PODER POLÍTICO…

por: Ciriaco Navarrete Rodríguez.-

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador, de un plumazo, acabó con la vieja costumbre presidencial de privilegiar los servicios de información pública elitista, para lo cual, designó al destacado y muy reconocido periodista  Jenaro Villamil, a quien le encomendó el desempeño del cargo de la Coordinación del Sistema de Información Pública de Radio y Televisión del Estado Mexicano, y tras haber sido formalmente presentado, se comprometió a realizar un sistema bien articulado que ofrezca contenidos de utilidad y de elevada calidad, en beneficio del pueblo de México.

 

Durante su presentación formal, realizada el miércoles 23 de enero del presente año 2019, y mediante un pintoresco leguaje coloquial, subrayo que entre sus propósitos “ya no habrá más una televisión para la clase jodida, que no va a salir de jodida, como lo alguna vez, peyorativamente, lo dijo el ya desaparecido magnate televisivo, Emilio Azcárraga Milmo, motejado con el apodo de “El Tigre”, y quien fue presidente de Televisa hasta a mediados de la última década del pasado Siglo XX.

 

El colega Jenaro Villamil, expresó su indignación por la grosera sentencia que alguna vez  pronunció el famoso Emilio Azcárraga Milmo, cuando textualmente dijo: “México, es un país de una clase modesta muy jodida, y jamás va a salir de jodida y por esos, para la televisión es una obligación llevarle diversión a esa gente porque sólo así la podremos sacar de su triste realidad,  y de su difícil futuro”.

 

Además de esa sentencia de muy mal gusto y ofensiva para el pueblo mexicano, Azcárraga Milmo, comentó Villamil, con motivo de la celebración del éxito internacional de la telenovela titulada “Los Ricos También Lloran”, improvisó un discurso ante la élite televisiva, y se aventuró a decir   textualmente: “Los ricos, como yo, no somos clientes, porque los ricos como yo, enfatizó, no compran ni madres”.

Y más adelante, agregó: “Nuestro mercado en este país es muy claro: la clase media popular. La clase exquisita, muy respetable, puede leer libros o Proceso, para ver qué dicen de Televisa… Estos pueden hacer muchas cosas que los diviertan, pero la clase modesta, que es una clase fabulosa y digna, no tiene otra manera de vivir o de tener acceso a la distracción más que la televisión”. 

En esa referencia hecha por Jenaro Villamil, resumió la desafortunada concepción que los ricos mexicanos han hecho de todo el pueblo mexicano, y lo han hecho, insisto, de manera semejante a lo que hacían los Virreyes que durante 300 años sometieron, más que gobernar, a los habitantes de lo que fue el Virreinato Español..

Jenaro Villamil es oriundo de Mérida Yucatán, pero en nada puede ser comparable con el chayotero millonario, Carlos Loret de Mola, porque el nuevo Coordinador del Sistema de Información Pública de Radio y Televisión del Estado Mexicano, siempre ha sido un crítico muy radical del sistema político del pasado. Nació en Mérida, Yucatán, en el año de 1969, por lo que ya cuenta con 50 años de edad, es un politólogo egresado de la Universidad Autónoma de México (UNAM), ha sido reportero, escritor y es profesor de la Maestría en Periodismo, en la Escuela de Periodismo “Carlos Septiem”.

En lo personal, conocí de cerca a Jenaro Villamil durante mi ejercicio periodístico que realicé en la ciudad de México, entre los años 1984, y 1996, época en la que también me desempeñé como integrante del cuerpo de asesores de prensa del CEN del SNTE, entre otras muchas actividades periodísticas y de comunicación social.

Jenaro Villamil, quien es coetáneo de mi hijo Roldán Navarrete Peña espero que ya haya superado su radicalismo marxista, como al parecer, ya lo supero el presidente López Obrador, y aunque tengo mis reservas personales, debemos tener confianza en que el enorme peso de la actual encomienda que pesa sobre los hombros del distinguido yucateco, a juzgar por sus declaraciones iniciales, en las cuales, se evidencia que hay indicios esperanzadores que ayudarán mucho en el proceso de dignificación de la vituperada imagen de pueblo mexicano.

Desde luego que, en todas las épocas de la historia de México, se han presentado variados rostros de compatriotas que siempre nos han ofrecido diversos cambios del pensar y del hacer en los quehaceres propios de las políticas públicas, y para bien o para mal, siempre nos han presentado proyectos supuestamente innovadores aderezados con frases huecas como aquella que rezaba: “Arriba y adelante”, acuñada por el expresidente Luis Echeverría.

Luego llegó a la presidencia de México José López Portillo y Pacheco, con su eslogan: “La solución somos todos”, lo cual es una verdad a medias, porque la Constitución de 1917, en su Artículo 27, le concede la propiedad de la nación al presidente en turno, quien se asume como legitimo dueño del país, y por tal motivo, los gobernados, carecemos de legitimidad en el derecho de la tenencia de la tierra.

Aquellos viejos tiempos, que fueron propios de los regímenes anteriores al arribo del presidente López Obrador a la presidencia de México, estuvieron atados al formato presidencialista creado por el general Lázaro Cárdenas, durante su mandato presidencial, y que consiste en concentrar todo el poder en el primer mandatario del país, tal como lo mandata la referida Constitución de 1917.

Esa realidad Constitucional, sigue en pleno vigor, y muy a pesar de que ya se reformaron los Artículo 108 y 111 del cuerpo legislativo Constitucional, y aunque es que de esa manera ya se podría juzgar al propio presidente de la república, por delitos como traición a la patria, mientras no sea modificado en numeral 27, en cuyo contenido está contemplada la legislación agraria, que es la “madre de todas las leyes”, será una utopía pretender juzgar al propietario de la nación entera.

Y como bien decía mi desaparecido colega de la docencia Valente Pérez Pérez, quien fue un legendario marxista nuevolaredense, quien sentenciaba sus dichos diciendo: “más vale escribas que lo que te estoy diciendo, para que jamás lo olvides”. Y aunque esa sentencia fue propia de aquellos tiempos en los que no existían los avances tecnológicos propios de nuestra vida académica y periodística actual, el maestro tenía razón al aconsejar a sus alumnos, igual que a sus colegas y amigos, que tuviéramos el cuidado de no olvidar sus enseñanzas.

La cita anterior, es reveladora del histórico desarrollo de las radicales enajenaciones ideológicas, de aquellos tiempos idos hace más de medio siglo, cuando todavía sonaba fuerte el nombre del general Lázaro Cárdenas, quien fue presidente de México a partir del día uno de diciembre del año de 1934, y culminó su mandato en 30 de noviembre del año de 1940, porque hay que saber que fue el primer gobierno presidencial que duró seis años.

Lo igualmente cierto, es que la ideología utópica y arraigadamente marxista, no ha desaparecido en las 183 naciones subdesarrolladas que como México, son países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), razón por la cual, es indispensable que los mexicanos sigamos insistiendo en la necesidad de redactar una nueva Constitución General de la República, pero con base en el modelo agrario de a Pequeña y/o mediana propiedad de la tierra, para que en realidad, podamos acceder a la democracia verdaderas, como Régimen de Gobierno, ya que solamente de esa manera nuestra riqueza habrá de crecer de manera permanente y sostenida, a semejante a lo que sucede en Canadá, y en los Estados Unidos de América.

E´mail: [email protected]

Facebook: Ciriaco Navarrete Rodríguez.