Por José Gregorio Aguilar

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La venta, por sí sola, de la tortilla, ha dejado de ser negocio ya que para sobrevivir y mantenerse en el mercado, los propietarios de este tipo de establecimientos  han tenido que vender otra clase de productos, afirmó Serafín Hernández Yépez.

Explicó que en su caso particular, prácticamente convirtió su establecimiento en una tiendita o minisúper, agregando a la venta productos de la canasta básica, como arroz, frijol, queso y otros de alta demanda como los refrescos; eso es lo que ha ayudado a sobrevivir en los tiempos actuales y con tanta competencia.

“Antes, te estoy hablando de hace más de veinte o treinta años, ahorita las tortillerías ya no son negocio si venden solo tortillas; tratamos de modernizarnos y hacerla tiendita o tipo minisúper;  vender productos comestibles, por ejemplo, en mi negocio yo fabrico también tortilla de harina, con marca propia; tostadas deshidratadas, refrescos, frijoles, queso, chorizo, todo lo que sea canasta básica y gracias a eso nos hemos podido mantener y continuar trabajando”.

El empresario de la industria de la masa y la tortilla, garantizó que los dueños de las tortillerías cumplen al cien por ciento con todas las especificaciones de las autoridades sanitarias y garantizan que el producto que venden es de calidad, a diferencia de quienes se dedican a la venta ambulante de la tortilla.

 Admitió que hay todo tipo de consumidores, muchos sí son selectivos y prestan mucha atención a la higiene y también quieren estar seguros de la forma en que se elabora este producto de la canasta básica.