo fuego” como algunos quisieran; no les dieron chance de cometer semejante barbaridad ni de destruir la cohesión social con la definición de nuevas políticas y formas de distribución del presupuesto, que a su vez derivarán en nuevas iniciativas de desarrollo real.

Viene entonces una transformación, que detonará recuperación económica y justicia social.

¡Feliz fin de semana!

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