Durante 2018 en el IMSS se han atendido 590 casos de alergia alimentaria
• La población infantil es la más afectada. La prevalencia es de 4.2% en menores de 3 a 5 años y es de 3.9% en menores de 18 años.
Un embarazo sano y en constante supervisión médica, cuidados precisos durante las primeras etapas de la vida del bebé y evitar la automedicación, son una ventana de oportunidad para prevenir alergias alimentarias, señaló el doctor Édgar Rojas Segura, Coordinador de Programas Médicos de la División de Hospitales, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Informó que al menos 25% de la población del país padece algún tipo de alergia, incluida la alimentaria y que éstas van en aumento, por lo que considerar medidas preventivas para los nuevos seres humanos, puede incidir a que no las desarrollen.
El especialista del Seguro Social detalló que el aumento de la incidencia, tiene que ver con la presencia de algunos factores ambientales, o la falta de exposición a otros que repercuten en la función inmune modificando la memoria inmunológica.
“Los factores ambientales (dieta, tipo de parto, exposición al humo de tabaco y microorganismos) intervienen en el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de la vida y provocan cambios genéticos que influyen en el equilibrio Th1/Th2 y aumentan o disminuyen el riesgo alérgico”, apuntó.
El médico del IMSS indicó que las alergias alimentarias son reacciones adversas a determinados alimentos y tienen su origen en un mecanismo de reacción inmunitaria extrema del paciente afectado.
Destacó que se puede ser alérgico a cualquier alimento, sin embargo, son ocho los que causan la mayoría de las reacciones alérgicas: la leche, el huevo, los cacahuetes, los frutos secos (como nueces), el trigo, la soja, el pescado y los mariscos (tales como el camarón o el cangrejo).
El doctor Édgar Rojas Segura, señaló que uno de los factores que han detonado este padecimiento es la automedicación para controlar los síntomas, por lo que una de las principales recomendaciones para prevenirlo, es acudir al médico ante las primeras molestias y seguir sus indicaciones al pie de la letra.
“La alergia alimentaria se produce cuando el sistema inmunológico reacciona a la proteína de un alimento porque la ha confundido con una amenaza”, precisó.
El alimento al que se es alérgico se denomina “alérgeno alimenticio” y la respuesta del cuerpo es una “reacción alérgica”, subrayó el especialista.
Dijo que es importante distinguir la diferencia entre una alergia y una intolerancia alimentaria; las primeras involucran al sistema inmunológico y pueden poner en peligro la vida; en tanto que las intolerancias complican la digestión, sin que se vea comprometida la vida de la persona.
Explicó que con una alergia alimentaria, el sistema inmunológico produce demasiados anticuerpos denominados inmunoglobulina E (IgE), que luchan contra los alérgenos alimentarios “amenazantes” liberando histamina y otros químicos, lo que causa los síntomas de una reacción alérgica.
Señaló que los síntomas de alergia alimentaria pueden ser diversos y van desde malestares ligeros hasta complicaciones que sin la intervención médica oportuna, llegan a poner en peligro la vida.
Pueden comenzar con reacciones de la piel, como urticaria o erupción cutánea, lagrimeo, picazón en la boca, hinchazón de los labios, cara, lengua, garganta, silbido al respirar, dolor abdominal, náusea, vómito, mareo o pérdida del conocimiento, hasta síntomas más graves, como una reducción de la presión arterial y dificultad para respirar.
La reacción más peligrosa, añadió, se denomina anafilaxia, la cual es una reacción alérgica grave que puede ocurrir rápidamente y causar la muerte.
Dijo que los primeros síntomas generalmente aparecen entre unos minutos y dos horas después de la exposición a un alérgeno alimentario, pero también pueden comenzar más tarde
En algunas reacciones alérgicas a los alimentos, después de que los primeros síntomas desaparecen, puede comenzar una segunda ola de síntomas entre una y cuatro horas más tarde. Esto se denomina reacción bifásica.
El diagnóstico, dijo, requiere de una historia clínica que considere los antecedentes familiares, así como una correcta interpretación de pruebas en piel y sangre, además debe evaluarse el estado nutricional, el crecimiento (en niños) y las enfermedades concomitantes (Dermatitis atópica, rinitis, asma), que puedan presentarse.
El especialista del Seguro Social informó que, en el último año, se han atendido un total de 590 casos en todo el territorio nacional, de ellos el 0.8% pertenecen a menores de un año, 31.8% de 1 a 4 años, 9.8% de 5 a 9 años, 13.4% de 10 a 19 años y de 20 años en adelante corresponden el 44% de los casos, no encontrando diferencia significativa por sexo.
Agregó que no existe una edad específica para que se detone la alergia alimentaria, sin embargo, en pediatría se desarrolla durante los 2 primeros años de vida, con mayor prevalencia al año (6-8%), disminuye progresivamente y permanece estable alrededor de los 3 años (1-2%).
Varias sensibilizaciones alimentarias se pierden a lo largo de la vida, sin embargo, niños con alergia alimentaria, especialmente IgE-mediada, tienen alto riesgo de desarrollar otras.
Las enfermedades alérgicas afectan a mil millones de personas en el mundo; muestran un crecimiento sostenido en los últimos 60 años y se estima que, en 2050, afectarán a 4 mil millones de personas, abundó el doctor Rojas Segura.