PODER POLÍTICO…

Por: Ciriaco Navarrete Rodríguez.-

El pueblo tamaulipeco, aplaude a su gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca (FJGCV), por su decidida y acertada empatía justiciera, con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por el hecho real de haber clausurado 16 Gasolinerías que vendían combustibles robados por los compatriotas criminales, mejor conocidos como “guachicoleros”.

Se trata de una determinación legítima del gobierno de Tamaulipas, en franco apoyo a los esfuerzos nacionales que ha venido haciendo el actual presidente en su calidad de jefe de las Instituciones nacionales, y además, se trata de dar cumplimiento a los acuerdos establecidos tanto en el encuentro que sostuvieron ambos mandatarios, durante la visita de cortesía que AMLO, le hizo a García Cabeza de Vaca, antes de tomar posesión de la Presidencia de México.

Tales compromisos han sido reiterados en los recientes encuentros que el presidente López Obrador ha tenido con las, y los gobernadores del país, tanto de manera personalizada, como en las reuniones de la obsoleta Conferencia Nacional de los Gobernadores (CONAGO), cuya obsolencia se debe a que sus creadores fueron los gobernadores priistas, quienes contaban con una mayoría aplastante y altamente sometedora a los caprichos presidenciales del oprobioso pasado.

Esa triste realidad reglamentaria sigue vigente, de tal manera que los gobernadores de los Estados, tácitamente, tienen prohibido hacer reclamos sustentados en el teórico federalismo nacional, que también es obsoleto, igual que lo es, el supuesto de que los Estados del país, “son libres y soberanos”, pero toda esa falsedad jurídica, está claramente contemplada en el Artículo 27 Constitucional.

Pero más allá de los vicios leguleyos, es importante destacar que, en México, una vez más, estamos siendo testigos de un nuevo formato protagónico, que, de manera justiciera encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que por cierto es popularmente imperceptible, y consiste en el hecho real hacer a un lado las formalidades ideológico-jurídicas, para capitalizar la confianza ciudadana.

Lo cual, es una verdad irrefutable, porque nadie podrá negar que el presidente de México, esta siendo apoyado por más de 80 de cada 100 mexicanas y mexicanos, y aunque sus malquerientes quieran “tapar el sol, con un dedo”, se están dando de frentazos en su intento inútil, de tratar de imponer sus apolilladas ideas y oxidadas creencias ortodoxas.

Algo parecido sucedió cuando el actual gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, se atrevió a desafiar al rancio priismo tamaulipeco, cuyos personeros, creían que ningún candidato que surgiera de las filas opositoras al partido tricolor, jamás sería capaz de seducir a los cansados votantes tamaulipecos, y por eso mismo, ni remotamente se imaginaban la debacle que el reynosense les “recetó” en los comicios históricos realizados el día cinco de junio del año 2016.

Pero debo aclarar que el éxito electoral de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de debió a la campaña que realizó de la mano de los votantes, y en esas actitudes, hay un gran parecido con el triunfo electoral logrado por el presidente López Obrador, sin duda, a eso se debe que se están entendiendo de esa manera que mucho envidian los demás gobernadores del país, y me refiero principalmente a los contrarios a Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

Por otra parte, nos debe quedar bien claro, que para las contiendas electorales existe su respectivo formato político (formato electoral), el cual llega a su fin, el día de los comicios, y enseguida se inicia el formato del “gobernante electo”, cuya duración culmina cuando la persona electa, asume su respectivo cargo o encargo, y se asume como autoridad jurídicamente reconocida, tras haber cumplido con todas las formalidades legales.

En lo anterior, hago clara referencia a la operatividad intrínsecamente vinculada al formato Jurídico Constitucional, que es donde se encuentra asentada la ideología en la cual, se sustenta todo régimen de gobierno nacional, pero más allá de la afortunada coincidencia justiciera entre el Gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, y el presidente Andrés Manuel López Obrador, detrás de las buenas acciones de gobierno de ambos gobernantes, queda escondida la ausencia de democracia verdadera, a la que reiteradamente me he referido.

Sin embargo, salta a la vista la otra verdad, que consiste, en que ninguna gobernadora o gobernador de los Estados del país, por las razones ya antes expuestas, jamás podrán hacer su trabajo libremente y sin la venia del Presidente de la República, lo cual se debe a la referida carencia de democracia verdadera, porque es el único régimen de gobierno, donde el federalismo es una realidad, y donde la riqueza crece de manera permanente y sostenida, en cambio, en la antidemocracia, lo que crece es la pobreza.

Esto último es también una verdad irrefutable, y el paradigma más cercano lo tenemos en los Estados Unidos de América, nación que es la creadora de la democracia verdadera, y por ese motivo es el régimen más acabado y más atractivo para los migrantes legales e ilegales, de todo el mundo, y además es el único país del planeta que cuenta con la más alta gobernabilidad que, a decir verdad, es el factor determinante del infranqueable poder del dólar, moneda norteamericana que se usa como principal respaldo económico para toda clase de transacciones comerciales internacionales.

Finalmente, solamente me queda la satisfacción de insistir en la urgente necesidad que los mexicanos tenemos, porque deseamos ser gobernados con una normatividad Constitucional probadamente democrática, régimen de gobierno que sólo será posible lograr cuando sea redactada una nueva carta magna, pero con base en el modelo agrario de la pequeña propiedad de la tierra, con el fin de asegurar la indispensable solidez jurídica, de la que carece, el derecho de la tenencia de la tierra.

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