Por José Gregorio Aguilar

En México, la meta de creación de 100 mil empleos formales mensuales aún está lejos de alcanzarse; de enero a mayo apenas se han creado 388 mil. No sólo eso, la participación laboral se ubica todavía por debajo de los niveles previos a la pandemia y, además, la recuperación ha sido desigual entre sectores económicos y regiones.

 Para dar seguimiento a la evolución e inclusión del mercado laboral, informó Miguel Flores Pedraza que #DataCoparmex 2.0 cuenta  con tres indicadores que recientemente fueron actualizados con la información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI al primer trimestre del 2022:

El primer indicador se denomina:  Jóvenes En Formalidad: mide el porcentaje de personas ocupadas entre 15 y 29 años que cuentan con un empleo formal. Al primer trimestre 2022, el 40.6 por ciento de los jóvenes ocupados trabajan en la formalidad, a diferencia de la población ocupada general en donde la formalidad representa el 44.8%. Es decir, la formalidad entre jóvenes es menos común que para la población en general. Más aún, en el último año, el indicador solo aumentó 0.5 puntos porcentuales y aún se encuentra por debajo de los niveles previos a la pandemia (40.8 por ciento al primer trimestre 2020).

Brecha Laboral: este segundo indicador mide si el mercado laboral está ofreciendo oportunidades de trabajo suficientes para los mexicanos.

En esencia, captura una medida más amplia de desempleo que considera a los desocupados, subocupados (trabajan menos horas de las que quisieran y pudieran) y personas desanimadas (disponibles para trabajar, pero no están buscando trabajo porque consideran que no hay opciones). Al primer trimestre de 2022, este indicador refleja que no estamos aprovechando el 22.3% del trabajo disponible que pueden ofrecer las y los mexicanos.

Finalmente dijo que en el tercer indicador: Mejores Empleos permite dar seguimiento al poder adquisitivo de los salarios en la formalidad. Este indicador mide el porcentaje de trabajadores formales que ganan lo suficiente para cubrir la línea de bienestar familiar, es decir, que les permite satisfacer sus necesidades de alimentación, salud, educación, entretenimiento, transporte, etc.

El dato más reciente muestra que, al primer trimestre de 2022, el 54 por ciento de las personas que trabajan en la formalidad reciben un ingreso mayor o igual a la línea de bienestar familiar, lo que significó una caída de 0.8 puntos porcentuales en el último año. Esto se puede explicar por el contexto de presiones inflacionarias que se experimenta en el país.