Reflector/ Gilda R. Terán

“A estas alturas del partido”, ni siquiera es bueno distraernos o cuestionar los colores o etiquetas que traigan a cuestas cualquier persona que llegue a servir a la ciudadanía en alguna administración pública.

Lo que debe de interesarnos, es que lleve a la  práctica todo ese espíritu de servicio comunitario, en hechos y realidades tangibles,  que se puedan palpar a simple vista para que los ciudadanos vuelvan a confiar nuevamente.

Le comento amable lector, que llegó el experimentado operario político  César Saavedra al gabinete del municipio de esta ciudad capital, quien fungirá como Secretario del Ayuntamiento Victorense, quien trae ya muchas tareas en el servicio público.

Sin duda alguna que domina  “el teje y maneje” en estos menesteres de atención a la ciudadanía, además se le da de forma natural el asunto de la relaciones humanas, y con esta nueva oportunidad de servir  esperamos que los servicios básicos se  normalicen.

Y bueno el trae vasta experiencia como enlace territorial, además conoce de “cabo a rabo” todos esos temas torales de la administración  pública, ya que no es la primera vez que debuta en estas jornadas laborales.

Todavía hay mucho trabajo que hacer, es necesario desplegar acciones de consenso, en fin que no sólo quede en buenas intenciones, sino que vaya desplegando humildad y sencillez, pero con el firme deseo de servir a la comunidad.

Y es que consideremos que  desde hace tiempo se ha impulsado desde distintas esferas la discusión sobre nuestra realidad, en lo que se refiere a la política y que a no dudarlo es compleja y que nadie niega, por los profundos intereses que se presentan.

Por lo que sostengo que es necesario plasmar cuestiones de ética, identificando entonces de manera correcta las causas de las a veces continuas crisis de economía y corrupción.

Por esta razón creo sostener que con una política de ética de convicciones y responsabilidad, se puede consolidar los cambios necesarios para la creación de una política con orden social que articule las demandas básicas en nuestra sociedad.

Valores en familia.

Al hablar de familia podemos imaginar a un grupo de personas felices bajo un mismo techo y entender la importancia de la manutención, cuidados y educación de todos sus miembros, pero descubrir la raíz que hace a la familia el lugar ideal para forjar los valores, es una meta alcanzable y necesaria para lograr un modo de vida más humano, que posteriormente se transmitirá naturalmente a la sociedad entera.

El amor en los hogares, va más allá de los encuentros habituales e ineludibles, los momentos de alegría y la solución a los problemas que cotidianamente se enfrentan, ya que formar y llevar a la familia en un camino de superación constante no es una tarea fácil.

Pues, las exigencias de la vida actual pueden dificultar la colaboración e interacción porque ambos padres trabajan, pero eso no lo hace imposible, por tanto, es necesario dar orden y prioridad a todas nuestras obligaciones y aprender a vivir con ellas.

Es necesario reflexionar que el valor de la familia se basa fundamentalmente en la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar las virtudes en la persona misma, y así estar en condiciones de transmitirlos y enseñarlos.

Debemos saber, para que una familia sea feliz no hace falta calcular el número de personas necesarias e indispensables para lograrlo, mientras en ella todos participen de los mismos intereses, compartan gustos y aficiones y se interesen unos por otros.

Podríamos preguntarnos ¿cómo saber si en mi hogar se están cultivando los valores? Si todos dedican parte de su tiempo para estar en casa y disfrutar de la compañía de los demás, buscando conversación, convivencia y cariño, dejando las preocupaciones y el egoísmo a un lado, sin lugar a dudas la respuesta es afirmativa.

Toda familia unida es feliz sin importar la posición económica, los valores humanos no se compran, se viven y se otorgan como el regalo más preciado que podemos dar. No existe la familia perfecta, pero si aquellas que luchan y se esfuerzan por lograrlo.

Nos vemos hasta la próxima.

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